Sufrió cuatro fracturas en la cara y lleva cuatro placas de titanio pero volvería a meter la cabeza "las veces que haga falta"

Aitor Buñuel está muy cerca de reaparecer. Podría suceder este fin de semana en el Racing de Ferrol - Huesca (domingo 20 de octubre, 16:15 horas), aunque al médico del equipo gallego le parece precipitado. El lateral derecho sufrió cuatro fracturas en la cara hace ya más de un mes, en la visita del Racing a Riazor el pasado 1 de septiembre. Al despejar un centro lateral, impactó, en un lance fortuito, contra Pablo Vázquez. Los dos salieron mal parados, aunque, desde luego, mucho más el jugador navarro, que tuvo que pasar por quirófano y al que le han tenido que colocar cuatro placas de titanio para reforzar la zona.

Este martes, con el futbolista ya reintegrado a las órdenes de Cristóbal Parralo, ha comparecido en la sala de prensa junto al doctor, que bromeaba: "Ahora tiene la cara más dura". Buñuel ha descrito cómo lo vivió: "Pierdo un poco la noción del tiempo, no sabía muy bien qué estaba pasando. Estaba un poco mareado, pero no sabía la gravedad del golpe. En el vestuario me cosieron el golpe que tenía en el párpado. Todos los compañeros me apoyaron desde el primer momento. Me fui con la tranquilidad de haber despejado el balón [risas]. En la ambulancia recuerdo escuchar el gol del Dépor, que me puso de mal humor. A partir de ahí, el proceso de realizar las pruebas. Desde el primer momento me sentí arropado por mis compañeros y por el club".

Cuando suceden este tipo de infortunios, lo primordial es volver sin miedo. Y Aitor Buñuel no lo tiene: "El miedo no va mucho conmigo. Desde que tuve la lesión, supe que metería la cabeza de nuevo a la primera oportunidad que tuviera. Es mi manera de entender el fútbol, es una de las cualidades que me define como jugador y como persona. Ahora es momento de ir ganando confianza en todas esas acciones".

Una actitud que Buñuel justifica por sus orígenes. "Se dice que los navarricos somos especiales, siempre vamos con todo", bromea. "No puedo perder eso, la gente que me conoce no tenía ninguna duda. Cuando pueda estar en el verde de nuevo y se presente una acción similar, estoy 100% convencido de que volveré a meter la cabeza las veces que haga falta".

A pesar de que el lance fue totalmente fortuito, "y podría haber sido al revés", como ha dicho Aitor Buñuel, el central del Dépor, Pablo Vázquez, sintió mucha preocupación por el estado del rival. "Intentó ponerse en contacto conmigo desde el primer momento. Al día siguiente fue al hospital, estuvo esperando hora y media y no pudo verme. Volvió al día siguiente con otro compañero. Le daba rabia que hubiera salido tan afectado, pero no tiene ninguna culpa. Son gajes del oficio. Le di las gracias por todo ese interés. Desearle suerte, él se llevó ocho grapas".