Locura arbitral en el Molinón: cinco revisiones del VAR, pañolada, lanzamiento de botellas y suspensión
Muresan Muresan decretó la suspensión del encuentro tras lanzamiento de botellas. La retransmisión se cortó nada más decretar el final del encuentro.
El partido más loco de la jornada se ha vivido en el Molinón. En el encuentro entre el Sporting de Gijón y el Albacete, el protagonismo ha sido del colectivo arbitral. En concreto el de Muresan Muresan, colegiado principal. El rumano tuvo que acudir cinco veces al monitor en un partido que se rompió en la primera mitad.
Allá por el minuto 20, el colegiado expulsó a Róber Pier al ser el último hombre de la defensa en el momento en el que derribó a Javier Martón. El VAR le llamó a revisar una jugada que inicialmente dejó en una amarilla. Tras la visita al monitor, mostró la roja al zaguero y dejó al Sporting con diez jugadores. No tendría descanso Muresan Muresan en el resto del encuentro.
A lo largo del partido llegó a ser llamado al VAR hasta cinco veces. La última fue por partida doble. Cuando el encuentro estaba prácticamente sentenciado (91'), el colegiado vivió a escasos metros un derribo por parte del portero del Sporting al delantero del Albacete. En primera instancia, el árbitro, tras la visita al monitor, señaló penalti de Yáñez sobre Higinio.
Cuando llegó al punto de penalti, le volvieron a llamar al VAR, pues el guardameta del Sporting ya tenía una amarilla y tenía que mostrarle la roja. Después de una segunda revisión, terminó mostrándole la tarjeta roja a Yáñez, dejando con nueve al Sporting. El Molinón, que se mostró muy crítico durante todo el partido con las decisiones del colegiado, entró en cólera.
Gritos de 'fuera, fuera', pañolada y hasta lanzamiento de objetos, fue lo vivido en las gradas. Antes del lanzamiento de penalti, desde megafonía se avisó a la afición que estaba prohibido el lanzamiento de objetos. El público hizo caso omiso. Se lanzaron dos botellas al terreno de juego y Muresan Muresan decretó la suspensión del partido, mandando al cuerpo arbitral y a los dos equipos al vestuario. Rubén Albés, que no entendió ninguna decisión del colegiado, entró en colera al ver que tenía que irse al vestuario a falta de un minuto para el final del encuentro.
Tras diez minutos en los vestuarios, ambos equipos salieron al terreno de juego. La pitada fue descomunal. La afición no entendía lo que se estaba viviendo. Nada más pitar el reinicio del encuentro, los jugadores del Albacete recriminaron al colegiado al cambio de portero-jugador que realizó el Sporting. Muresan Muresan, explicó que había autorizado dicho movimiento dentro del túnel de vestuarios.
Al pitar el final del encuentro la pitada de todo el Molinón fue un clamor. Los jugadores del Sporting corrieron a pedirle explicaciones al colegiado, pero el espectador no pudo verlo, pues la retransmisión cambió al instante al partido entre el Tenerife y el Cádiz, que ya había iniciado hace unos minutos.