El milagro del Cartagena "de la UVI" empezó imitando el barco de Arrasate y a Luis Aragonés: "Este tipo nos va a sacar de aquí"
Belmonte apostó ciegamente por Julián Calero, incluso con cero victorias en nueve partidos. Ahora, les ha sacado provisionalmente del descenso.

Diciembre de 2020. Luis Sabalza y Braulio Vázquez dieron una lección a un mundo del fútbol que cada vez se rige más por las prisas y la inmediatez. Osasuna era penúltimo en Liga y Jagoba Arrasate estaba al borde del despido. O eso creía el público. "El barco llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán. Y si nos hundimos, nos hundimos todos", transmitió el director deportivo. Tres años después, el Cartagena ha optado por aplicar el mismo método y el milagro ya es posible. Julián Calero ha despertado al equipo, que ahora mismo está fuera del descenso tras sumar tres victorias consecutivas.
El triunfo ante el Amorebieta les sitúa con 24 puntos, el mismo casillero que el Villarreal B, aunque con un partido pendiente para el filial. Esta agradable situación choca de lleno con un inicio de temporada en el que cualquier espectador neutral estaba en todo su derecho de pensar que una de las plazas de descenso ya estaba adjudicada para el Cartagena. La directiva optó por la destitución de Víctor Sánchez del Amo, al sumar un triunfo y seis derrotas en las siete primeras jornadas y colocó en su lugar a Julián Calero.
El nuevo técnico, reconocido por su carácter y su capacidad de motivación, llegó con el objetivo de sacar al Cartagena del abismo. Sin embargo, en sus nueve primeros partidos solo es capaz de sumar cinco empates, ninguna victoria y cuatro derrotas. Unos números insuficientes para salir del pozo. Es más, el equipo seguía como colista destacado, con solo ocho puntos en la clasificación ¡y a once de la permanencia!
🤩 ¡Vaaaaaamos!#CartagenaAmorebieta pic.twitter.com/0akg5CCS8N
— FC Cartagena (@FCCartagena_efs) January 27, 2024
Entonces, llegó la fórmula Arrasate. Como ya ocurriera en su día con el de Osasuna, no era extraño pensar que Calero estaba a un paso de ser destituido. Sin embargo, el presidente Paco Belmonte salió a rueda de prensa y dio la cara por él, con una confianza incondicional:
"La confianza en un entrenador tienes que demostrarla cuando te sientas con él, cuando ves los entrenamientos y cuando el tipo te mira a la cara y ves lo que él te dice, y lo que los jugadores dicen de él, si los jugadores no creyeran, tienes que tirarlo aunque ganes partidos, es lo que piensa la comisión deportiva y lo que pienso yo, y nosotros miramos a la cara a Julián Calero y decimos que este es el tipo que nos va a sacar de aquí. Es nuestro entrenador hasta final de temporada, y lo sabe, y va a ser nuestro entrenador hasta final de temporada, igual que Pepe Aguilar, porque es un entrenador-formador".
Las palabras del mandatario llegaron tras el Cartagena-Albacete de la Jornada 16. Calero llevaba casi dos meses en el cargo y no había conseguido sumar ni un solo triunfo. Sin embargo, su discurso se mantenía firme. Creer, creer y volver a creer. Y esos futbolistas que incluso habían avergonzado a Belmonte ("los jugadores nos hacen salir del Cartagonova con la cabeza baja") comenzaron a empaparse de las palabras de su míster y remar buscando un imposible.
💪🏼 Cuando Osasuna confió más que nunca en Arrasate.
— Relevo (@relevo) January 25, 2023
🗓️ Diciembre de 2020, los rojillos eran 19° en Liga.
👏🏼 Luis Sabalza, presidente, y Braulio Vázquez, director deportivo, confiaron en el técnico.
🏆 Hoy, son semifinalistas de Copa. pic.twitter.com/UVA3xGqWT3
El renacer del Cartagena empezó en Luis Aragonés
El equipo había logrado la clasificación para segunda ronda de Copa del Rey tras vencer en los penaltis al Azuaga y del mismo modo tumbaron al Alcorcón en Santo Domingo. Una competición que ni al mismo Cartagena le debería haber interesado por su nefasta situación en Liga se convirtió en su mejor alimento.
Tras vencer al Alcorcón, Calero se acercó a la parte de la grada donde estaba su afición desplazada y gritó emocionado: "Esto lo vamos a sacar entre todos. Vamos a ir juntos de la mano. Así que a por ello". El público respondió del mismo modo con un contundente "sí se puede".
Unos días antes, en la sala de prensa, que es como su templo, alentó a los suyos, con golpe en la mesa y grito incluido: "Seguir, seguir, seguir y después seguir y seguir y seguir. Emulando al desaparecido, desgraciadamente, Luis Aragonés, ese es el único camino que este equipo puede llevar para poder salir de ahí". Y añadió: "Estoy convencido de que lo vamos a sacar. Antes o después llegarán las victorias".
En ese momento, pocos más allá de él confiaban en este renacer. La victoria ante el Sporting fue otro punto de inflexión. Calero lo tenía claro, no salía de sus trece. "Por la calle la gente te dice que sí se puede, hace tres semanas eso era imposible. Hemos conseguido que los jugadores empiecen a creer que hay solución".
Y dejó otra frase para el documental que bien se está ganando el equipo solo unos días después, tras ganar al Elche: "Seguimos en la UVI, pero no entubados". Después, otras dos derrotas por tres goles de diferencia (0-3 ante el Burgos y 3-0 contra el Huesca) y la eliminación frente al Valencia en Copa del Rey volvieron a enturbiar los ánimos. Para todos excepto para el tipo que, según Belmonte, les iba a sacar de ahí.
“Cuidadito”
El Cartagena ganó 4-1 al Villarreal B y 0-2 al Racing y Calero entonces reconoció el esfuerzo en la sombra de sus jugadores: "Con gente valiente y decidida voy a todos lados". El estado de felicidad, completamente instaurado en el equipo, les ha llevado a otro valioso triunfo ante el Amorebieta, un rival directo por la permanencia.
Una victoria que es mucho más que tres puntos. La sensación de ser imparables. La que empezó por Luis Aragonés y el barco de Arrasate y que ahora ya nadie discute: Julián Calero ha sacado a los suyos de la UVI en la que él mismo dijo que estaban. Todo desde un discurso de creer que se creyó hasta el más incrédulo: "Hace dos meses este partido lo hubiésemos perdido (...) pero ningún tipo de relajación, cuidadito". Ahora tiene otra tarea de nivel: que la euforia no les haga perder el norte.