REAL ZARAGOZA

El miniestadio modular ya va tomando color: conservará las icónicas porterías de La Romareda y se protege contra el fuerte viento de Zaragoza

Relevo visitó las obras del campo temporal, que estaría acabado hacia el 6 de junio: ya se han levantado las cuatro gradas, avanzan la colocación de asientos y el edificio de vestuarios.

Imagen de la mini Romareda. /Mario Ornat / RELEVO
Imagen de la mini Romareda. Mario Ornat / RELEVO
Mario Ornat

Mario Ornat

La nueva mini Romareda, el estadio modular que se está construyendo al norte de la ciudad para que el Real Zaragoza juegue las dos próximas temporadas, avanza a buen ritmo y ya toma color: los asientos con el azul característico del club cubren estos días buena parte de lo que será el fondo norte del campo. Es la parte más avanzada de un recinto que también muestra ya en pie el entramado de acero y aluminio de las cuatro gradas, así como el recinto donde se alojarán vestuarios, la sala de prensa, la sala UCO de seguridad y otras dependencias dedicadas al hospitality.

Situado en lo que fue en su día el parking norte de la Expo Internacional de 2008 en Zaragoza, el estadio tendrá capacidad para algo más de 20.100 espectadores. Será el primer campo de fútbol cien por cien modular en España y a previsión es terminarlo hacia el próximo 6 de junio: la fecha se corresponde con el final de la temporada actual de Segunda División en La Romareda (el último partido de LaLiga y de la historia en el viejo estadio se jugará el fin de semana del 24 y 25 de mayo frente al Deportivo); y con el plazo necesario para que las torres de focos del actual campo pasen un proceso de revisión y adecuación de sus ópticas, después de lo cual serán trasladadas al mini estadio.

Será uno de los varios elementos icónicos de La Romareda que también formarán parte del campo modular. Las torres de focos miden actualmente cerca de 55 metros, pero en la mini Romareda perderán altura para adaptarse a la menor elevación de las gradas. Los otros elementos que se trasladarán desde el actual estadio serán los banquillos y las emblemáticas porterías, con la característica profundidad de sus redes: cuatro o cinco metros de jaula donde futbolistas de toda índole han alojado sus goles a lo largo de más 50 años.

Ese elemento diferenciador del viejo estadio ha permanecido inamovible desde principios de la década de 1970, al margen de las ligeras variaciones propiciadas por el avance de los modelos y las soluciones de anclaje y soporte. Por lo demás, las porterías de La Romareda sólo perdieron su personalidad en los partidos del Mundial 82, cuando fueron cambiadas por otras redes con menos fondo. En este nuevo campo temporal se instalarán uno o dos vídeo marcadores, situados en las esquinas entre los fondos y las tribunas laterales.

Dos estadios para la ciudad

Conviene siempre recordar, para evitar la confusión entre las diferentes fases del proyecto, que Zaragoza va a construir dos estadios en estos años: el primero, comúnmente conocido como mini Romareda —aunque el Ayuntamiento de Zaragoza busca acuerdos con alguna marca comercial que le dé nombre— será el campo temporal que ahora se pone en pie y se acabará a principios de junio. Un recinto que dará cobijo al Real Zaragoza durante las temporadas 2025/26 y 2026/27. Después se desmontará y sólo se conservará el terreno de juego, alrededor del cual el consistorio quiere edificar una Ciudad del Deporte para la capital aragonesa.

La idea de hacer este pequeño campo se adoptó con el fin de acortar los tiempos de construcción de lo que será la nueva Romareda. Una vez que finalice la actual temporada y durante dos años largos se derribará lo que queda del viejo campo (las dos tribunas laterales y el fondo norte) y se levantará el nuevo, proyectado sobre el mismo terreno. Una obra de enorme envergadura para la ciudad, con capacidad para algo más de 43.000 espectadores y que el Real Zaragoza tiene previsto estrenar en la campaña 2027/28. Está además designado como una de las sedes españolas del Mundial 2030.

Relevo participó esta semana en una visita a las obras del estadio modular, donde pudo comprobar la velocidad de sus avances y conocer algunos detalles del prodigioso trabajo de planificación, ingeniería y construcción que hay detrás de este tipo de recintos. Lo está construyendo en apenas cuatro meses la empresa suiza Nussli, a partir de su modelo de edificación modular.

Un formato usado en muchos de los recintos en los que se desarrollaron los pasados Juegos Olímpicos de París, el actual Torneo Conde de Godó de tenis, el próximo Mutua Madrid Open, grandes premios de motociclismo y muchas otras estructuras temporales. También hizo la ampliación de Montilivi y afrontará en Málaga un proyecto similar al actual en Zaragoza, aparte de levantar muchos otros recintos en todo el mundo, destinados a las más diversas disciplinas y eventos.

Ninguna de las gradas tendrá cubierta, se instalarán uno o dos vídeo marcadores en las esquinas y se traerán de la vieja Romareda las porterías, los banquillos y las torres de focos, que perderán altura

Las obras avanzan a muy buen ritmo y ya se aprecia mucho más que el esqueleto metálico de lo que será el campo. En el fondo norte se está terminando de colocar estos días los asientos de color azul zaragocista que acogerán a los aficionados. Es posible ya acceder a través de las escaleras a los vomitorios que darán salida a las gradas desde el exterior. Y se distinguen también las estructuras donde estarán situadas las diferentes cámaras de televisión para la emisión de los partidos: separadas de la estructura general del edificio, para asegurar que la vibración del conjunto no afecte a la calidad de las imágenes.

En el lado oeste del estadio aparece la tribuna principal, los banquillos y los edificios anexos al campo, con vestuarios, sala de prensa, sala UCO de la Policía, dependencias dedicadas a bares y otros elementos de hospitality. Relevo pudo acceder a los módulos de vestuarios y pisar el que será el sancta sanctorum del Real Zaragoza como equipo local: lógicamente, todavía en estado de construcción y lejos del aspecto que tendrá con el acabado final y el acondicionamiento. Pero con las estancias ya definidas: el espacio mayor para que se cambien los jugadores, piezas adyacentes para camillas y servicios de fisioterapia, el despacho del entrenador, servicios, duchas, sala de control antidopaje, árbitros, etc.

Aún falta por hacerse visible el tramo de construcción que unirá los vestuarios con el acceso al césped, por debajo de la grada y con salida al centro del terreno de juego. Lo que en el argot se llama el túnel de vestuarios. El edificio tendrá varias alturas y estos días grandes trailers y grúas se afanan a través del embarrado terreno que circunda el recinto para ir colocando los diferentes módulos que lo compondrán. La lluvia, infrecuente en Zaragoza pero constante y por momentos torrencial en las últimas semanas, añade un punto de incomodidad y afecta ciertos aspectos de los trabajos. Pero los plazos, como confirmaron los responsables de la obra, van perfectos y se cumplirán.

Ninguno de los cuatro graderíos estará cubierto —en el proyecto original se contemplaba una cubierta sobre la tribuna principal—, de modo que la meteorología resultará algo más incómoda para los espectadores en caso de lluvia. Las esquinas no tendrán grada, pero quedarán cerrando el conjunto; y los tornos de acceso estarán situados fuera del recinto, en un perímetro separado del campo. Sin embargo, la cuestión más relevante a la hora de la construcción del estadio modular tiene que ver con el fenómeno meteorológico más característico de la ciudad: el fuerte viento que a menudo sopla en Zaragoza. Cualquier edificación en la capital aragonesa debe tener en cuenta este factor... y el estadio modular también.

Las soluciones de construcción, acoplado, anclaje, cálculos y pruebas incluyen todos los requisitos y la amplia experiencia de Nussli en este tipo de recintos, con el fuerte de viento de Zaragoza como factor básico en todo el proyecto

A ojos profanos, la trama tubular que compone el esqueleto del miniestadio genera muchas preguntas. Pero la experiencia de Nussli y de sus equipos de trabajo responde a todas las incertidumbres que alguien ajeno a la ingeniería y a las técnicas constructivas, de seguridad, estabilidad y edificación pueda tener.

La visita sirvió para constatar hasta qué punto los datos, cálculo de escenarios, explicaciones, materiales, técnicas de construcción, anclajes, pruebas de carga estática y dinámica, fuerza, resistencia, etc. contemplan todas las posibilidades y necesidades en este tipo de soluciones modernas. Además de, por supuesto, la larga trayectoria que Nussli, una compañía creada en 1941, acumula en todo el mundo en este tipo de construcciones.

Aparte de levantar el propio campo, el proyecto incluye toda la adecuación y urbanización de los alrededores, dado que la pastilla de terreno no se había usado desde hacía tiempo. El anillo perimetral incluirá una zona verde, áreas de picnic, fan zone para los aficionados y dos aparcamientos en los fondos, con casi 2.000 plazas en total. Además del reservado a jugadores, invitados, miembros de los clubes, etc.

La movilidad es uno de los grandes retos porque el campo está alejado del centro de la ciudad y no resulta tan accesible como el actual estadio, al que mucha gente se desplaza andando. Esta pequeña Romareda estará situada junto al eje de la línea de tranvía, que recorre Zaragoza de norte a sur. Además, se van a acondicionar y abrir nuevos accesos para vehículos, así como paradas de autobús urbano. Una vez finalizado el campo, la previsión contempla acoger algún evento que permita someter a prueba las infraestructuras urbanísticas, de movilidad, etc.

El recubrimiento, acabados y acondicionamiento le dará a la pequeña Romareda un aspecto final totalmente distinto del actual: no se verá el esqueleto metálico del estadio ni se podrá acceder por debajo

De modo que el miniestadio del Zaragoza está a poco más de mes y medio de ser una realidad y ya empieza a hacerse reconocible. Faltarán los elementos que le darán su aspecto final, muy distinto del actual. El terreno de juego ya está delimitado: de hecho, la cota de inundación ha sido uno de los datos fundamentales y nucleares en todo el proyecto, porque esta zona de la ciudad está próxima a los meandros del río Ebro aguas arriba de la ciudad. El césped se colocará cuando ya se haya finalizado toda la instalación eléctrica, cableados y conducciones necesarias para su riego.

En la tribuna este se incluirán, además de las butacas azules, otras en color blanco, conformando en mosaico una leyenda que aún no está definida: podría ser el propio nombre del club, Real Zaragoza, o alguna posibilidad alternativa. Y la última fase será el recubrimiento a base de lonas y chapa ondulada de todo el cuerpo de las gradas, tanto en el exterior como en el interior: chapa en la parte inferior y lona más arriba.

Esos elementos finales serán los que terminen de darle a la mini Romareda su aspecto definitivo. Muy alejado, hay que subrayarlo de nuevo, del que muestran las imágenes actuales. Es decir, ni se verán las estructuras internas del edificio ni será posible acceder a ellas por debajo, un requerimiento de seguridad básico en este tipo de construcciones.