Un 'niño' de La Masia aboca al drama a un Espanyol más cerca de no jugar el playoff que del ascenso: "Se te queda cara de tonto"

El 8 de mayo de 2021, el Espanyol de Vicente Moreno subía a Primera División tras empatar a cero en La Romareda. Corría la jornada 38, y el conjunto perico cumplía una máxima histórica: ascender el año inmediatamente después al descenso a Segunda. La actual es la sexta temporada del club blanquiazul en la categoría, y, a día de hoy, nada hace indicar que vaya a repetirse la película. De hecho, el Espanyol afrontaba el partido ante el Sporting de Gijón en el peor momento deportivo de sus más de 120 años de existencia; nunca había estado tan lejos de la zona de ascenso directo a estas alturas de competición. Y, hoy, tampoco ha sido capaz de ganar.

El 0-0 ante el Sporting supone el cuarto empate consecutivo del equipo catalán. Si bien, Manolo González no conoce la derrota como perico, tampoco se acuerda de ganar un partido al frente del equipo blanquiazul. El punto, unido a la remontada agónica del Leganés en el campo del Eldense (1-2), deja al Espanyol a seis puntos de la segunda posición, la última de ascenso directo. Y solo restan cuatro jornadas. Por cierto, el gol de la victoria de los madrileños lo ha anotado Enric Franquesa, canterano del FC Barcelona, en el 94'. Al Espanyol todo lo que puede ir mal, le va mal.

Mucho más escaso es el margen de puntos que tienen los pericos con respecto al séptimo clasificado, el último que no jugaría playoff de ascenso. Solo hay tres puntos de distancia entre el Espanyol, cuarto, y el Elche. Significa, pues, que los pericos ya casi han dicho adiós a la posibilidad de subir de forma directa y, lo que es aun más preocupante, que ni tan siquiera tienen la promoción está asegurada. Además, el calendario no invita al optimismo: Valladolid, líder, y el Oviedo, quinto clasificado, son los próximos rivales de los pericos.

 

"A estas alturas, lo mental es fundamental. Los que juegan son humanos, y hay bloqueos, miedos, inseguridades, presión… todos los equipos lo sufrimos. Ante eso es difícil luchar. Bienvenidos a LaLiga Hypermotion, amigos", analizaba Miguel Ángel Ramírez, entrenador del Sporting de Gijón, tras el partido, en una respuesta que define a la perfección el momento de forma que vive este Espanyol, abatido e inmerso en un quiero y no puedo desde hace semanas.

El gesto cabizbajo de la mayoría de jugadores al abandonar el césped o el tono apagado de Manolo González en sus reflexiones postpartido son la imagen más representativa del momento de forma del equipo: "Están fastidiados, es normal. En casa es donde se nos está escapando quedar primeros o segundos. Quedan cuatro partidos y el equipo tiene que estar preparado para competir. Yo veo el vaso más lleno que vacío".

En todo caso, el técnico gallego consideró que el Espanyol fue merecedor de los tres puntos. "Los dos últimos partidos hemos merecido más y al final te vas con cara de tonto a casa. Hoy el partido estaba controlado, pero las áreas ganan puntos y tenemos que empezar a ser fuertes ahí", comentaba el entrenador perico, lamentándose de las ocasiones falladas, pero satisfecho con el desempeño de sus jugadores: "Lo que yo le he pedido al equipo se ha hecho, pero lo que no puedo controlar es tener ocasiones claras y no meterlas dentro".

Haya o no merecido el triunfo, el Espanyol, de punto en punto, se acerca peligrosamente al drama. Le quedan cuatro partidos para remediarlo y recuperar el ánimo para afrontar el play-off.