La pareja que sigue al Racing desde Australia: "Me levanto a las cuatro de la mañana para ver un partido y a las 8 para ir a trabajar"
Sergio y Lucía, de 28 y 25 años y racinguistas de toda la vida, crean afición por Brisbane, su nuevo hogar, y podrían vivir el regreso a Primera a más de 17.000 kilómetros: "Volver para el ascenso serían 22 horas de viaje y 1.200 euros cada uno… imagínate que perdemos".
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Por muy lejos que uno esté de casa, la pasión por unos colores nunca se apaga. Sergio y Lucía, cántabros y racinguistas de toda la vida, dejaron Santander hace unos meses para instalarse en Brisbane, Australia, durante un año. Han vivido la emoción de ver a su equipo en Europa contra gigantes como el Manchester City o el PSG, pero también han recorrido España siguiendo al Racing por campos de césped artificial en Primera Federación. Ahora, justo cuando se vuelve a soñar con Primera, ellos lo siguen desde el otro lado del mundo, a más de 17 000 kilómetros de distancia.
De Europa a Primera RFEF y de vuelta a soñar con Primera
"Tengo bufandas de cuando jugamos la Copa de la UEFA. En 2013 estuvimos al borde de la desaparición y, desde entonces, hemos seguido al equipo por toda España, acompañándolo en su travesía por Segunda B y Primera RFEF. Era un poco deprimente ver al Racing jugando en esos campos cuando has vivido lo que hemos vivido", cuenta la pareja a Relevo en una llamada difícil de cuadrar, hecha antes de irse a dormir mientras en España aún es mediodía. "Ahora, por fin asentados en Segunda División, se respira un ambiente totalmente distinto al de aquellos años", aseguran.
Una noche a la semana sin dormir
La suya es una historia de herencia y lealtad. "Mis padres eran socios, iban con mis dos abuelos. Y mi abuelo jugó en el Rayo Cantabria. Si en Santander te gusta el fútbol —y prácticamente en toda Cantabria—, eres del Racing", afirma sin dudar Sergio. Y esa pasión no entiende de fronteras. En Australia, su rutina futbolera ha dado un giro radical. "Es muy complicado. Ahora nuestro horario preferido es a las dos de la tarde, porque para mí es a las once de la noche. Los partidos a las 21 horas me pillan a las seis de la mañana, y eso es letal, pero también hay horarios a la una o a las tres de la madrugada", explica. "El otro día empezamos perdiendo 0-2 en nuestro campo y estoy yo a las cuatro de la mañana viendo cómo nos ganan y me levanto para ir a trabajar a las ocho", cuenta entre risas.
Además, para ver la Segunda División desde el otro lado del mundo, han tenido que buscarse la vida. "No hay forma legal aquí de verlo. Tenemos contratado todo lo necesario en España para poder verlo, e incluso intentamos verlo por ahí cambiando la VPN, pero no funciona bien. Lo máximo que hemos conseguido es verlo desde la App de Bet365", admiten. Solo se han perdido un partido, y con excusa: "Nos pilló volando hacia aquí, que eran 14 horas de viaje. Antes de despegar me dio tiempo a ver que íbamos ganando, pero hasta después no pudimos ver el resultado".
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Un viaje de 22 horas y 1.200 euros cada uno para ver un posible ascenso
Sobre el ascenso, abogan prudencia. "Hasta el último partido voy a creer. Si el último partido estamos con opciones, me preguntas. De momento, queda mucho. Lo importante es mantenerse en la lucha", opinan, pidiendo no precipitarse. Pero, si finalmente llega, les tocará vivirlo desde la distancia: "Ojalá se dé, obviamente quiero que subamos, pero me voy a coger una llorera... Si por fin sube y estamos en la otra punta del mundo... Es que cuesta 1.200 euros cada uno ir y volver y un viaje de 22 horas. Y tú imagínate si voy desde Australia, 'pechofriamos' y no subimos... No vuelvo a Brisbane, me quedo allí llorando".
En el país oceánico, Sergio y Lucía no solo siguen a su equipo desde la distancia, sino que también han asumido la misión de expandir el racinguismo. "Cuando voy con una camiseta del Racing, me preguntan que si es de donde yo he jugado. ¡Ojalá!", ríe Sergio. "En Australia, la segunda división es prácticamente amateur, entonces me dicen: 'Si es tu equipo y juega en Segunda, ¿por qué no juegas tú ahí?'. Claro, aquí no se imaginan que un club de esta categoría en España podría ganar a cualquiera de aquí. Les enseño vídeos de El Sardinero con la gente animando y flipan", nos cuentan.
«Hay que ser del equipo de tu tierra, es lo bonito»
"Aquí solo conocen Barça o Madrid, y todos son del United o del Liverpool. Pero yo les digo que hay que ser del equipo de tu tierra", explica Sergio. Y, puestos a apoyar a algún conjunto español, la pareja está creando afición verdiblanca en las antípodas de Cantabria. "Les digo que es muy fácil ser del Madrid o del Barça, porque todo el mundo lo es. Lo bonito es ir con uno distinto, que tenga personalidad", defiende. Sin embargo, el fútbol no es el deporte rey en Australia, donde lo que más éxito tiene es el rugby y el críquet.
El renacer del club no es casualidad. Según Sergio y Lucía, "la clave ha sido la continuidad, seguir en la línea del año pasado y reforzarse". Además, destacan "la ola de racinguismo que está volviendo a haber en Cantabria". "Con el cambio que ha habido y lo mal que lo hemos pasado, se está creando mucha afición. Yo hacía tiempo que no veía tantas camisetas del Racing por la calle, y ni en Primera División habíamos visto tanta gente en el campo como este año", afirman orgullosos.
Y, en caso de ascender 13 años después, lo tienen claro: "Con toda la mierda que hemos comido, va a ser una locura". "Ya se ha creado una base que, como demos el salto a Primera, se podría consolidar el proyecto y quedarnos. Ojalá. Se lo merece la gente. Pero para nosotros sería muy jorobado verlo desde aquí", insisten. "Volver a vernos todos en el campo, porque vamos siempre con amigos, familia… sería muy especial", afirman.
Una pancarta sorpresa en El Sardinero en su honor
Precisamente, estos amigos y familia les quisieron homenajear hace unas semanas llevando por sorpresa una bandera al estadio con el mensaje "Una ilusión nos persigue también en Australia". "Nos sentamos justo encima de la grada de animación, así que muchas veces la televisión enfoca a esa zona y yo les veo, que es algo bonito. Nos hizo mucha ilusión. Es como que sigues ahí. Es una forma de seguir presentes a pesar de estar a más de 17.000 kilómetros", nos dicen.
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El encuentro con Klopp en un santuario de koalas
Y, entre anécdotas, una especial: "Nos encontramos a Klopp en el santuario de koalas más grande del mundo. Le vio Lucía. Dudamos de si era él, pero su dentadura blanca es inconfundible. Muy majete", opinan de su fortuito encuentro con el entrenador alemán.
Desde la otra punta del mundo, Sergio y Lucía siguen cada partido de su equipo entre madrugones, conexiones inestables y noches en vela, sumando fieles racinguistas en tierras australianas. Puede que este año no puedan celebrar un ascenso en casa, pero lo que está claro es que los goles del Racing se gritarán en muchos rincones del planeta.