Pezzolano se moja con el despido de Baptista: "Habla muy bien de Ronaldo como dueño y empresario; no pone la amistad por encima del negocio"
El técnico del Valladolid nos recibe en Zorrilla: "En mi staff tengo gente que sabe mucho más que yo; si no, estoy muerto".

Paulo Pezzolano (Montevideo, 40 años) lleva sólo siete meses como entrenador del Real Valladolid. Lo dirigió en las últimas diez jornadas de la pasada temporada sin poder evitar el descenso a Segunda en la última jornada. Y ahora, en este arranque, lo tiene disparado en puestos de ascenso. La confianza de Ronaldo, al que conoció y ayudó a regresar a la élite en el Cruzeiro, está teniendo su recompensa.
Pese a ser un recién llegado, conoce el fútbol español mejor que muchos técnicos de la tierra. Primero, porque jugó en el Mallorca en la 2009-10 a las órdenes de Manzano. Y, segundo, porque desde que se retiró hace casi siete años y está en los banquillos viajó mucho a nuestro país para ver a entrenar a Míchel en el Málaga, a Quique Sánchez Flores en el Espanyol y, sobre todo, a Bordalás en el Getafe. Una esponja -con mezcla de uruguayo y español- que recibe a Relevo con ganas de tertulia en las entrañas de Zorrilla, un estadio con la resaca de la Selección aún bien presente.
Tenemos que empezar por el tema de la semana: Gavi. ¿Cómo se previene esta lacra de lesiones?
Yo vengo de una liga como la brasileña y allí hay que equipos que pueden llegar a jugar 70 u 80 partidos al año. Es un disparate. No es fácil la solución. Habría que ver cómo se puede mejorar eso sin perder lo otro, que es el negocio. Lo más importante es la persona, el jugador, y hay que estudiarlo bien.
Le han llovido palos a De la Fuente. ¿Cómo lo ve y cómo se entiende?
Yo particularmente le doy mucha importancia al control de las cargas. Me gusta trabajar mucho con las intensidades los días de entrenamientos y ahí te vas dando cuenta de cosas. Pero es muy difícil tomar las decisiones de a quién poner y a quién no por detallitos. Es muy complicado, más cuando te juegas el puesto o la clasificación. La Selección tiene que salir a ganar siempre. Si puedes percibir antes que va a pasar algo, pues obviamente lo evitas. Pero a veces, como en este caso con Gavi, es inevitable.
Hablando de críticas a los entrenadores. Documentándome para esta entrevista, una de las primeras cosas que han caído en mis manos es un artículo titulado 'El mal rollito que desprende Pezzolano' por unas declaraciones tuyas sobre la afición. ¿Qué pasa aquí si el Real Valladolid es tercero y viene de empatar ante el líder?
Miro mucho el entorno y lo que le hace bien al equipo. Quiero sacarle a los jugadores los focos de encima. A veces hay que hacerlo, por más que no nos guste: llamar la atención un poco del aficionado para que no le caiga tanto al jugador. Pero estoy muy tranquilo. Quien me conoce sabe que soy una persona muy respetuosa y que vengo a hacer lo que yo siento que es lo mejor para la institución. Somos un cuerpo técnico muy institucional, pensamos mucho en el club y en estar ayudando siempre a los jugadores. Queremos que solo haya una línea a seguir. Así que nada, con eso del rollo alguno se puede sentir mal. A veces lo busco para que me caigan a mí los focos. Lo prefiero si vale para liberar a los jugadores y que ellos se dediquen a jugar.

¿Qué crees que es lo que más valora un aficionado de un entrenador?
En general, ganar. Después, obviamente, el cómo ganar. Aquí lo que importa son los tres puntos y que el equipo esté en los objetivos más altos posibles. Después llega la evaluación. Si el equipo juega muy bien y es superior al rival, genial. Pero sólo se quedan con lo peor si no ganaste. Y si ganaste ven las cosas buenas y lo peor queda muy chiquito. Manda el resultado. Ahí está la pasión.
¿Y un futbolista, que tiene en cuenta en la relación con su entrenador?
Valora más la honestidad, la claridad. Cuando sos entrenador, tratas con personas. Hay gente a la que le gusta que le seas claro y frontal, y hay gente a la que no le gusta eso. Yo prefiero ser claro. Me gusta hacer y decirle las cosas que siento y que veo, y que sea lo mejor para él. Y, a veces, hablarle como un hermano mayor aprovechando que soy joven. No tanto como un padre. Te ven como uno más. Siempre les repito: 'Si te digo esto es por tu bien'. A mí me gusta siempre la claridad, hablarles mirando a los ojos. Es fundamental. Pero después hay gustos.
¿Qué no soportabas tú del técnico cuando eras jugador?
Que te quisieran disfrazar las cosas. Yo tuve entrenadores con los que igual no jugaba tanto, pero me eran sinceros. El jugador no es tonto. Ve todo.
¿Qué es lo que más te importa transmitir ahora en esta temporada donde la exigencia del ascenso siempre va a estar presente?
Lo que hablo mucho con los jugadores es que hoy, si terminara LaLiga, ascenderíamos porque pese a ir terceros tenemos la ventaja con el Sporting [que es el segundo]. Queremos tener siempre los pies sobre la tierra y sabemos que ahora mismo, por estar segundos o terceros, no somos ni los mejores ni por perder somos los peores. El equilibrio emocional es fundamental. Falta mucho. Miro el partido a partido para ir logrando las metas. No me quedo con lo que pasó ni con todo lo que va a pasar.
Los entrenadores hablan dos veces por semana e incluso cuatro si hay otras competiciones entre semana. ¿Lo que más te preocupa es no dar algún titular que pueda molestar a la plantilla o a la presidencia?
Según los momentos. Hoy prefiero que el vestuario pase desapercibido y que vengan todas las luces para mi lado en el sentido de lo malo. Siento que el plantel así está mucho mejor. Para mí la presión es la de uno mismo. Vos tenés una manera de asimilar las presiones, y las del entorno son diferentes. Un ejemplo: en el último equipo en el que estuvimos, Cruzeiro, teníamos 10 millones de aficionados. El entorno se hace ver de otra manera, pero la presión es tuya. Yo tengo la misma presión acá que y allá. Y me gusta. Cuando las luces vengan todas hacia mí, y lleguen las críticas, me gusta. Lo soporto. No me importa. Hay gente que no la tendrá y prefiero liberarlos a todos.
"Prefiero que el vestuario pase desapercibido y vengan las luces a mí para lo malo. Si hoy hay menos paciencia con los entrenadores es porque antes los sacaban y le tenían que pagar todo, y ya no"
¿Y de paciencia cómo vamos en España respecto a otros países en los que has dirigido?
Para mí el fútbol en todos lados es igual. Después, en cada liga hay diferentes reglamentos con los entrenadores. Antes, para sacar a un entrenador de su puesto, había que pagarle todo el contrato que hubiera firmado, y hoy no. Si hay menos paciencia ahora es porque el entrenador está menos protegido y es más fácil cambiar. Le pago menos que antes y, además, lo hago dentro de un año. Y mientras, que vaya a reclamar. Pasa por esto. Pero en todos lados es lo mismo. Los dirigentes también tienen su presión cuando tienen que cambiar, pero ven el producto mucho mejor que antes.
Quien nos escuche hablar de paciencia dirán que hemos olvidado que el club te mantuvo en el cargo pese a no lograr la permanencia la temporada pasada y eso no es muy común. ¿Te lo esperabas?
No es fácil llegar faltando diez fechas a cualquier equipo cuando está peleando un descenso. La realidad es que sólo se ve el resultado. El Real Valladolid estuvo hasta el último segundo peleando por no descender. Se hizo un equipo competitivo, que corría hasta el último segundo del último partido. Fue impresionante la manera de vivir cada uno de ellos. Después, tácticamente, podía ser un poco complicado e internamente la institución cambió mucho. Ahora, la cultura de trabajo que hay acá adentro, lo que el jugador valora en la institución, cómo va cambiando y se va mejorando todo eso, es algo que no se ve en el resultado del fin de semana. Pero en el día a día, el que sabe y está dentro, siente que es muy valioso porque eso va a traer cosas muy buenas para el club. Yo siempre lo digo, a mí lo que más me importa es dejar algo tangible.
¿Cómo?
Yo no sé si mañana voy a ganar, perder o empatar. Pero yo sé que esto que digo tiene que estar al final: la profesionalidad, el respeto a tu trabajo y a la institución; que se valore todo mucho. Se lo digo a los chicos: 'Soñabas con jugar en Primera y, si te decían si ibas a jugar en el Real Valladolid, se te erizaba la piel. Y eso no se puede olvidar nunca, porque luego ven cosas mejores o nos empieza a parecer todo normal. Ésa es la cultura que quiero y eso está acá adentro. Se está viendo. Y Dios quiera que nos traiga los resultados para que se vea mucho más.
Esa noche del descenso te pudimos ver hundido. ¿Era sólo por lo deportivo o estabas informado de que el club podía ser vendido a buen precio en Primera y no en Segunda?
No, yo miraba el dolor de los jugadores, el dolor de un vestuario, nuestro dolor. Venimos a intentar cumplir el objetivo inmediato, que era salvarnos, y no lo pudimos lograr. Ése es el dolor más grande porque dimos el 100%. El dolor humano más que nada. Después, lo otro... Estoy fuera de eso y no me interesa. A mí me importa mucho lo humano, me importa mucho el trabajo, el crecimiento. No pudimos, aunque por algo suceden las cosas.
¿Ves LaLiga como el mejor escaparate del mundo posible o te gustaría probar en el futuro en la Premier u otro campeonato?
Los mejores campeonatos del mundo son la Premier y LaLiga. Ya estoy aquí. Personalmente, siempre soy una persona muy ambiciosa. Y tengo mucho que dar de aquí en adelante. Pero hoy tengo esto, quiero valorarlo, hacerlo lo mejor posible, ascender a Primera. Hacer eso, crecer en todo y dirigir en España es ahora el objetivo.
¿Es cierto que ya has recibido ofertas importantes como la del Vasco da Gama?
Sí, sí, hubieron muchas. Nosotros somos un cuerpo técnico joven que está muy bien valorado en los países en los que estuvimos [Uruguay, México, Brasil...]. En Brasil hicimos buen trabajo. En México, también; y llegaron ofertas de allí. En Uruguay ni qué hablar. Estamos muy bien valorados en Sudamérica, sin duda. Éste es el quinto equipo al que dirigimos. De los cuatro de antes, salimos campeones en tres. En el otro llegamos a semifinales con Pachuca, pero no logramos el campeonato. Aun así, hicimos un gran trabajo con los jóvenes y de generar cosas impresionantes. Nos valoran mucho porque saben el trabajo que le podemos dar.
"He tenido muchas ofertas, entre ellas la de Vasco da Gama. Quedamos campeones en tres de los cuatro equipos anteriores. Estamos muy bien valorados en Sudamérica y saben el trabajo que podemos dar"
¿Cómo definirías el estilo Pezzolano?
Acá nos estamos adaptando mucho a lo que tenemos. Es un crecimiento. Pero nosotros solemos adaptar a los jugadores a nuestro estilo. Siempre que nos han contratado era para hacer nuestro juego. Somos un cuerpo técnico al que le gusta la intensidad sin balón. Con balón, igual. Buscando posicionarnos en el campo rival. Jugar en bloque alto, pero encontrando los espacios para atacar. No nos gusta tanta tenencia de balón. Aunque siempre fuimos uno de los equipos con más posesión. Un juego posicional, agresivo. Hacerlo fácil con balón. Tener muchas oportunidades. Eso es lo que intentamos. Sacarla bien jugada desde abajo con jugadas automatizadas. Saben que, los que nos conocen, no era fácil encontrar a un entrenador con el que el portero te marque la salida y todo el movimiento del equipo. Acá nos fuimos adaptando. No lo hacemos tanto, pero despacito lo vamos a ir haciendo. Jugar desde atrás.
¿Eso es más fácil o difícil ejecutarlo en la élite de Primera con tanto grande o en la igualdad de Segunda?
Se puede adaptar en todos lados. Hay que ver los momentos. Ésta es la inteligencia de un entrenador, adaptarse. No querés hacer cosas que no van a funcionar. Hay que ir consiguiendo que tu jugador se vaya fortaleciendo. Conseguir el resultado. Que la institución vaya logrando sus objetivos. Ir logrando tus metas sin fallarte en lo que vos querés. Hoy en día, en la salida de abajo, no lo estamos haciendo 100% como nos gustaría. Pero ya ves al equipo en bloque alto y la intensidad del equipo en tener oportunidades de gol. Ya tenemos la intensidad para recuperar la bola y para presionar la salida del rival. Todo eso se está viendo. Me gustaría agregar lo de la salida.
Como entrenador, solías estar acostumbrado al éxito y a los ascensos antes de venir. ¿Cómo has intentado renovar las ilusiones en Pucela de un equipo, los trabajadores y toda una afición tras el descenso?
Nosotros hacemos muchas charlas con el staff. Y hablamos mucho con todos. La motivación tiene que estar en cada uno. Ya sólo con el hecho de estar en el Real Valladolid. Todos ven la ambición que tenemos. Eso se va contagiando también. Ves que eres muy natural. Ves que te parás de igual a igual con cualquiera. Te pones a hablar con el que limpia. Con el que cocina. Somos todos iguales. Si no me gusta algo, se lo voy a decir. Como se lo puedo decir al presidente. Como se lo puedo decir a cualquiera. Entonces, ellos van valorando eso. Y a partir de ahí, saber que tenemos un objetivo en común. Veo a la gente muy motivada. Que quiere lo mejor para la institución. Llegamos a lo último del curso pasado y no pudimos hacer algo de impronta en los diez últimos partidos. Tampoco puedes hacer muchos cambios.
Muchas de las cosas que hablas tienen relación con el aspecto mental y controlar las expectativas es complicado. ¿Confías en la psicología como herramienta de ayuda y la vienes aplicando en tus equipos?
El fútbol es todo. El jugador es todo. Y nosotros, los seres humanos, somos el 99% mental. Soy una persona de hablar mucho individualmente con ellos. Grupalmente cosas superficiales, pero individualmente sí. Enfocarnos siempre en el objetivo individual para después ver lo grupal. Porque si perdemos lo individual, por más que piense lo grupal, estamos... Pero sí, le doy mucha importancia. Tienes que estar fuerte físicamente, tácticamente y mentalmente. Es fundamental porque es el convencimiento del jugador y hay que cuidar todos los detalles. Como tampoco podemos hablar sólo del tema mental y descuidar lo demás. Si le hablas al jugador de algo que luego no sucede también pierdes mucha credibilidad. Va todo enlazado. Tenés que tener todo.
En España hubo muchos uruguayos que triunfaron, se acaba de ir un grande como Luis Suárez y en el Real Madrid marca el paso Valverde. ¿A qué compatriotas pediste consejo sobre el fútbol español?
En mis tiempos de vacaciones entre equipo y equipo, cuando estaba dirigiendo, cuando apenas comencé a dirigir hace ya seis años y medio, venía mucho a España a ver entrenamientos. Me venía un mes y acudía a una semana de entrenamiento en un equipo, una segunda semana de entrenamiento en otro equipo y la otra, en otro. Iba viendo muchas cosas. Iba teniendo contacto con los entrenadores. Hay mucho uruguayo que jugó en España y también te empapas. Y entrenadores y preparadores físicos. Hablé con todos. Pero no puntualmente cuando vine; siempre. También tuve la suerte de estar en la temporada 2009-2010 en el Mallorca con Gregorio Manzano. Gran entrenador. Gran persona. Y tuve la suerte de cruzármelo acá en Valladolid, donde vive ahora. Te van quedando cosas y vas viendo cómo implementarlas en el día a día de tu equipo.
Es sorprendente lo bien que hablas de Manzano cuando aquel año jugaste poco y ya se sabe: si el futbolista juega es porque él es un crack, y si no lo hace toda la culpa la tiene el entrenador...
Siempre te quedan cosas. Yo era un jugador que miraba mucho todo. Y valoro que la gente sea sincera y sea trabajadora. Sabía entonces lo que podía dar dentro del campo y también que había jugadores que estaban dando lo mejor. Y había compañeros que eran mejores. Entonces, de qué me voy a quejar. Eso es ser egoísta. Y pasa mucho. La realidad te la marca el juego. Manzano me dio la oportunidad de estar en un Mallorca en el que acabamos quintos y en el que hasta el final tuvimos casi la previa de Champions. Un equipazo. Y estar ya en el plantel era espectacular. Y, además, participé de 15 partidos. No es que jugué uno o dos. Soy una persona que no sólo mira lo mío. Veo todo el entorno. Todas las cosas. Y lo que hacía Manzano era excelente. Cómo gestionaba. Cómo llevaba un plantel. Era algo que me llamaba la atención.
¿Quién se puede decir que es tu referente en los banquillos?
Nosotros vivimos la mejor era del Barça de la historia, y ahí el entrenador era Guardiola. Es algo espectacular de ver. Me encantaba. Después me gustan mucho las cosas de Klopp. Y el mandato y las maneras del Cholo Simeone. Son diferentes modelos, pero me gusta que cada uno tiene lo suyo. Son entrenadores espectaculares.
"Lo de Guardiola era espectacular de ver, me encantaba. También me gusta mucho Klopp y el mandato y las maneras de Simeone"
¿Y Bielsa, al que ahora tenéis por Uruguay? ¿Has hablado con él?
Nunca hablé con él. Es un gran entrenador. Te genera cosas impresionantes. Muy vertical. Cosas que al fútbol uruguayo le van a venir muy bien. Tiene jugadores para hacer lo que él quiere. Es muy inteligente. Estoy contento de tenerlo en nuestro fútbol. Ojalá logre cosas impresionantes. Y puede hacerlo por lo gran entrenador que es.
Colgaste las botas relativamente pronto, con 33 años, cuando jugadores como Joaquín han brillado con 40. ¿Por qué lo dejaste?
Me estás comparando con gente con un poquito más de calidad que yo, ¿no? [Risas] Cuando lo dejé estaba en el Torque City, un equipo del grupo City en Uruguay. Me quedaba un año más de contrato y ya había hecho el curso de entrenador. Me propusieron desde adentro dirigir al equipo. En un momento, cuando sacaron a un entrenador, pusieron un interino. Y ya estaba terminando el torneo. Entonces me propusieron ser el entrenador para el siguiente. Y lo pensé. Soy ambicioso. Y como jugador ya no podía dar mucho más... Como entrenador surgía un camino nuevo para crear cosas nuevas en la vida. Y bueno, me gustó.
Así que aceptaste.
Me generó cosas que podían ser positivas. Lo pensé y llamé a la gente que yo creía que era necesaria para arrancar mi etapa como entrenador. Empecé con Valentín Villazán, que ya era un entrenador de prestigio en el fútbol uruguayo. Sabía más que yo. Y un preparador físico que ya estuvo con Lasarte en la Real Sociedad y en la selección uruguaya: Pablo Balbi. Si ellos dos aceptaban, yo arrancaba con ellos. Si no, no iba a dar el paso. Me aceptaron y empezamos juntos. Y ahí arrancó todo, teniendo gente conmigo, atrás mío, que saben mucho más que yo. Si no, estoy muerto.
Ya en los banquillos, entre otras muchas cosas, ascendiste a Cruzeiro con Ronaldo. Llevamos 20 minutos de entrevista e igual estás pensando '¿y este periodista de dónde sale que no me pregunta por el presidente..?. Así que allá voy: ¿Cómo lo conociste?
Yo termino el contrato en Pachuca, en México, y a la semana llego a Uruguay y me contactan Paulo André y Pedro Martins, que era el director deportivo de Cruzeiro. Querían tener una charla. Me dijeron que Ronaldo había comprado el equipo y que querían conocerme para ser el entrenador. Tuvimos una conversación muy buena y me contrataron. A Ronaldo lo conocí después, a los dos o tres meses de estar allí. Lo vi en el vestuario después de un partido que fue a ver. Una persona espectacular. Confía mucho en su gente. Así que nada, estoy muy contento de estar en otro equipo de él. Quiere decir que hicimos buen trabajo en el Cruzeiro.
Los que le hemos podido tratar algo, aunque sea desde otra trinchera, observábamos que a veces hablaba poco, pero cuando lo hacía dejaba huella. ¿Hubo algo que te dijera y que te impactara?
Algo que fuera decisivo para fichar o algo así, no; porque yo llegué al equipo sin haber hablado antes con él. Cuando nos conocimos y ya estuve a su lado, lo que me llamó la atención y lo que más admiro de él es que es una persona sencilla. Está con nosotros y es tranquilo. Ha sido uno de los mejores jugadores de la historia en el mundo y, aun así, es sencillo. Tiene muy claro lo que quiere y el camino que quiere para sus clubes. A veces se le puede ir dando y a veces no, porque esto es fútbol. Pero lo tiene muy claro. Es una persona transparente y honesta. Te da gusto sentarte a hablar con él.
¿Será tan fenómeno de presidente como lo era de delantero?
Sin duda, sin duda. El tema es que los inicios a veces cuestan un poco. Es diferente: siendo jugador sabes que depende al 100% de ti. Ahora tiene una empresa que depende de mucha gente. Pero él es la cabeza y en los dos clubes tiene claro dónde quieren llegar. Lástima que se dio este descenso. Son cosas que le van a generar un aprendizaje. Pero él va a lograr sus objetivos, porque tiene mucha capacidad y está muy bien rodeado. Podemos hablar mucho acá, pero si estás rodeado de mala gente... Y él tiene gente muy capaz en todos los sectores y, claro, por eso va a conseguir sus objetivos.
¿Cómo gestiona las críticas alguien como él que estaba acostumbrado al halago?
Bien. Siempre mantiene la calma. Él podría echarle la culpa a lo que sea porque es Ronaldo y no lo hace: siempre está metido y diciendo que lo vamos a sacar todos adelante. Es una persona muy humilde, muy honesta y sabe muy bien a dónde quiere ir.
¿Le ves mucho más tiempo en Valladolid?
Sí. Esperemos que sí. Si nos toca conseguir los objetivos me encantaría, obviamente, seguir con las personas que me trajeron. Ojalá podamos estar mucho tiempo consiguiendo objetivos juntos. Quiero seguir. Querrá decir que nos está yendo bien.
"Veo mucha más tiempo a Ronaldo en Valladolid. Ojalá podemos estar más tiempo juntos. Quiero seguir. Querrá decir que nos está yendo bien".
Lo que ha demostrado Ronaldo es que no se casa con nadie. Hace nada despidió a su amigo Julio Baptista del filial. ¿Cómo lo valoras?
Hay que ver los motivos 100%, que internamente obviamente se saben, pero muy bien por él.
¿Por?
Porque como yo digo siempre, por ejemplo, mi cuerpo técnico no tiene nada que ver con Ronaldo, que tiene mil personas alrededor. En mi cuerpo técnico no traje amigos, traje a gente capacitada para cada sector. Si él, o el mismo el club, toma una decisión de sacar a un amigo o a una persona muy allegada, quiere decir que él tiene muy claro lo que desea. Eso habla muy bien del dueño, que no pone la amistad por encima del negocio. Si fue así, porque también puedes tener un amigo que es muy capaz y lo respaldas a morir porque también es capaz. Así que nada, lo que ha pasado habla muy bien de Ronaldo también como empresario. Porque el problema más grande de un empresario es cuando tiene a la familia o a los amigos adentro de la empresa. Acá es donde se te empieza a complicar porque tienes que actuar con el corazón y no actúas con la cabeza. Ahí se te empieza a complicar el negocio. Así que muy admirable.
¿Te sorprendió la decisión?
No sé bien los motivos, habría que verlos bien, pero ni me sorprendió ni me pareció algo normal. A todos nos pasa.
¿Te sentiste señalado por alguna de las declaraciones que hizo Batista públicamente?
No. No. No.
Hablo de las dificultades que decía Baptista que tenía para hacer los onces y las convocatorias en el Promesas, porque había jugadores que se iban con el primer equipo y no volvían y demás.
No. Porque eso se hace en todos los clubes, se hace en todos lados. Eso era ya un tema más de un alineamiento con la institución, no era algo personal. Ahora está Alvarito Rubio y está haciendo lo mismo. Le bajamos ahora cinco o seis jugadores y, al revés, él estaba contento. Y si no le mandamos a ninguno porque no se puede, también está contento porque el trabajo se ve en el fin de semana. Es el rol que tiene, no lo veo así.
"Yo en mi equipo no traje amigos; sino a gente capacitada. El problema es cuando tienes a familiares o amigos dentro de la empresa y piensas más con el corazón que con la cabeza..."
Te veo analizar todo con mucho poso y sabiduría. El apodo de 'Papa' te viene como anillo al dedo, pero quería saber por qué te llaman así.
Tenía un entrenador en Peñarol que se llamaba Dicono, en juveniles, y en vez de Pezzolano me decía Papaleo, se equivocaba. 'Papaleo, vení por acá'. Y yo le decía: 'Papaleo, no. Pezzolano'. Y contestaba: 'Está bien, vení Papaleo, vení'. Con eso me quedé. Desde los 12 o 13 años me dicen Papa.
¿Y los jugadores también?
En Uruguay sí. Acá no. Acá se utiliza mucho lo de míster. Allá en Brasil se usaba mucho el profe. En México y en Uruguay sí me conocen como Papa, porque como jugador y como todo, el Papa es Pezzolano.
En España, en la intimidad, somos mucho de poner motes. Pero claro, eso el jugador no te lo va a decir a la cara si quiere ser titular...
¿Qué eso de poner un mote?
Es un sobrenombre que se da a una persona para destacar una cualidad o una condición suya. Un ejemplo: si fueras calvo, pues algún jugador diría por lo bajo...: 'Ya viene por ahí el calvo'.
[Risas]. ¡Ah! Un apodo. Me dirían el pelado o el pelón. No sé si tendré mote...
Los sudamericanos sois muy de cábalas, promesas y supersticiones. ¿Te comprometes a hacer algo especial si hay ascenso?
Particularmente no soy así. No tengo estas cosas. Te lo pueden decir todos los que trabajan conmigo. Creo mucho en el trabajo del día a día, sencillamente en eso. A veces te pueden surgir cosas de esas, como lo de ponerte una misma ropa porque ganaste un partido pero al otro lo empataste y ya te la sacaste. No creo en eso. Quería creer por un momento, pero no hay manera.
¿Qué es a lo que más te ha costado adaptarte en Valladolid?
La adaptación a la ciudad fue muy buena. Es muy linda la gente. Dicen que es gente muy fría y conmigo es súper cálida. Yo ando en todos lados y la gente se te pone a hablar. Es espectacular. Lo del frío que se dice está comenzando ahora... Vamos a ver cómo nos adaptamos. Ya pega un poquito en la cara cuando se levanta el viento y te congela un poquito. Pero vamos bien.
"Dicen que la gente de Valladolid es fría, pero conmigo es súper cálida. Soy de asado y pizza, pero lo del lechazo y las mollejas es algo espectacular"
Yo he estado aquí dos días cubriendo a la Selección y me da que he cogido dos o tres kilos por cómo se se come aquí... ¿Algún producto de la tierra te haya llamado especialmente la atención?
En España se come bien en todos lados. Es espectacular. Acá lo que sí que es espectacular es el lechazo y la molleja de lechazo. Muy buena. Soy una persona muy básica para eso. Soy del asado, la carne, pizza y pasta. Y de ahí no me sacás. Ahora que vamos por ahí a comer, el lechazo siempre está presente.
Muchos entrenadores, tipo Marcelino, andan obsesionados con ponerle la báscula a sus jugadores. ¿Alguna norma que tengas tú, que se pueda contar y que no se pueda ni negociar?
Lo de la báscula tiene que estar siempre. Y con sus multas. Como te dije, hay que respetar a la institución que te está pagando y dando las herramientas para que sigas creciendo. ¿Cómo se respeta? Siendo profesional. Con los horarios, con que el entrenamiento sea serio, en la intensidad, en el peso, en la comida... Aquí tenemos la obligación de desayunar y almorzar juntos todos los días sentados. No se la pueden llevar a casa y tenemos la multa correspondiente respecto al peso. Cada jugador tiene que tener una masa muscular concreta y también hay multas. Así les ayudamos a ser lo más profesionales posible.
¿Y cómo sienta eso en el vestuario?
Al principio lo entienden regular, como diciendo '¿qué esto, un cuartel?'. Y no, yo te estoy ayudando. Y ya va todo automático. Ahora dicen 'qué bien, qué tranquilidad de que ya salgan las cosas con naturalidad, cómo se trabaja...'. Ellos mismos se preocupan de lo suyo. Se lo tomaron como algo propio. Eso es lo más lindo para el entrenador.
Gracias por atendernos y suerte en lo que resta de temporada.
Un gusto. Estamos a las órdenes siempre.