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Cronología de la nueva depresión del Sporting de Gijón

Líder en octubre de 2021, el histórico equipo gijónés comenzó una dinámica negativa que lo tiene en la zona baja de Segunda por segunda temporada consecutiva.

El Sporting recibe un gol en El Molinón/LALIGA
El Sporting recibe un gol en El Molinón LALIGA
Pablo Ruiz

Pablo Ruiz

La Segunda División está plagada de históricos competitivos que sueñan con volver a tocar el cielo más pronto que tarde. Esa exigencia es lo que hace a la categoría tan igualada, incierta y atractiva. Todo se equilibra y tener los pies en el suelo, sabiendo manejar las expectativas, puede marcar la diferencia entre hacer una temporada eficiente, o agonizar viendo cómo el abismo se acerca.

Precisamente ese abismo empezó a apretar el año pasado al Real Sporting. La temporada se acercaba a su fin y tras perder en El Molinón ante un Ibiza, que no se jugaba nada (0-1), dejó el descenso a cuatro puntos con cuatro jornadas por disputarse. Fue ahí cuando apareció el recurso de la figura de Abelardo, sportinguista de cuna, que volvió a su casa para enderezar un rumbo que había cogido una dirección peligrosa con posible descenso a la 1ª RFEF.

Vuelta de Abelardo y salvación

"Siempre que vuelves a Gijón, al Sporting, estás ilusionado. Sabiendo que la situación es complicada, todos lo sabemos, pero muy contento de volver y esperando que las cosas salgan bien. Yo lo llamo sportinguismo. Considero que el Sporting es mi familia y si mi familia me necesita no es ser valiente, es asumir la situación que es, sabiendo que es una situación muy complicada. Naturalidad, trabajo y esfuerzo y sacar estos cuatro partidos adelante y salvar la categoría", decía un emocionado Abelardo Fernández en la puerta del estadio, de manera improvisada, en su vuelta a Gijón, hace casi un año.

Abelardo sí dio con la tecla y con dos empates y una victoria fue suficiente para que el Sporting respirara en el fútbol profesional una temporada más. Antes que él lo habían intentado David Gallego y Josep Lluis Martí, con suerte parecida. Con Gallego el conjunto asturiano llegó a ser líder de Segunda en la jornada 10 del campeonato, pero una racha de sólo 14 puntos de 54 posibles condenó al Sporting a una situación más peligrosa (a 5 puntos del descenso) y al técnico catalán a dejar huérfano el banquillo. Lo ocuparía Martí.

No tuvo tampoco demasiada fortuna. Tras diez partidos y solamente seis puntos conseguidos de 30 posibles, el sportinguismo encendía todas las alarmas porque Real Sociedad B y Amorebieta, que estaban en puestos de descenso, se colocaban a tan solo cuatro puntos. El Real Sporting, que nunca ha descendido a la tercera categoría del fútbol español, lo empezaba a sentir, pero la pesadilla tuvo final feliz con Abelardo, que comenzaría la temporada siguiente al mando.

Inicio ilusionante, presente peligroso

Marcado por la llegada de un nuevo dueño al club con los mexicanos de Grupo Orlegi, el inicio de esta temporada empezó siendo ilusionante. Sumando ocho puntos de los doce primeros en juego, el Sporting volvió a sentirse importante con el 'Pitu¡ Abelardo al frente y una plantilla que respiraba sportinguismo por los cuatro costados. Volvían asturianos ilustres como Cote, que se sumaba a la ilusión transmitida por la llegada de Jony, procedente de la Lazio la pasada campaña y a los canteranos Pedro Díaz, Guille Rosas o Dani Queipo.

Nada más lejos de la realidad, la dinámica del Sporting estaba destinada a ser similar a la de la temporada anterior, en la que la urgencia por volver a Primera se apoderó del club y actuó como bloqueo para unos jugadores, que vieron cada partido como un problema en lugar de como una oportunidad para crecer. Entre tanto declive y tras una victoria (en Lugo, 0-1) en doce partidos disputados, Abelardo fue destituido con el descenso a tres puntos y el playoff, a ocho.

Miguel Ángel Ramírez, que es el inquilino actual del banquillo sportinguista, tampoco mejora los números. Con 8 puntos de los 24 que había en juego desde la llegada del técnico canario a Gijón, está sirviendo para mantener una distancia de seis puntos por encima del descenso, alejándose de un playoff (a 15 puntos) que es una quimera y con la sensación de que el final de esta temporada va a tener muchas coincidencias con el anterior.

Ramírez en las últimas semanas abrió un nuevo melón, analizando los posibles problemas del club y cómo eso puede afectar a los resultados: "Yo creo que los resultados que lleva teniendo el Sporting año tras año no son casualidad. Nos tenemos que plantear todos por qué. Yo vengo al Sporting porque creí que podía encontrar un proyecto como el de Independiente del Valle", comentó hace apenas dos semanas en rueda de prensa. El técnico fue campeón con Independiente del Valle de la Copa Sudamericana.

"Te voy a poner un ejemplo muy gráfico, que creo que marca las diferencias. Las áreas de este campo al lado se han cambiado después de no sé cuántos años. Unas áreas que ya empezaban a ser peligrosas para los porteros. Y no se cambiaban. Pero es que hay que ganar el sábado. Ya, ya sé que hay que ganar el sábado, pero hay muchos elementos que deben de cambiar. Como club hay muchos procesos, comportamientos, hábitos fuera del campo que tienen que cambiar para poder merecer esos resultados. Si seguimos haciendo las mismas cosas, obtendremos los mismos resultados", reflexionaba Ramírez en lo que podía ser la clave de la situación del Sporting del último año y medio.

Para el Sporting empieza a ser urgente que esos resultados empiecen a cambiar para, al menos, salvar la categoría un año más y poder continuar en el fútbol profesional. En LaLiga Smartbank la historia no gana partidos y llegados al punto en el que se encuentra el club asturiano, va empezando a ser necesario un cambio de expectativas para poder empezar a construir ese proyecto ganador.