REAL ZARAGOZA

La Romareda como metáfora: del derribo del viejo estadio a la construcción de un nuevo equipo

La plantilla de Víctor Fernández, con los únicos fichajes por ahora de Joan Femenías y Soberón, ha arrancado la pretemporada el mismo día que las máquinas inician el largo proceso de construcción del nuevo campo.

Primer día de pruebas para los jugadores del Real Zaragoza. /TINO GIL
Primer día de pruebas para los jugadores del Real Zaragoza. TINO GIL
Mario Ornat

Mario Ornat

La frase la pronunció el presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón (PP) en la presentación institucional del inicio de las obras en el estadio: "Hoy no queremos hablar del comienzo del derribo, sino del inicio de lo que va a ser el renacimiento de La Romareda". Y ese mensaje enfocado hacia un futuro de "crecimiento" serviría también para resumir el estado en torno al equipo de Víctor Fernández, que también este lunes ha arrancado la pretemporada. De las máquinas en el campo a los reconocimientos médicos de los futbolistas, la metáfora se construye sola: Zaragoza ha iniciado este 8 de julio la reconstrucción de La Romareda y Víctor Fernández, la del proyecto de regreso a Primera División, hecho añicos en las últimas cuatro campañas.

El objetivo no hace falta ni nombrarlo, está implícito en la propia naturaleza del Real Zaragoza, se lo mire de frente o de costado. Para ello, Víctor Fernández ha prescrito de la mano del director Juan Carlos Cordero un remozado masivo de la plantilla. El fracaso de la pasada campaña -de los cuatro últimos años, en realidad- obliga a un replanteamiento de la fórmula y los nombres, pero el mes largo de paréntesis ha resultado por ahora en sólo dos incorporaciones: el portero Joan Femenías y el delantero Mario Soberón.

Al club aragonés le queda mucho trabajo pendiente en el mercado hasta edificar un equipo digno del necesario renacimiento, después de varios años bajo amenaza de ruina. El volumen de movimientos intuidos como necesarios es tan alto que la lentitud del mercado genera de forma inevitable una sensación frustrante para el aficionado. De momento el Zaragoza iniciará este martes por la mañana los entrenamientos en la Ciudad Deportiva con 30 futbolistas a las órdenes de Víctor Fernández.

Los que siguen, al menos por ahora, son Cristian Álvarez, Poussin y Rebollo como porteros. Los defensas Borge, Nieto, Lecoeuche, Francés, Lluis López y Jair. En el medio campo están Francho, Toni Moya, Marc Aguado y Jaume Grau. Y entre la media punta y el ataque, Maikel Mesa, Liso, Azón, Bakis y Sergi Enrich. Hay dos fichajes, los ya mencionados Femenías (libre desde el Levante con contrato hasta 2026) y Soberón (acabó contrato en el Eldense y ha firmado también dos años). Y regresan de sus cesiones el lateral derecho Marcos Luna, el mediapunta Bermejo y los delanteros Sabin Merino y Marcos Baselga. Además, Víctor ha llamado del filial para la pretemporada a Juan Sebastián, Hugo Barrachina, Alberto Vaquero, Lucas Terrer, Marcos Cuenca (renovado hasta 2028) y Pau Sans.

Víctor Fernández ha prescrito una reconstrucción masiva de la plantilla, con muchas operaciones aún pendientes, y este martes arrancará los entrenamientos con 30 jugadores, sólo dos fichajes, cuatro regresos tras cesión y seis chicos del filial

De los cedidos del pasado año (Zedadka, Mouriño, Germán Valera, Manu Vallejo, Guti, Mollejo y Edgar Badía) sólo los dos últimos aparecen como posibles objetivos para regresar al Zaragoza. Fran Gámez salió tras finalizar su contrato. A estas horas hay tantas rescisiones por definir como llegadas por concretar. En la portería va a seguir sólo Cristian Álvarez, acompañado por Femenías. Badía, propiedad del Elche, es un objetivo declarado para completar el trío. Rebollo y Poussin no cuentan, aunque ambos tienen contrato en vigor: un año más Rebollo y hasta 2026 el francés.

Entre los defensas, Borge y Nieto acabaron la campaña lesionados y siguen en proceso de recuperación de sus graves lesiones. Se le quiere buscar destino al francés Lecoeuche y veremos qué pasa con Jair. A Víctor le hacen falta laterales y centrales.

En el medio Francho, Toni Moya y Marc Aguado son seguros, salvo sorpresa. Arriba hay mucho por decidir, después de los fiascos de las últimas campañas. Maikel Mesa parecía destinado al Tenerife pero esa pretensión no se ha concretado en una oferta. Bakis y Sergi Enrich son dos casos peliagudos: el turco germano, cero goles el año pasado, tiene contrato hasta 2026; y hasta 2025 firmó Sergi Enrich, de temporada irrelevante hasta el epílogo, cuando firmó sendos goles en los últimos partidos. Sabin Merino vuelve tras un año apreciable en el Racing de Ferrol y Bermejo lo hace desde el Elche. Mientras, Adrián Liso ha renovado este verano su contrato hasta 2029, después de que Víctor lo hiciera debutar en marzo frente al Espanyol.

Más allá de las incorporaciones, el del Zaragoza es un caso clásico de atasco en las salidas, algo que ya se podía intuir porque buena parte del grueso de la plantilla, incluidos muchos cuyo nombre está en la rampa de salida, tienen contrato en vigor. También los tres principales canteranos de la plantilla (Francés, Francho y Azón), finalizan el año próximo. Su continuidad es un objetivo estratégico, pero Francés ha sido uno de los asuntos candentes del verano. Tiene mercado, Víctor Fernández desea contar con el capitán de la sub-21 y el club debe resolver una situación incómoda: o logra convencerlo para renovar o tendrá que venderlo al mejor precio posible para evitar que el próximo verano se marche con la carta de libertad.

Así, con la mayor parte de la atención puesta estos días más en los despachos que en el campo de entrenamiento, el Zaragoza iniciará este martes la actividad en la Ciudad Deportiva a las 9:30 de la mañana. Víctor trabajará estas semanas con sus futbolistas en la capital aragonesa para después concentrarse en San Pedro del Pinatar (Murcia), desde el 28 de julio hasta el 3 de agosto. Allí tiene ya apalabrado un amistoso contra el Elche el último día de estadía. Antes habrá jugado frente al CD Tarazona (el 24 de julio) y el Calahorra (27 de julio). Faltan aún más partidos de preparación por cerrar y la Liga arrancará para el conjunto aragonés el viernes 16 de agosto, en el Nuevo Mirandilla contra el Cádiz.

Primeras pruebas de la temporada para los futbolistas del Zaragoza. Tino Gil
Primeras pruebas de la temporada para los futbolistas del Zaragoza. Tino Gil

El nuevo 'templo' zaragocista

Mientras los jugadores iban pasando a lo largo del día por las manos de los servicios médicos del club para someterse a los preceptivos reconocimientos, en La Romareda se inauguraba el otro vector de futuro del club. Allí, los responsables institucionales y varios ejecutivos del Real Zaragoza (los consejeros Mariano Aguilar y Juan Forcén, así como el director general Fernando López) se mezclaron con los trabajadores de la empresa encargada del derribo del estadio y diferentes personalidades del ayuntamiento, el Gobierno de Aragón y el nuevo presidente de la Real Federación Aragonesa de Fútbol, Manuel Torralba.

Todos conocieron los últimos detalles del proyecto, en un escenario donde siguen aún las labores de desmontaje del concierto que Bunbury dio en el estadio el sábado y los primeros trabajos para la demolición del campo. El perímetro del fondo sur aparece ya vallado y en ese espacio han empezado a moverse operarios y máquinas, en unas obras que van a durar algo más de tres años: el nuevo "templo" zaragocista estará acabado "hacia finales de 2027 o comienzos de 2028", tal y como confirmó la alcaldesa Natalia Chueca (PP).

Los plazos se han acortado gracias a la decisión de construir un estadio portátil de 20.000 espectadores en otra zona de la ciudad: allí se trasladará el Real Zaragoza para jugar las temporadas 2025/26 y 2026/27. La mudanza permite acelerar los trabajos y reducir a dos las fases de demolición del actual campo y edificación del nuevo. El Gol Sur va a ser el primer en desaparecer. Pero no todavía: de aquí a diciembre la piqueta comenzará su labor derribando el edificio de la Gerencia de Urbanismo, construido como Centro Internacional de Prensa en el Mundial 1982 y anexo al campo.

Después se empezará a tirar la grada sur. Las obras comenzarán con la retirada de los asientos y elementos interiores. Después se dispondrán las redes necesarias para eliminar la cubierta, con un estricto protocolo de seguridad por el amianto presente en los elementos de construcción. A continuación será demolida la marquesina metálica y el hormigón de las gradas. Finalmente se procederá a la excavación del sótano, la cimentación y la creación de los muros de contención.

En la presentación llevada a cabo esta mañana la alcaldesa cuantificó en 151 millones de euros el coste de construcción del campo. Son aproximadamente tres más de los alrededor de 148 previstos (siempre sin IVA) en el proyecto básico, presentado en abril. El incremento se debe a algunas actualizaciones requeridas por la FIFA para las posibles sedes del Mundial y por la adición de un aparcamiento subterráneo en la zona dedicada a usos terciarios. Pero, considerado en global, el recorte de los plazos permitirá un ahorro de unos cinco millones de euros respecto al plan inicial. Eso sí, faltará por establecer el coste del estadio modular, añadido fundamental de todo el proyecto y aún pendiente de cuantificar.

La nueva Romareda estará terminada hacia finales de 2027, tendrá 43.110 butacas y costará unos 151 millones de euros, a los que habrá que sumar lo que suponga el estadio modular al que se trasladará el Zaragoza en las campañas 2025/26 y 2026/27

Ese adelanto de los tiempos le da a la ciudad más aire para rodar el estadio de cara a la candidatura como sede del Mundial 2030. Aunque la elección de Zaragoza aún "no se ha concretado", tal y como reconocieron la alcaldesa Chueca y el presidente Jorge Azcón, todo apunta a que será una de las ciudades elegidas para albergar el torneo: "Hay estudios que sitúan en unos 335 millones de euros el impacto económico que tendría para la ciudad acoger el Mundial, además de la creación de 4.200 puestos de trabajo", valoró Azcón.

La nueva Romareda contará finalmente con 43.110 espectadores para los encuentros de fútbol, una capacidad que se elevará hasta los 50.266 en el caso de la celebración de conciertos. Zaragoza quiere regresar al circuito internacional de macro eventos, aunque de una forma proporcionada: se ha hablado de un par de grandes recitales al año y algunos más de menor tamaño. "El caso del Bernabéu no es extrapolable a Zaragoza y no vamos a anticipar problemas que no existen", precisó Natalia Chueca con respecto al impacto acústico de esas actividades en un entorno que, además del área residencial, cuenta con el mayor hospital de Aragón justo enfrente del estadio.