La sonrisa de Cazorla le delata desde la cabina de Ipurúa: "¡Nos falta un pasito!"
El asturiano cada vez ve más cerca el objetivo por el que volvió al Oviedo: el ascenso a Primera División.

Si hay alguien contento hoy en Ipurúa ese es Santi Cazorla (39 años). El asturiano movió cielo y tierra para volver a su Oviedo con el único y principal objetivo de volver a la ansiada Primera División. Esta noche, la victoria contra el Eibar, ha dado más que motivos para creer y es que están a tan solo a dos partidos de poder volver a la máxima categoría del fútbol español.
"Nos falta un pasito, nos falta un pasito", dice Cazorla a Relevo, mientras baja corriendo de la cabina, donde ha visto el partido de los suyos contra el Eibar, para fundirse entre la celebración azulona que seguro se hará larga en la ciudad vasca. Cazorla no ha podido apoyar desde el césped, pues sigue arrastrando molestias en su sóleo izquierdo, pero ha vivido el vital encuentro de una forma diferente.
El asturiano ha sufrido los 96 minutos que ha durado la vuelta de las semifinales del playoff de ascenso a LaLiga desde una cabina de retransmisión cerca de la zona de prensa de Ipurúa. Junto a él, varios compañeros del cuerpo técnico que no han duda en dejarse el alma para bajar a los vestuarios antes de que el árbitro señalase el final del partido. Santi Cazorla tamibén ha hecho lo propio y sobre el minuto 92 ha emprendido su camino hacia los banquillos, eso sí, sin hacer un solo sprint, pues sigue con molestias físicas.
"Se siente que estamos más cerca", responde uno de los mitos del Arsenal y amuletos del Oviedo a este medio mientras veía como su equipo está a un pasito de volver a Primera División. La afición oviedista no ha podido disfrutar de Cazorla en el campo, pero cuando ha salido del túnel de vestuarios a celebrar la victoria, ha sido el principal protagonista. En cuanto uno de sus pies ha tocado el terreno de juego, la afición visitante ha respondido con cánticos de "¡Santi Cazorla, Santi Cazorla!".
Además de los vítores y algún cariño, el asturiano se ha llevado el clásico manteo de celebración. Toda la plantilla del Oviedo ha alzado en volandas, literalmente, al futbolista de 39 años, al igual que pasó en el último partido de liga regular en el mismo escenario.
El esfuerzo de Cazorla y el pasito por dar
El Oviedo roza con los dedos su vuelta a Primera, algo con lo que Santi Cazorla ha soñado desde que hizo un enorme esfuerzo económico por recalar en el club asturiano. Después de una etapa en el Al-Sadd catarí y con el objetivo de abrochar una carrera más que brillante, volvió a la que una vez fue su casa.
Firmó por una temporada, hasta el 30 de junio de 2024, y cobrando el salario mínimo de la categoría: 91.000 euros anuales (7.500 euros al mes). Así lo explicó el club: "El canterano azul firma por una temporada cobrando, a petición propia, el salario mínimo que marca LaLiga".
Sus sacrificios, económicos y físicos, están a punto de verse recompensados. Solo queda sellar el ascenso con una victoria en la fase final del playoff de ascenso a Primera. Por delante, dos partidos sin opción de penaltis ante un rival todavía por determinar. La moneda se decantará entre el Oviedo y el que salga vencedor de la semifinal entre el Sporting de Gijón y Espanyol. El broche no podría ser más dulce que el ascenso del Oviedo, pero sí es ante el Sporting más de uno se le alargará la noche.