El entrenador del Espanyol de la salvación agónica de Coro y del último título perico: "Con el VAR hubiéramos jugado Champions"

El último entrenador que consiguió un título con el Espanyol fue Miguel Ángel Lotina (Meñaka, 1957) con aquella Copa del Rey en 2006 en el Santiago Bernabéu contra el Zaragoza. El técnico vasco llegó en 2004 al club perico y en la primera temporada estuvo a un gol mal anulado de clasificar al equipo para la Champions League, un hito que nunca se ha conseguido en la historia del club.

"Me reconoció el linier que se había equivocado, pero ya no tenía solución", expone Lotina a Relevo, donde recuerda las dos temporadas que estuvo en el Espanyol y las claves de aquel equipo que consiguió entrar en Europa dos temporadas consecutivas. Tras su aventura con el Vissel Kobe en Japón, Lotina se encuentra sin entrenar a ningún equipo y viviendo tranquilo entre Meñaka y Logroño con su familia.

Bien, todo bien y muy tranquilo.

Sí, bueno vivo entre Meñaka y Logroño. Depende, pero unos días allí y otros aquí, porque tengo dos hijos, uno vive en Logroño y otro aquí en Bilbao.

Sí, cuando tú tienes una profesión que el 90% es pasión, siempre la echas de menos. Cuando eres futbolista echas de menos jugar, cuando eres entrenador, lo mismo y si eres periodista pues escribir.

Depende lo que sea. Algo me ha salido en el extranjero y, aunque el equipo y económicamente estuvieran bien, no me terminaba de convencer. Sobre todo, porque estaba aguardando algo de Japón y como conozco su liga prefiero esperar. Si me sale algo interesante sí que iría, pero no es fácil.

El Espanyol venía de salvarse con Luis Fernández y la idea era renovarlo, pero él no se puso al teléfono con el presidente. En un momento dado, Dani Sánchez Llibre no quiso esperar tanto y le dijo a Cristóbal, su secretario técnico, que buscara un nuevo entrenador y es cuando se pusieron en contacto con mi representante.

Fue una temporada muy buena. Desde el principio nos colocamos en zona media alta de la clasificación. El equipo jugaba bien y era muy efectivo, ya que metíamos goles con mucha facilidad. Fue un año muy tranquilo y cómodo.

Sí… Tuvimos mala suerte porque en la última jornada ganamos contra el Athletic Club y nos quedamos en el quinto puesto. La jornada anterior en Pamplona empatamos y faltando dos minutos nos anularon un gol que se vio clarísimamente que no era fuera de juego y con esos puntos hubiéramos jugado la fase previa de la Champions.

Sí, me lo encontré en una asamblea de la Federación y me reconoció que se había equivocado, pero ya no tenía solución. Con el VAR el Espanyol hubiera jugado Champions, si solo nos centramos en ese partido, claro.

La efectividad, teníamos jugadores con mucho gol y esa fue la clave. El equipo venía de pasarlo mal y se vio en la zona alta de la tabla y muchos jugadores dieron lo mejor de sí mismo. Es algo que suele pasar porque emocionalmente estás en una nube, el público te anima, llega al vestuario y el jugador da el 100%. Pero, la característica principal de ese equipo era que te sentabas en el banquillo y sabías muchos jugadores en el campo que podían hacer gol. Esa cualidad es muy importante.

Sí, son cosas que pasan. No se puede reprochar nada al equipo. Yo intenté meter tres centrales para cambiar un poco la dinámica y fue una temporada muy irregular, excepto en la Copa. En liga y en Europa no estuvimos a la altura del año anterior ni mucho menos.

Seguramente, a nivel personal es el título más importante que tengo. La gesta más grande en mi carrera. Yo siempre he sido muy del Athletic de Bilbao y había ido a ver la final de Copa contra el Betis en el Vicente Calderón cuando jugaba Iribar y tenía una tradición de esta competición importante. Verme en esa final en Madrid fue un sueño de pequeño así que imagínate.

Sí, bueno no es fácil porque mira que hay equipos en España sin títulos. Empiezas a mirar la clasificación de Primera División y hay clubes que no tienen ni una Copa, como el Celta y Osasuna que son clásicos y no han conseguido ninguno. Sin embargo, el Espanyol tiene cuatro.

Cosas del fútbol que muchas veces son difíciles de explicar. En Copa nos salió todo bien, además tampoco tuvimos rivales demasiado fuertes. En semifinales tuvimos al Depor, que fue el más complicado, pero como en la Uefa nos estaba yendo mal y en liga igual pues el equipo se soltó en la Copa, jugó sin presión y por eso llegamos a la final.

No, porque el domingo teníamos un partido muy importante y sabía que la clasificación estaba muy ajustada. Si hubiese sido a final de temporada o con el equipo salvado matemáticamente hubiera disfrutado más. Date cuenta que la Copa nos dio también la clasificación a la Uefa para la temporada siguiente, que en toda la historia del Espanyol no se había jugado dos años consecutivos en Europa y era un hito importante, pero la salvación en liga nos presionaba mucho.

Sí, porque la Real ya se había salvado la jornada anterior y nosotros nos lo jugábamos todo. Muchos nervios. Tuvimos varias ocasiones para ponernos por delante y no lo conseguíamos. Aún tuvimos suerte que a falta de 10 minutos Gorka Iraízoz hizo una parada tremenda que podía haber sido el 0-1. Luego al final logramos el gol de Coro que fue tan emocionante para todos.

Por los nervios. Teníamos a Tamudo, Luis García y jugadores muy importantes con mucho gol, pero somos humanos y la presión, a veces, hace pasar malos momentos.

Sí, bueno me alegré primero por mí honestamente, luego por el Espanyol y por Coro también, pero en ese momento poco me importará quien marcase el gol. Coro era un jugador que cuando llegué yo estuvieron a punto de enviarlo cedido, pero me dijeron que lo viese y bueno en mis dos temporadas nunca llegó a ser titular indiscutible, pero sí participaba mucho y tenía minutos. Un equipo de fútbol no son tan solo 11 jugadores, sino una plantilla entera y sobre todo 15 o 16 futbolistas con los que cuentas más y él estaba entre ellos.

No solo emocionalmente para la afición, sino también económicamente. Por prestigio y por todo, estar en Primera es mejor. Con la Segunda División hay muchísima diferencia, cada vez ha ido creciendo más porque el dinero que viene de la televisión es tremendo y la diferencia que puede haber en abonos entre Primera y Segunda es importante. Hoy en día, un club en España que no tiene deudas lo tiene muy fácil para poder hacer una plantilla. En Segunda no hay tanta entrada de dinero, los contratos bajan, pero igualmente hay muchos gastos y hay muchas diferencias entre estar en una categoría u otra.

El Espanyol en aquel momento era un club bastante complicado en el tema de los accionistas. Dani Sánchez Llibre era el presidente, pero había mucha oposición, eso fue durante muchos años y fue complicado. Yo creo que no hubiera desaparecido porque Dani quería mucho al club y tenía a la afición detrás. El descenso hubiese sido un golpe importante, pero no como para desaparecer.

La salvación fue más importante, aunque se hable más del título de Copa. Es lógico, pero si un mes antes me das a elegir entre los dos yo hubiera firmado la permanencia.

Él quería mucho al Espanyol y creo que le costó mucho dinero porque era espléndido, no tan solo con el primer equipo, sino también con la base y se dejaba muchos cuartos en el club. Además, tenía la situación complicada con los accionistas y tenía mucha presión lo que le provocaba que no disfrutara del momento. Él amaba muchísimo al Espanyol.

Bueno, tuvimos de todo. Pochettino era un pedazo de jugador, típico central argentino que siempre cumple y veterano, pero en aquel momento llegaron dos jóvenes, Lopo y Jarque, que prometían mucho y a veces no contaba con él. Cuando hemos sido jugadores a todos nos llega esa época que el entrenador mira a gente de abajo y cuesta entenderlo, más si eres importante en el club. A mi me pasó como jugador con el Logroñés que el entrenador elegía a otros y yo era máximo goleador de toda la historia del club y me costó aceptarlo. Yo creo que Pochettino que ahora es entrenador ya lo entiende.

Sí, porque yo pensaba que el vestuario necesitaba un cambio. Esa fue mi percepción en ese momento y yo no tenía nada cuando acabó la temporada, pero creo que lo mejor era la llegada de un nuevo entrenador con otro mensaje. A pesar de salvarnos ya tenía decidido irme.

Con el trayecto del hotel al Bernabéu en la final de la Copa del Rey. Además, es curioso porque yo como entrenador he ganado en todos los campos de España, en el Camp Nou conseguí el triunfo con Osasuna y en todos los demás menos en el Santiago Bernabéu. Empaté un par de veces con Osasuna y Celta, pero nunca conseguí ganar. Y, probablemente, el partido más importante que jugué en el Bernabéu fue esa final de Copa contra el Zaragoza y ganamos. El fútbol tiene esas cosas y el momento en el autobús hacia el estadio con todo el apoyo de nuestra afición es el recuerdo más bonito que tengo del Espanyol.

Sí, en general sigo la actualidad del fútbol en España. Toda Primera y Segunda. Vi al Espanyol contra el Oviedo y los dos partidos contra el Sporting y los voy siguiendo.

Es muy importante porque cuantos más años esten en Segunda más se complica el ascenso, como es el caso del Eibar que lleva 3 o 4 años que parece que vuelven a Primera, pero ahí siguen. Cuanto antes suba el Espanyol mejor porque sino luego habrá jugadores que se irán y se va complicando todo un poco más.

El descenso es tremendo. El fútbol es una pasión como jugador, entrenador y sabes que trabajas para la ilusión de los aficionados. Cuando consigues los objetivos y ganas partidos tu gente está contenta y eso se nota. Pero cuando es al contrario y fallas, sobre todo, cuando hay un descenso o no logras los objetivos notas que le has fallado a la afición y es lo peor.

Bueno, el fútbol tiene estas cosas. Hay años mejores, peores y es difícil. Por eso este deporte es tan complicado y bonito a la vez. Mira el Logroñés todos los años que lleva fuera del fútbol profesional o el mismo Depor que ahora vuelve a Segunda, pero es complicado y doloroso, sobre todo para la afición y la entidad. Hay mucha competitividad hoy en día.