La traumática salida de Aubameyang del Arsenal: "Empecé a beber mucho, estaba deprimido"

La velocidad, los destellos de calidad y los goles siempre fueron las señas de identidad de un delantero que nunca dejó indiferente a nadie. Sus locos peinados, su sonrisa, su excentricidad y su singularidad como jugador de fútbol siempre han encandilado a los fans de todos los equipos que ha formado parte y de sus entrenadores. En cambio. el desenlace de su historia en Londres con Mikel Arteta fue una agonía para Pierre-Emerick Aubameyang,

El gabonés triunfó en el Signal Iduna Park, cubrió el vacío que había provocado la salida de Lewandowski de una forma intachable. Fue el goleador del Borussia Dortmund durante años con un rendimiento muy prolífico, tanto, que le condujo a fichar por uno de los mejores equipos ingleses, el Arsenal.

Su inicio fue fulgurante, los goles le caían de los árboles. Estaba consolidando una relación férrea y duradera con los londinenses, hasta ganó una FA Cup y una Community Shield en 2020, pero todo se torció en la última temporada. Tras 163 apariciones de Aubameyang con el Arsenal, el final se produjo como suplente en el cierre del partido en su derrota por 2-1 ante el Everton el 6 de diciembre de 2021.

El cambio se produjo en la primera mitad de la temporada 2021-2022. Tras el partido del Everton, Aubameyang viajó a Francia para visitar a su madre que había padecido un derrame cerebral meses atrás. El jugador explicó que tras aquel choque había recibido permiso de Arteta para ir. "Me voy a casa en Laval, normalmente se suponía que debía salir en el día libre y regresar por la tarde en lugar de la mañana del entrenamiento. Mi madre tenía exámenes que hacer, no podía salir por la tarde, así que me fui a la mañana siguiente, el día del entrenamiento. Una vez que llegué allí, tuve que hacerme la prueba del Covid-19, pero en realidad debería haberla hecho el día anterior ya que venía de otro país".

La tensión se acrecentaba entre ambos y hay una línea muy fina entre la admiración y la decepción. "Llego, el entrenador termina su reunión y luego me agarra y me desgarra completamente, me grita como si estuviera loco, me dice, me pones un cuchillo en la espalda, no puedes hacer eso dado los tiempos que estamos pasando".

Nada parecía calmar las aguas entre ambos, los actos se habían sacado de contexto según el delantero, "No fui de fiesta. Él sabe muy bien el motivo de mi partida, así que en ese momento no entiendo por qué me sermonea así". La relación se fracturó, definitivamente, cuando Arteta le arrebató la capitanía al gabonés y posteriormente dejaría de trabajar con el grupo.

Esta situación fue la gota que colmó el vaso de Mikel Arteta, que para el entrenador, el delantero no cumplía los estándares de disciplina que estaban impuestos para los jugadores. Tatuajes, salidas nocturnas y retrasos eran los motivos del exasistente de Guardiola para que el tiempo del delantero en Londres llegara a su fin.

Mientras tanto Aubameyang sufría en silencio, "Estoy seguro de que estaba deprimido. Hay actitudes que son muy diferentes a las de la vida diaria. Por ejemplo, comencé a beber mucho. Fue un período difícil. Comenzó un poco antes de que me despidieran del Arsenal".