Lo que le faltaba a Leo Messi: una sanción nunca vista y unas consecuencias impredecibles
Divorcio total con el PSG. El argentino se marchará a final de temporada y ahora se abre un futuro incierto para el argentino.
Leo Messi se enfrenta a una situación nunca experimentada. A sus 36 años, sancionado por su propio club, con dos semanas de empleo y sueldo, un terremoto cuyas réplicas seguirán retumbando hasta final de temporada. Su viaje a Arabia Saudí, programado y cerrado previo al cambio de plan de entrenamientos del PSG, que varió de dos a un día libre, ha dinamitado su fin de estancia en París. Si había alguna duda, queda disipada. Leo no seguirá en el PSG.
El club parisino se vio en una encrucijada. Desde el corazón del Parque de los Príncipes entienden que no había otra salida que sancionar al campeón del mundo. No se podía mirar para otro lado, una especie de puñetazo encima de la mesa para acabar con esa imagen de equipo de estrellas con escasa disciplina en el vestuario. El dúo Campos-Galtier ha estado de acuerdo en la medida.
El problema desde el punto de vista del argentino es que supone un borrón en una carrera en la que nunca antes se había visto ante semejante tesitura. Messi eligió París cuando se acabó su etapa en Barcelona para liderar el asalto a la Champions. Tras dos años sin acercarse, pero levantando la copa del mundo de Catar como jugador del PSG (con todo lo que eso supone de músculo para el país y su club, en una final precisamente ante su compañero Mbappé); y en la pelea por una nueva Ligue I, se ha visto sancionado y apartado en un castigo sin precedentes con la propiedad actual. Tarde o temprano, Leo hablará. Y dejará clara su postura.
Y ahora, ¿qué?
A pesar de que su renovación por el PSG estuvo muy cerca, ahora se puede dar por descartada. La reconciliación no es posible. Está por ver dónde pasará Leo estos 15 días (no jugará contra el Troyes y el Ajaccio) y cómo será su reincorporación a una disciplina donde se le ha situado a los pies de los caballos. En un clima que ya viene enrarecido con parte de la afición, que le ha pitado en algunos de los últimos encuentros.
Su objetivo es seguir en Europa, con prioridad absoluta volver a Barcelona. Allí le esperan con los brazos abiertos, pero tienen que cuadrar los números. Lo reconocen en todos los sectores del club, se trabaja por convertir en realidad el sueño del retorno del 10. Sin embargo, las incógnitas ahora mismo son muy superiores a las certezas. Nadie sabe qué camiseta vestirá Messi en unos meses.
A medio plazo
Los Messi tienen un plan en Estados Unidos. En Miami poseen un hotel y varios negocios, además de aprovechar algunas vacaciones para viajar a la ciudad americana. El cambio de sede de la Copa América 2024 a EE.UU. también fue favorable para los intereses del argentino, que sabe que su presencia puede acelerar negocios en un futuro cercano.
Por supuesto, Messi quiere seguir jugando al fútbol y la carta del Inter Miami es la más viable en estos momentos en el país. Su buena relación con Beckham (con el que se le vio en Paris) facilitaría su llegada a la MLS, aunque también la competición quiere incentivar la llegada del futbolista, tal como anunció el comisionado de la MLS, Don Garber, en una entrevista con The Athletic: "Estás lidiando con quizás el jugador más especial en la historia del juego. Si pudiera suceder, sería fantástico para la MLS, sería fantástico para Messi y su familia, y como todo con nosotros, tratamos de aprovechar todas las oportunidades". Con esa oportunidad se refiere a que la MLS es una liga cerrada que podría negociar en conjunto para atraer al mejor jugador de la historia y poder pagar su salario.
En el horizonte de Estados Unidos y Messi está el Mundial 2026. Que el argentino llegue a disputar esa cita está por ver (39 años). Lo que sí quiere la MLS y el país es que el futbolista sea embajador del torneo en todo el mundo y qué mejor que eso que verle jugar en el campeonato. Además, al igual que Beckham en su llegada, Messi podría quedarse a vivir en Estados Unidos y podría potenciar alguna franquicia de la competición o incluso tener la suya, como pasó con el jugador inglés y el Inter Miami.
La otra opción es la de Arabia. Con una oferta descomunal sobre la mesa de 400 millones de euros del Al Hilal, adelantada por Fabrizio Romano, y la fuerza del país para convencerle y maximizar el acuerdo que ya tienen con él, ahora mismo como embajador de turismo de Arabia Saudí, con la opción de que pueda liderar el asalto árabe para pelear el Mundial 2030. La pelea por Leo se va a recrudecer desde ya.