La llamada de Bellerín que descolocó a Borja Iglesias: "Nunca me había pasado y menos en el fútbol"

Borja Iglesias y Héctor Bellerín son algo más que dos jugadores de fútbol. En los últimos años, especialmente después de haber compartido vestuario en el Betis, se han convertido en referentes de una nueva masculinidad  y, además, en estandartes de una forma diferente de ser futbolista. A ambos se les conoce y reconoce más allá de los terrenos de juego por ello. "Intento desde mi posición normalizar un poco las cosas. A veces, ese hermetismo generado alrededor del fútbol y del futbolista en ciertos momentos puede estar bien, pero cuando se sobrepasan ciertas cosas parece como que no nos importa nada y la realidad es que no es así", contaba el delantero del Betis durante el primer episodio de 'El Vestuario', el nuevo formato audiovisual de Relevo, presentado por Quique Peinado.

Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Borja Iglesias

¿Hay un prejuicio sobre el futbolista al que le gustan más cosas que el fútbol o que exterioriza que le gustan muchas cosas?

Creo que está cambiando. Veo cada vez más a compañeros que leen, sobre todo, libros relacionados con el deporte. Yo he tenido épocas que también me ha dado por ahí pero ahora prefiero leerme una novela. Me saca un poco de ese momento. Luego sí que nos compartimos artículos, mucha gente envía cosas que ve y le parecen interesantes. Cada vez es más normal verlo, antes parecía que eras un bicho raro.

Abrir camino no es fácil. Por ejemplo, tú que eres amigo de Bellerín, no sé si Bellerín está muy contento con la entrevista que hizo para GQ, que seguro que sí está muy contento, pero las consecuencias que ha tenido de repente son un disparate. 

Sí, es tremendo, es tremendo. Héctor está contento seguro porque es un tío que también se ha trabajado mucho y ha llegado a un punto que él es como es y si a alguien no le gusta, pues… él se lo pierde, ¿no? Porque creo que es un tío que hay que escuchar. Ahora este año ya no, pero lleva 10 años viviendo fuera en un país complicado para un chico de 16 años cuando te vas a Inglaterra a vivir en una ciudad que te abruma por todos los lados y es un tío que tiene una capacidad enorme a nivel emocional, que sabe cómo entenderse a sí mismo, entender a los demás. A mí, una de las cosas que más me sorprendió con él es que un día hubo una cosa que no le gustó de mí y me llamó y me dijo: "¿Qué haces?". Y le digo: "Estoy en casa". Y me dice: "¿Te vienes a tomar un café?". Dije que sí. Y llegué allí y me dijo: "Mira, ha pasado esto y me ha sentado mal". Y nunca me había pasado eso y menos… con algún amigo muy cercano igual sí, pero en el mundo del fútbol se van dejando pasar las cosas, las vas tapando como puedes. Y el tío cogió y me dijo: "Esto no me ha gustado y no digo que lo hayas hecho a propósito ni nada, pero quiero que lo sepas porque sé que si no se me va a quedar ahí y puede enquistarse de una manera y no quiero que estropee nuestra relación". Y yo le dije: "Gracias. Te pido perdón porque para nada fue mi intención pero gracias por decírmelo porque yo no era ni consciente". Y me sorprendió mucho cómo lo hizo, muy natural, de una manera perfecta. Así hay que afrontar las cosas. A veces intentamos diluir y no merece la pena.

Por ejemplo, habló contra el Mundial de Catar. Y mucha gente decía: "Claro, pero si hubieras ido a la selección tú no hubieras renunciado". Ese debate en el que a los futbolistas que dicen algo se les pide más que a los que no dicen nada...

Sí, eso es tremendo. Pero además creo que el mensaje de Héctor fue algo así como... No lo sé perfectamente, pero fue algo así como: "Es cierto que me gustaría estar representando a mi selección, pero no estoy y en cierto modo estoy contento por no estar". Yo lo pasé mal, ¿eh?. Yo en la convocatoria previa al Mundial lo pasé mal porque no sabía si iba a ir o no. Obviamente, quieres ir porque jugar un Mundial es algo que igual no me vuelve a pasar en la vida. Bueno, que no me ha pasado, pero que igual no tengo la oportunidad de estar en la quiniela de estar en un Mundial y de repente es donde es, donde ha pasado todo lo que ha pasado. Es un país con el que yo no comparto la forma de entender la vida y sentirte partícipe de eso a mí me hacía sentirme mal. Pero también me hacía sentirme mal no querer ir a jugar un Mundial porque era en un sitio así...¿Quién no quiere jugar un Mundial con su país? Yo lo pasé mal. Luego al final no tuve debate más allá de que no fui convocado y ya está, pero que hubiese ido porque yo quería ir al Mundial también. Pero me hubiese encantado que no fuese en Catar, por ejemplo.