Lucas Pérez, el ascenso del ídolo de Riazor que volvió con las uvas
El coruñés, que renunció a la Primera división por amor al Deportivo, anotó un gol de falta que vale un ascenso a Segunda.
![Lucas Pérez fue manteado por sus compañeros tras el ascenso del Deportivo. /EFE/Cabalar](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/12/media/cortadas/lucas-perez-deportivo-ascenso-manteo-efe-RFYoyldFbKkXwdj1CZHWaJK-1200x648@Relevo.jpg)
A Coruña. - Estaba escrito y él lo sabía. Una falta en la frontal del área en el minuto 57 llevaba su nombre. Lucas Pérez acarició el balón con ternura, como si conociese antes que nadie en Riazor el desenlace de la acción. El arquero del Barça Atlètic nada pudo hacer contra el destino. El Deportivo tenía que ascender con un ídolo local como héroe, el hombre que volvió a casa por las Navidades de 2022.
Lucas, enrabietado durante todo el partido en ataque y defensa, había tenido un mano a mano a los 30 segundos del segundo acto que se fue rozando el palo de la portería barcelonista. En su segunda gran ocasión, diez minutos después, el de Monelos no perdonó y cumplió la profecía delante de 31.833 fieles.
Nadie en A Coruña olvida que Lucas Pérez dejó el Cádiz en Primera división un 31 de diciembre de 2022 para regresar a casa. La misión no era otra que tratar de sacar al Deportivo del mayor pozo de su larga historia. Escaparse del tercer peldaño del fútbol patrio se convirtió para el herculino en una obsesión desde el primer día.
Su reestreno con la zamarra deportivista el 8 de enero de 2023, con un doblete para el recuerdo ante Unionistas, hacía presagiar una época de gloria que podría desembocar en dos ascensos correlativos. Nada más lejos de la realidad. La temporada de su retorno fue la del gran chasco de Castellón, que sucedía al que sus compañeros habían vivido un año antes contra el Albacete de Rubén de la Barrera.
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— RC Deportivo (@RCDeportivo) May 12, 2024
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Esta campaña, Lucas la inició con un calvario en lo profesional y dificultades en el ámbito personal. El equipo no carburaba y él lograba contribuir con algunas asistencias, pero su sequía goleadora se tornó en un runrún continuo en el planeta fútbol. El delantero no anotaba y en un partido en Tarazona, a finales de noviembre, en el que marró varias ocasiones, su labor comenzó a ser criticada sin tapujos por los analistas.
Todo era cuestionado en el deportivismo por la crisis de resultados de la primera vuelta, desde Imanol Idiakez hasta el ídolo de Monelos. El Dépor no se podía permitir otro naufragio en la categoría C del fútbol nacional. Y su delantero estrella tampoco. Sin embargo, a imagen y semejanza de su entrenador, Lucas aguantó, se superó y, paso a paso, sació su apetito goleador con acciones de jugador top. El abrazo infinito entre Idiakez y Lucas Pérez al consumarse el ascenso era más que una muestra de efusividad, era la fusión de dos electrones libres que a punto estuvieron de salir de la órbita de Riazor.
"Lucas se lo merece, lo que él ha hecho es muy difícil de ver en el mundo del fútbol. Ha dejado cosas muy importantes para volver al equipo de su corazón, de su tierra, para tratar de rescatarlo del infierno", comentaba Idiakez en la rueda de prensa tras la pregunta de Relevo, poniendo en valor las renuncias personales del icono blanquiazul.
La falta magistral de Lucas Pérez sucede al gol del ascenso a Primera de Carlos Marchena, una década atrás, en la interminable lista de ídolos de Riazor. El hijo pródigo regresó a Coruña para vivir una tarde que no olvidará jamás. Lucas será eterno. Igual que una afición que convirtió un partido de Primera RFEF en un ambiente de final de Champions. Por eso, el Dépor debe volver cuanto antes a Primera. Y Lucas tiene que verlo desde el césped.