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Luis Enrique, más allá del culebrón Mbappé: su PSG ya tiene señas de identidad

A falta de cerrar el mercado y con solo un partido de Neymar, el técnico ya ha dejado entrever sus ideas.

Luis Enrique durante un amistoso. /AFP
Luis Enrique durante un amistoso. AFP
Albert Blaya

Albert Blaya

Las aguas turbulentas del PSG, hablamos del culebrón Mbappé, de la posible salida del director deportivo Luis Campos y del cabreo de Luis Enrique, no están dejando ver el trabajo de campo del entrenador asturiano. Unos resultados decepcionantes en pretemporada a los que nunca hay que hacer demasiado caso, no evitan valorar el trabajo de Lucho en este primer mes al frente del equipo.

Los jugadores ya empieza a adoptar los mensajes de su nuevo entrenador. Pese a los citados malos resultados (dos victorias, un empate y dos derrotas) cosechados en la pretemporada, los del técnico asturiano van construyendo una identidad reconocible a la espera de cerrar el mercado, algo que a 4 de agosto parece todavía muy lejano por el caso Mbappé y por haber recuperado a Neymar en el último encuentro. Lucho, que sabe lo que es construir identidad sin estrellas en sus filas, empieza a dotar de cierto orden al PSG.

Durante los últimos años, Luis Enrique se ha erguido como uno de los bastiones del fútbol posicional más académico: posiciones marcadas para fijar la estructura rival, construcción de los ataques con muchos efectivos en primera línea y una disposición racional de los espacios. Y la presión en campo rival como pistoletazo de salida de todo lo que viene después. En una gira ya sin Messi y tampoco Mbappé en el que Neymar Jr y Verratti solo han jugado un partido, Luis Enrique ha priorizado el bloque por encima de los nombres propios, y pese a la falta evidente de calidad en el último tercio y a algunos errores defensivos groseros, el PSG parece empezar a ser reconocible.

La primera intención de Luis Enrique ha sido clara: sistema flexible que toma distintas formas dependiendo de dónde está la jugada. Inicia en un 4-3-3 que ponía en juego en la Selección, con los laterales muy bajos y en vez de jugar con un único mediocentro, viene usando dos jugadores que se muevan mucho por esa zona (Ugarte y Zaïre Emery) mientras Fabián Ruiz es el que espera entre líneas. Con el retorno de Neymar Jr, el sistema sigue amoldándose a lo visto anteriormente, pero siendo este el que queda siempre a espaldas de los mediocentros rivales.

Imagen del partido ante el Inter en la que se aprecia lo comentado, con la defensa a una misma altura y dos centrocampistas en paralelo para atraer la presión rival.  WYSCOUT
Imagen del partido ante el Inter en la que se aprecia lo comentado, con la defensa a una misma altura y dos centrocampistas en paralelo para atraer la presión rival. WYSCOUT

El PSG es un equipo en construcción, a medio hacer todavía, pero Luis Enrique ya está mostrando su intención por generar posesiones largas y secuencias que, iniciando desde atrás, verticalicen una vez el rival ha quedado partido en dos. Para ello necesitará atacantes de primer nivel, jugadores con desborde y profundidad, algo que no tiene en su delantera actual.

Una vez el equipo progresa, el PSG toma otra forma. Un 3-4-3 en el que Hakimi pasa a ser extremo, Lucas (el otro lateral) cierra como tercer central y Vitinha, el jugador que en un inicio está abierto, pasa a ser interior. Con este movimiento, que en España se podía observar con Jordi Alba y Dani Olmo, busca dotar de mayor dinamismo la zona central y beneficiar al lateral de mayor vocación ofensiva.

En la segunda altura, una vez el PSG se instala en campo rival, se aprecia el 3-4-3.  WYSCOUT
En la segunda altura, una vez el PSG se instala en campo rival, se aprecia el 3-4-3. WYSCOUT
Hakimi es el extremo en ataque posicional.  WYSCOUT
Hakimi es el extremo en ataque posicional. WYSCOUT

Para potenciar la pizarra, Luis Enrique está esperando a Ousmane Dembélé y parece que a otro extremo (Bradley Barcola suena con fuerza). Jugadores que a diferencia de Asensio, Vitinha y Soler, sí están capacitados para desbordar, generar superioridades mediante la conducción y aprovechar la salida de balón y sus posteriores atracciones sobre el rival. Mientras esto no suceda, los parisinos seguirán quedándose cortos con lo que tienen arriba.

Otro de los puntos troncales en el abecedario del entrenador asturiano es su presión. Ante el Inter, que pese a la derrota por 1-2 mostraron una buena versión y se vieron brotes muy positivos respecto a esta faceta. El PSG fue un bloque compacto y agresivo, limitó enormemente una de las salidas de balón más creativas de Europa y jugó la mayooría del tiempo en campo contrario.

Hasta siete jugadores en campo rival para presionar la salida de balón.  WYSCOUT
Hasta siete jugadores en campo rival para presionar la salida de balón. WYSCOUT

Con jugadores como Ugarte o Emery, Lucho tiene dos mediocentros agresivos y ganadores de duelos, y las llegadas de Skriniar y Lucas permiten tener a dos futbolistas con capacidad de anticipación y corrección a campo abierto.

Luis Enrique, más allá del culebrón Mbappé: su PSG ya tiene señas de identidad

La capacidad de Luis Enrique de construir presiones eficientes y equipos propositivos va a marcar gran parte de la temporada del PSG, que llevaba años siendo incapaz de presionar y poder imponer su voluntad, más allá del talento de sus atacantes. El cambio de ruta es evidente, y va a llevar tiempo convencer a los jugadores y ser capaz de transmitir el mensaje de forma correcta.

Ya en el último encuentro, el PSG venció de forma contundente (0-3) al Jeonbuk Hyundai Motors en la vuelta de Neymar y Verratti al once titular. El brasileño fue el MVP del partido con doblete y asistencia, con muchísimo volumen de intervención en la zona interior (86 toques en 90 minutos) y libertad para moverse por toda la mediapunta. No jugaba desde marzo y la inactividad apenas se notó. Neymar jugó a un ritmo superior al resto de compañeros pese a ser primeros de agosto.

Con Marco Verratti como interior en su mismo perfil, Neymar estuvo bien alimentado y el PSG mostró una cara mucho más atractiva y peligrosa. Está claro que Ney va a marcar el listón del equipo. Solo por su presencia, Luis Enrique tiene infinitas posibilidades ofensivas.

Se ve el 4-2-2-2 con Neymar como interior adelantado, abandonando la banda y buscando recibir en esa zona. Con el brasileño, el que se abre y coge altura es el lateral.  WYSCOUT
Se ve el 4-2-2-2 con Neymar como interior adelantado, abandonando la banda y buscando recibir en esa zona. Con el brasileño, el que se abre y coge altura es el lateral. WYSCOUT

El techo del equipo lo marcará lo que reste de mercado. Si el PSG es capaz de moverse de forma hábil (más allá de Mbappé) y le da a Luis Enrique unos mimbres con los que pueda potenciar su idea, su pizarra va a marcar la base del proyecto, que ya es mucho. Las pretemporadas que estrenan entrenador sirven como indicativo y puesta a punto a nivel táctico, y el PSG de Luis Enrique demuestra que quiere ser algo distinto a cualquiera de los anteriores. Y con la versión de Neymar que se vio en su redebut, lograrlo será mucho más sencillo.