Luis García: "Ya nadie se acuerda de Darder, como antes también se olvidaron de Sergio García, Gerard, Tamudo…"
El entrenador del Espanyol afronta el reto de ascender, y cree en la preparación de los técnicos 'novatos' en Primera y Segunda.

Luis García (Oviedo, 06/02/1981) aceptó volver al club de sus amores para intentar salvarlo. No lo consiguió y tras un verano convulso, con la marcha de Sergi Darder incluida, ha estado a punto de ser la única entidad profesional de España en no realizar un sólo fichaje. Con varias bajas importantes (César Montes, Joselu o el propio Darder), para el técnico del Espanyol no hay excusas. Avisa de que habrá momentos difíciles en una temporada muy larga, y tira de sentimiento perico para salir de ellos: "Ser del Espanyol es más bonito que ser del Barça", asegura. Y está convencido de que la inexperiencia en Primera división no le pasó factura porque, como para Raúl González, con quien coincidió los últimos meses en el Real Madrid, la preparación y el conocimiento de la casa van por otro lado.
Cuando te propusieron hacerte cargo del Espanyol en el momento más complicado, ¿te decidiste rápido? ¿Cómo fue?
Me llaman y me dicen que hay una situación comprometida. Como no cabe duda, lo tomé con ilusión, era mi sueño llegar al club que quiero, pero la responsabilidad grande. Lo primero que hice fue hablar con el Madrid, porque me debía a ellos y necesitaba su respaldo. Sólo puedo agradecerles esos siete meses y las facilidades que me pusieron, sobre todo a Manu Fernández, Florentino Pérez y a José Ángel Sánchez. Todo fue muy, muy rápido.
Podía pensarse que no estabas preparado. ¿Tú cómo te sentías?
Siempre he sido una persona muy decidida, es cierto que no había entrenado ni en Primera ni en Segunda división, pero venía de casi cinco años de mucha preparación, tres años en juveniles, permanentemente renovándome. En el Real Madrid, aunque se llamara de otra forma y esté en Tercera, hay chavales más maduros y con egos importantes porque estás dentro del Madrid. Y más de 600 partidos como jugador profesional. Lo tuve siempre muy claro, y seguro que en los próximos años seguiré evolucionando.
En ese momento, ¿lo más difícil es conseguir que los jugadores tengan confianza en sí mismos?
Sí, al final el fútbol son emociones, en la grada y en el vestuario. Cuando el futbolista está bajo de moral y tiene problemas que se trasladan a casa, hay que tratar de ayudarles, decirles que están ahí en el máximo nivel y es porque son muy buenos. Tengo gente del año pasado muy comprometida. Necesitábamos jugadores con mucha personalidad, les decía que no tuvieran miedo a fallar. La clave era y es llegar más al jugador persona que al futbolista.
¿Lo que prima en el futbolista es el miedo a fallar?
Siempre, el futbolista está permanentemente expuesto y tenemos que ayudarles a quitarles esa mochila. No pueden jugar un partido pensando que es el último de su vida, que si fallan van a descender o les van a quitar. Nadie en su trabajo puede vivir así, hay que normalizar el error. No pasa nada por fallar, el problema es cuando agachas la cabeza y no quieres el balón.
¿Te encontraste algún jugador con el que dijeras "no lo puedo poner porque de cabeza no está para esto"?
Hay jugadores a los que les cuesta más que otros, quizás por su pasado, porque reviven un descenso, por ejemplo. No me gusta eso de que a todos hay que tratarles igual, porque a tus hijos nos les gusta lo mismo. A algunos les gusta que les aprietes y otros que les des cariño.
¿A ti qué te gustaba en tu época de jugador?
Que me apretaran al máximo. Yo he sido bastante cañero y autoexigente con lo mío y con todo lo que tenía a mi alrededor.
Cuando no se consigue la permanencia, ¿cómo vuelves a ganarte la confianza del grupo?
Eso es la vida, hay que levantarse después de cada golpe. Cada lunes empieza una semana nueva, independientemente de que ganes o pierdas. En la vida no sirve de nada mirar el pasado.
¿Tu juventud te otorga una cercanía con el jugador que tal vez puede suplantar tu experiencia en un banquillo de Primera?
Por mi experiencia, cuando entra en el vestuario alguien que ha sido jugador, la gente tiene respeto porque saben que has estado ahí. Pero después, si no le aportas, se acaba el respeto. Hay gente que no ha sido futbolista profesional y está muy preparada y eso hace que exjugadores, ahora entrenadores, se preparen mucho más que antes. El futbolista te demanda herramientas constantemente, quiere mejorar siempre. Y si tú no tienes esa formación como entrenador, te lo notan enseguida.
Tuviste de entrenador a Valverde y a Pochettino, entre otros. ¿Con qué te quedas de ellos?
Inconscientemente seguro que me han influenciado muchas cosas de todos los entrenadores que he tenido. La gestión de Ernesto es extraordinaria y eso que tuve algún enganchón con él. De hecho, el día que se fue me dijo: "Ojalá algún día si eres entrenador tengas un jugador como tú". Porque yo era muy autoexigente y al entrenador también le pedía mucho. Aprendí mucho de él. El primer partido que jugamos cuando asumí con el Espanyol fue contra el Athletic, y le recordé esto que te cuento.
¿Cómo arreglaste el 'caso Braithwaite', cuando abandonó la concentración en pretemporada?
Con total naturalidad. Fue un error que él asumió y reconoció. La nobleza y humanidad que tiene le hizo ver que se había equivocado, porque a veces los jugadores viven en una burbuja y se creen que todo lo que hacen está bien. Cuando vives con una familia, no puedes comer a las 7 de la tarde y cenar a las 2 de la mañana. Si estás en una comunidad, debes tener hábitos, hay normas, un régimen interno que debes cumplir para ayudar al grupo. Aquí no somos policías de nadie. Fue muy sencillo hablar con él porque es un profesional extraordinario.
"¿El 'caso Braithwaite'? Aquí no somos policías de nadie"
¿Te ha venido algún jugador con oferta de Arabia a pedirte consejo?
No he vivido esa situación, pero el futbolista joven tiene que jugar en ligas de máxima competencia. El dinero en la vida no es todo, cuando te retires y veas que has jugado 20 años, no hay quien lo pague. Ocurrió con Simo Keddari, que se ha ido a Qatar muy joven. Hay que entender cada situación, como si la familia no tiene tanta suficiencia económica y así le resuelves la vida para siempre. Pero bajo mi punto de vista, debería quedarse en España o en ligas de máximo nivel.
¿Cómo viviste la salida de Darder?
Fue duro, te soy sincero. Era un símbolo del espanyolismo, y más como capitán. Lo había pasado muy mal en el descenso anterior, en el club convenía que saliera y se apretó al máximo para sacar provecho. Ahora tiene que salir gente que dé un paso adelante, porque el fútbol no tiene memoria. Ya nadie se acuerda de Darder, como antes también se olvidaron de Sergio García, Gerard Moreno, Tamudo…
Pero no te han traído recambio en el centro del campo.
Estoy contento con lo que tengo y el club sigue trabajando, aunque el mercado de fichajes se haya cerrado. Los resultados están siendo positivos, con mucho margen de mejora, pero soy un afortunado por el grupo que tengo.
¿En los últimos años se ha perdido ese sentimiento de pertenencia?
Hace tiempo que el club se separó de la afición, pero creo que cada vez nos estamos acercando. Acabamos de hacer un entrenamiento a puertas abiertas para la afición, para los niños, porque el Espanyol es de su gente. No hay club más familiar que este. Es muy difícil ser del Espanyol en Barcelona y a la vez, lo más bonito que hay. Se transmite de padres a hijos, están en los malos momentos, y este año han subido el año de abonos con respecto al año pasado. Fue un orgullo ver el vídeo del otro día viendo a ese niño celebrando el gol, besando el escudo con esa emoción.
¿Pero cómo un niño en Barcelona puede preferir el Espanyol al Barça?
Porque nosotros no hablamos desde el convencimiento, sino desde el sentimiento. Lo normal en Catalunya es ser del Barça, pero lo bonito es ser del Espanyol porque luchas contra todo. En el colegio hay diez del Barça por uno del Espanyol, pero disfrutamos de todo, y sufre por todo, que es lo especial.
¿Qué 'mamaste' del Real Madrid?
Me enseñaron a ganar y a creer en mí mismo, me ayudaron una barbaridad cuando llegué con 17 años. También como entrenador en estos siete meses, donde me han puesto todas las facilidades del mundo.
Has estado cerca de Raúl en los últimos meses, ¿cómo es?
Hicimos el curso de entrenador juntos, también con Xavi Hernández y Xabi Alonso. Es el Raúl jugador trasladado al Raúl entrenador. Siempre con una exigencia tremenda en el día a día, con unas ganas de mejorar brutales a sí mismo y a sus jugadores, siempre dispuesto a lo que necesite el club. Y es Raúl. Cuando entra por la puerta, es otra historia.
¿Le ves como recambio natural de Ancelotti?
¿Por qué no? Tiene la experiencia de todos esos años en ese vestuario, conoce la casa mejor que nadie. No le tiembla el pulso en situaciones comprometidas, porque ha sido capitán del Real Madrid, con todo lo que eso significa. Es firme candidato a ser el relevo de Ancelotti.
Tal vez le pondrían en duda su falta de experiencia en Primera división, como a ti…
Todos debemos tener una primera vez. Lo que hace falta es gente más valiente que apuesten por ese tipo de entrenadores. ¿Está capacitado? Pues cree. ¿Qué miedo hay?
Han pasado hasta nueve entrenadores por el banquillo del Espanyol en los últimos cinco años. ¿Se pretende otra dinámica de ahora en adelante?
La estabilidad pasa por todo, porque también han pasado varios directores generales y deportivos. Lo más interesante es pensar a largo plazo. Se le está dando mucha importancia a la cantera, se están haciendo muy bien las cosas. Hoy en día los resultados lo marcan todo, pero me quedo con el momento malo de Osasuna y su presidente diciendo que, aunque fueran las cosas mal, el capitán del barco era Jagoba Arrasate. Dieron un golpe de autoridad, el vestuario se unió aún más y la afición. Llegaron a jugar en Europa. Se necesita gente que crea en lo que haces, más allá de lo más inmediato. Lo que yo sé es que me voy a dejar el alma por unir a este club.
¿Pero la sensación en el club es que se intentará encontrar la estabilidad y que no tiemble tanto el pulso cuando vengan mal dadas?
Eso es lo que todo el mundo piensa en todos los clubes, pero el tema es que lo tengan claro cuando las cosas se pueden tambalear. Que noten que el entrenador está fuerte en el vestuario. Son cosas difíciles de explicar porque muchas veces no son tangibles.
¿Cómo haces para que el jugador no te vea dudar?
Cuando traslado algo al jugador es porque está más que estudiado y analizado. Mi idea es algo que siento, no que me invente o copie. No puedo explicarle al jugador algo que no siente porque enseguida se te cae la careta. Siempre se te genera alguna duda, pero por suerte tengo las ideas muy claras. Ante la duda, siempre a fondo y acelerar. Es fundamental que le puedas explicar al jugador por qué haces una cosa, no es "porque lo diga yo".
¿Qué pasó con Fran Garagarza en el vestuario de Albacete?
Fue un momento de tensión por cómo nos habían empatado, y algo interno del vestuario que siempre debe quedar ahí. Ambos somos pasionales y muy directos, y a pesar de lo que pueda creer la gente, tenemos más cosas en común de lo que la gente puede creer, tenemos reuniones diarias y hablamos hasta la una de la mañana, no lo llevamos a un plano personal. Es como si discutes con tu mujer, que no te separas en ese momento, sino que hay una reconciliación. No sirve estar peleado con gente que quiere lo mismo que tú.
"Con Garagarza fue un momento de tensión. Es como si discutes con tu mujer, que no te separas en ese momento sino que hay reconciliación"
Hablando de pedir perdón, ¿qué opinas de lo sucedido con Luis Rubiales?
Es algo totalmente condenable, mando mi apoyo máximo a Jenni. Rubiales no estuvo a la altura del cargo, fueron gestos y acciones que nunca deben ocurrir en nadie, y menos aún en alguien que está representando a la Federación.
Este lunes los jugadores de la Selección emitieron un comunicado de condena ¿Ha faltado opinión pública por parte del fútbol masculino?
La mayor parte de la gente que he escuchado se ha posicionado y puesto a favor de Jenni, pero vivimos en una sociedad de inmediatez, brutal. Si tardas cinco minutos en salir a condenar algo, te dicen que por qué no has salido antes. Si tardas un minuto, que por qué has salido tan pronto. Se critica absolutamente todo en las redes sociales, aunque a los medios os estén dando mucha vida, al resto nos está matando. Hay una frustración en el jugador por no conseguir algo de inmediato. De niño iba a comprarme unas botas, no había de mi número, y me decían que esperase tres semanas para que llegaran y no pasaba nada. Ahora si la pides en una web y no te llega mañana antes de las siete, te cabreas. La gente no sabe esperar. Además de los ataques personales que reciben los jugadores y que deberían regularse.
¿Crees que muchos jugadores no han opinado públicamente por miedo a esas críticas?
Los insultos muchas veces desde perfiles en los que nadie se identifica... Estamos lejos del raciocinio. Uno no debe expresarse de cualquier manera.
¿Hablas sobre el tema con tus jugadores?
Trato de ayudarles, lo más conveniente es que no vean nada, yo no leo nada. Aunque creas que no te condiciona, siempre lo hace y te puede sentar mal. Intento que mi familia no vea nada.
¿Qué esperas de este año?
Va a ser muy complicado y tremendamente largo, con 42 jornadas, e igualado. Espero que haya mucha salud para todos, y que nuestra gente nos empuje sobre todo en los momentos más complicados, que los va a haber.
¿No necesitas más 'fondo de armario'? En las últimas declaraciones de Garagarza dice que no van a ficharte jugadores con esa función.
No, estoy contento con la plantilla y con el fútbol base. La semana pasada tuvimos a cinco jugadores de la cantera en el once inicial. Este ha sido siempre un equipo de cantera y tenemos que partir desde ahí: desde ese sentimiento perico de los que vienen de abajo.