Luis Rubiales desvela un episodio de "furia" de Misa Rodríguez en el Mundial para desacreditarla en el juicio: "Pega porrazos, fue irreconducible"
El juez tuvo que cortar su testimonio al considerar que se estaba desviando del motivo del juicio.
![Misa Rodríguez, al acudir a testificar el pasado miércoles. /EFE](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202502/11/media/cortadas/misa-RNSgnejoePsGrufizDJuT8K-1200x648@Relevo.jpg)
Se cerraba el sexto día de declaraciones por el conocido 'Caso Rubiales', el del famoso beso del expresidente a Jenni Hermoso, cuando la estrategia de Olga Tubau, la abogada del acusado, tornó a desprestigiar a las testigos aportadas por Jenni Hermoso.
Después de desvelar, aunque ya lo había hecho en otras ocasiones, que varias jugadoras se reunieron con él ocho meses antes del Mundial para pedir la destitución de Jorge Vilda como seleccionador, Tubau le pidió a Rubiales que relatara "algún incidente" sucedido durante el Mundial con María Isabel Rodríguez 'Misa'.
"Si no me equivoco me parece que es portera", le pidió Tubau a Rubiales, antes de solicitarle que lo relatara "lo más telegráficamente posible", ya que el juez estaba algo molesto por la longitud de las respuestas de Rubiales, de cuya locuacidad hay pruebas palpables no solo en este juicio sino en muchas otras intervenciones durante los últimos años.
Ante el gesto torcido del juez José Manuel Clemente Fernández-Prieto, que parecía que iba a detener la respuesta, Tubau estuvo rápida. "Es para valorar la credibilidad de esa testigo", repelió, permitiendo entonces que Rubiales iniciara su relato.
"Hubo un problema tremendo. Hubo una animadversión tremenda hacia Jorge Vilda cuando la deja en el banquillo en el partido de octavos", comenzó el expresidente de la RFEF, que ante las prisas no llega a contar todo el contexto.
En concreto, se refiere al partido de octavos ante Suiza, el primer encuentro en el que Jorge Vilda toma la decisión de relevar a la portera del Real Madrid como titular, después de cerrar la primera fase con una la dolorosa derrota ante Japón (4-0). Desde ese momento, Vilda da la titularidad a Cata Coll, portera del Barça, que no se bajó del puesto en todo el Mundial.
Ahí retoma Rubiales su declaración. "Cuando la deja en el banquillo, el día de octavos, ella salió como una furia tremenda de la habitación de la que...", se corta. Interpretamos que la guardameta dejó la sala donde Vilda anunció la alineación para el partido y donde confirmó el relevo en la titularidad de la portería española.
Pero no para ahí. "La forma de entrenar y demás...", deja caer. "Bueno, tomo la decisión el seleccionador. Ella pega porrazos, fue tremendo. Pero hasta el final. Fue irreconducible... Es que no pudimos...", enumera, entrecortándose, sin terminar las últimas frases y sin contar nada más preciso.
Ahí el juez detiene el relato. Consideró que la anécdota poco o nada tenía que ver con lo que se juzgaba. "No pongo límites a los interrogatorios, pongo límite cuando nos vamos...". La piedra, nuevamente, está tirada, aunque el relato queda incompleto.
Misa no quiso el brazalete
Aquello, como contamos en su día en Relevo, sucedió dos horas antes del partido. El seleccionador y su cuerpo técnico lo decidieron la noche anterior, pero las dos guardametas se enteraron en esa charla técnica. Para la mallorquina del Barça, un subidón. Para la canaria del Real Madrid, un lógico jarro de agua fría, que por lo que ha querido relatar Rubiales fue mucho más que eso.
Después del partido, que España ganó 1-5 accediendo a cuartos de final, Vilda dio explicaciones del cambio: "Al final, es la demostración de que tenemos a 23 titulares. No solamente son palabras, son hechos. Hoy, hemos pensado en el equipo que más interesaba jugar. No solamente en los partidos, sino también en los entrenamientos y lo que hacen durante la temporada cuenta". Esa mención a la forma de entrenar de Misa cuadra con la chinita que también ha deslizado Rubiales en el juicio.
Además, como pudo saber Relevo en Nueva Zelanda, en el previo al partido ante Japón, Misa rechazó con argumentos llevar el brazalete de la selección. Las capitanas seleccionadas previamente eran Ivana Andrés, Irene Guerrero y Esther González, dejando fuera del brazalete a jugadoras con más partidos y más galones, como Irene Paredes o la propia Alexia Putellas, que habían protagonizado la carta de 'Las 15' en fechas previas pero que sí habían acudido al Mundial.
Tras la lesión de Ivana Andrés y la suplencia de las otras dos capitanas, el brazalete recayó ante Japón en la madridista Olga Carmona, que fue sustituida en el descanso. La portera canaria pudo haber llevado el brazalete desde el inicio, sin embargo, argumentó que había jugadoras con más experiencia (Irene Paredes, Alexia, Jenni Hermoso, Aitana) en la alineación, merecedoras de portarlo antes que ella, que encaraba su tercer partido en un gran torneo con España.