De Lula a Javier Milei, el nuevo Leo Messi que encarna el "soft power" argentino
El '10' acapara elogios de todo tipo: "A él no le va la juerga, no le va la fiesta".

Buenos Aires.- Lionel Messi está viviendo algo desconocido en su carrera: tiene más vacaciones que nunca. Él sigue entrenándose y con la mirada en las eliminatorias sudamericanas, que le depararon una derrota ante Uruguay (0-2) el pasado viernes y en las que se medirá a Brasil este martes. A partir de entonces, el calendario le ofrece inéditas semanas sin compromisos hasta inicios de 2024.
En las últimas semanas, y mientras se acerca del primer aniversario del título mundial en Catar, Messi fue mencionado y puesto como ejemplo por gente muy diversa: desde el Papa Francisco hasta Sergio "Kun" Agüero, pasando por Lula, el presidente de Brasil, y la canciller de Javier Milei, antes de que el ultraliberal populista ganase las elecciones presidenciales de este 19 de noviembre.
"Messi es soft power argentino", dijo a Relevo Diana Mondino, la mujer que manejará las relaciones exteriores de Argentina con Milei durante los próximos cuatro años.
El concepto de "soft power" es especialmente importante para un país como Argentina, que depende del "poder blando", ya que el duro, desde el militar al económico, no está a su alcance. Messi se suma así al fútbol en general, al tango, al cine, a la literatura, al vino, al asado: todos atributos de la argentinidad que le permiten al país tener una imagen y presencia positivas en el escenario internacional más allá del marasmo económico en el que vive habitualmente.
[AHORA] "Messi no podía terminar su carrera sin ser campeón del mundo": Lula, un hincha más de la Scaloneta. 🇦🇷😂 https://t.co/lhJKym0dZY pic.twitter.com/FWUiilGFwA
— ElCanciller.com (@elcancillercom) January 23, 2023
Un Messi que en Palermo, uno de los barrios más turísticos de Buenos Aires, comparte una esquina con Maradona y Daniel Passarella, los tres capitanes campeones del mundo. Allí, en una cervecería, están pintadas a tamaño gigante las figuras del campeón de Argentina 78, del de México 86 y del de Qatar 2022. La abrumadora mayoría de los turistas elige una foto con Messi de fondo.
Messi no es Maradona
Ese "poder blando" que encarna Messi se observa también en sitios tan asombrosos como las selecciones rivales. En su reciente paso por Bolivia y Perú, la selección argentina se encontró con hinchas locales que querían que sus selecciones perdieran: solo les importaba Messi, preferían ver ganar a Messi y a Argentina que a sus compatriotas.
"¡Tiene que ganar Argentina, dos goles de Messi!", decía un joven peruano en octubre. "¡Gol de Messi, gana Argentina!", confirmaba a su lado un amigo. Ambos estaban ante el hotel en el que se alojaba Argentina, esperaban ver a algún integrante de su selección. Y sobre todo a Messi, claro.
Muy jóvenes, en su mayoría, apoyaron a Messi durante la Copa del Mundo en Catar y lo siguen haciendo hoy. Su selección no es la de su pasaporte, sino la de su corazón. Ese corazón está con Messi. Y de eso se beneficia Argentina. Sucede en Perú y Bolivia, pero también en Venezuela, Chile, Uruguay, Colombia, México y toda Centroamérica. Mucho más lejos, en Bangladesh, Pakistán y la mayoría de los países árabes.
Y en Brasil, nada menos que en Brasil: en el Morro do Dendé, una favela de Río de Janeiro, sus habitantes pintaron sus calles de celeste y blanco antes de la final de Argentina con Francia.
Impensable en los años de Diego Maradona, que por supuesto que tuvo una legión de admiradores en todo el mundo. "¿Argentina? ¡Maradona!", decían en casi cualquier rincón del planeta. Pero hoy es "¿Argentina? ¡Messi!", con la diferencia de que Messi no polariza, no enfrenta, no genera tensiones. Y Maradona, que opinaba sobre todo lo humano y lo divino, sí.
Elogios a Messi y dardos a Neymar... ¡en Brasil!
Es por esto que Luiz Inácio Lula da Silva hizo en estos días lo que nunca antes había sucedido: un presidente de Brasil elogiando a la máxima figura del fútbol argentino para dejar mal parada a la principal figura del fútbol brasileño.
"Messi debería servir de ejemplo a los jugadores brasileños. El tipo de 36 años, campeón del mundo, ganador del Balón de Oro y todo eso. Messi tiene que ser una inspiración de dedicación para estos jóvenes. Cualquiera que quiera ganar el Balón de Oro tiene que ser dedicado y profesional. A él no le va la juerga, no le va la fiesta".
Lula le lanzaba así un misil a Neymar, sin mencionar su nombre. El exjugador del Barcelona fue enfático en su apoyo a Jair Bolsonaro en las elecciones de 2022 y después fracasó en el Mundial de Qatar. Lula no olvida y se vale de Messi.
También se vale de Messi el Papa Francisco, que envió dos mensajes a su país: no idolatren a Maradona, pero tampoco exageren con Messi.
"Entre Messi y Maradona, ¿a quién prefiere?", le preguntó un periodista de la televisión italiana.
"Yo metería un tercero: Pelé. Son los tres que vi", sorprendió el Papa de 86 años.
"Maradona como jugador, un grande, un grande, pero como hombre, fracasó. El pobre resbaló con la corte de quienes lo elogiaban y no le ayudaron. Messi es correctísimo, correctísimo. Es un señor. Para mí, de los tres, el gran señor es Pelé. Un hombre de un corazón… Hablé con Pelé, lo conocí una vez en un avión cuando estaba en Buenos Aires, hablamos. Un hombre de tanta humanidad y corazón...".
Messi, su relación con Beckham y sus negocios con Agüero
Messi, incapaz de decirle qué hacer al Papa o de convertirse en el mayor defensor mundial de una dictadura, como fue el caso de Maradona, sorprende con otros detalles: muchos se restregaron los ojos al verlo entrenándose en Miami apenas horas después de recibir el Balón de Oro en París.
No hubo noche de fiesta en la capital francesa, no hubo excesos. Así como llegó con su esposa y sus tres hijos, los cinco se volvieron a Miami. Y una imagen en la retina, además de la del Balón de Oro: la gran relación de Messi con David Beckham. Un argentino y un inglés, algo que años atrás era complejo de entender para muchos argentinos marcados por la Guerra de las Malvinas, y que Messi convierte hoy en natural y sencillo.
Mientras sus asesores financieros y su padre deciden semana tras semana en qué invertir la cada vez mayor fortuna de la exestrella del Barcelona, Messi sirve hoy para mucho más que fútbol: desde asociarse al "Kun" Agüero como co-dueño del equipo de esports "Krü Esports", hasta llenar los sembrados de granos en Argentina de figuras con su rostro: hoy, desde el aire, pueden verse cultivos que reproducen la estampa de Messi.