Debe ser, ¿o no?, que todavía en agosto no tengo entrenadas las papilas gustativas del fútbol. Pudiera ser, ¿o no?, que con los años me esté convirtiendo en un ser-crítico-analista-opinador sin categoría de influencer, por supuesto, más indulgente y vaya perdiendo el grado de las dosis de exigencia mínima. O simplemente, va a ser, ¿o no?, que en este específico caso mis gafas de ver no hayan divisado el mismo horizonte que la mayoría de los otros seres-críticos-analistas-opinadores, algunos sí con galones de influencers...
Bueno, que me lío. Lo que quiero escribir y escribo es que a mi no me ha disgustado tanto como al pueblo el rendimiento del Real Madrid en sus cuatro primeros partidos de la temporada. Diría que los resultados le han maltratado sin tener una relación directa con su juego. Sobre todo la noche del Barcelona. Demasiado castigo. Los errores, que los ha tenido, sobre todo en la faceta defensiva, le han penalizado más de lo normal, sobre todo a estas alturas de curso en la que quien más y quien menos está todavía forrando los libros, si es que los ha comprado. Casi todos los fallos acababan en gol en su portería, mientras que su caudal ofensivo, que ha sido mucho-muchísimo, no se ha correspondido con sus aciertos en la puerta enemiga.
Ancelotti le pone un 'seis' a la gira. Bueno. Vale. Puede que tenga sus razones y sus intereses para dar ese aprobado raspado. Carletto ejerce de sí mismo. No quiere decir a sus jugadores públicamente que tienen menos poder de concentración que un niño de pantalón corto y que les hacen goles de primaria, pero tampoco les quiere exponer a la matanza pública. Por supuesto no señala a ninguno. Y ni siquiera señala con el dedo de la culpabilidad al rombo táctico que diseña ahora su equipo en la pizarra. La evidencia es que necesita ajustes. Bastantes ajustes y en diferentes zonas del campo.
A la espera de la vuelta San Thibaut, los laterales, obsesionados ahora en su nuevo rol de dotar al bloque de profundidad y amplitud, se olvidan que su primer mandamiento es defender. Carvajal y Fran García salen titularísimos del periplo, a pesar de todo. Los centrales también andan en esa fase de no tener claro donde tienen que plantarse y cuando deben achicar o acularse en el repliegue. Militao y Alaba mantienen su ventaja sobre Rudiger y Nacho.
Llegamos al dichoso rombo. En el vértice inferior, Tchouameni ha estado bastante mejor que un Kroos en rodaje y arranca como favorito para el puesto de mediocentro. Camavinga ya tiene un puesto asegurado en el carril del '10', mientras que el del '8' continúa sin dueño. Ni Modric, ni Valverde se lo han ganado. Bellingham, a la espera de decisiones futuras, ha sido inamovible en el vértice superior del dibujo, casi siempre arrancando desde la izquierda. De momento el rombo se perfila hacia la izquierda en ataque. Posiblemente por la influencia física que inyectan por esa banda Fran García y Camavinga y, también, porque por delante está Vinicius que se tira a la banda zurda como quien se lanza a una piscina de bolas.
Arriba, mucho del omnipresente Vinicius, del que ya no se pueden escribir más cosas, y poco, de momento, de Rodrygo, aunque lo del otro 'menino' no debería ser preocupante porque el talento lo lleva dentro volverá a aflorar hasta que desborde. De Joselu solo se puede decir eso, que es un hombre de área y como tal acierta y falla: las mete de chilena marca Hugo Sánchez y las marra a puerta vacía y con su punto fuerte, la cabeza.
Lo escrito. La gira 'yankee' ha servido para lo que ha servido. Para probar. Para ensayar. Para que pocos se sientan indispensables y bastantes se den cuenta de que juegan en el Real Madrid y que con esa camiseta puesta, una vigilancia mal hecha y una pérdida en la salida del balón suelen acabar en gol en contra y, sin embargo, varios puñados de remates a la puerta rival no te aseguran el gol a favor, salvo que por allí cerca esté un tal Vini Jr. ¡Qué bueno eres condenado!
P.D. Me felicito. Un texto de varios párrafos sobre el Real Madrid y no he escrito el nombre de Mbappé.
