Los trucos de María Aguirre, la psicóloga estrella del futfem: "También trato a hombres, pero me 'esconden'"

Desde hace un año, María Aguirre -psicóloga deportiva- se dedica en cuerpo y alma a que algunas de las futbolistas más destacadas del panorama nacional alcancen su bienestar mental. No es ninguna exageración. Videollamadas de una hora y media, mensajes un domingo por la noche o audios de ocho minutos tras un partido son su rutina. "Con ellas hago muchísimas excepciones. Si me escriben, sé que es porque lo necesitan. Y ahí estoy, tenemos un feeling muy especial", destaca María.

De un tiempo a esta parte, María se ha convertido en una habitual en los stories de Instagram de las futbolistas. "No se esconden. No tienen ningún problema en decir que trabajan con una psicóloga. Lo hablan si ningún pudor. Les empodera, hace ver a las demás que están trabajadas a nivel global", subraya. Entre las jugadoras más ilustres que acuden a su consulta se encuentran Athenea del Castillo, Sheila García, Ana Tejada, Olga Carmona o María Jiménez. "También trato a muchos deportistas masculinos y me 'esconden'. A estas les da igual", añade.

En los últimos tiempos, las futbolistas han multiplicado su popularidad y su trascendencia. Un crecimiento que tiene sus pros y sus contras y que las ha convertido, en muchas ocasiones, en protagonistas de la conversación social. Hablando en plata, han caído en las garras de Twitter. "Tras el anonimato, la gente dice lo que le da la gana. Hay jugadoras que están más en el foco y las dan por todos los lados. Ha habido épocas en las que las críticas se han llevado y mejor y en otras, peor. Muchas veces les afectaba el simple hecho de ver que se hablaba de ellas, ya fuese negativamente o positivamente. También ha habido momentos en los que hemos tenido que dejar de lado Twitter porque eran incapaces de gestionarlo", explica.

El conflicto y el clima de incertidumbre que se vive en la Selección española tampoco escapa de la conversación social. "Lo de 'Las 15'... es un tema muy delicado y muy difícil para todos. Porque, claro, también hay otras 15 jugadoras. No es fácil para nadie. Es una asunto que provoca un desgaste mental brutal. Fue un antes y un después", resalta María.

María se inició en la psicología deportiva en el Náxara, un club riojano de tercera división. "Fue muy sonado porque no era habitual que un equipo de esa categoría tuviese una psicóloga. Viajaba con ellos y era una más", recuerda. Y vuelve a diferenciar entre la mente masculina y la femenina.

"Ellos, muchas veces, tienen una barrera y por ser de determinada manera, a veces, tienen que demostrar según qué cosas. La principal diferencia entre unos y otras son las ganas de mejorar -y no solo a nivel técnico-táctico-, la complejidad y la ambición de ellas. Se fían mucho más de tu criterio", resalta. La valía de una mujer, en según qué ámbitos, siempre se pone más en duda por el simple hecho de serlo. Y creo que, entre nosotras, esa barrera se rompe porque confiamos en el profesional. Esa sororidad también se nota ahí", añade.

La normalización del tratamiento de la salud mental es una de las preocupaciones de María. Por eso, es habitual verla compartir en Instagram noticias y reportajes relacionadas con el tema, como si fuese una revista de prensa. Así, a través de las redes sociales, contactó con su primera paciente: Sheila García, la jugadora del Atleti y de la Selección. "Encontré una entrevista a Sheila en la que hablaba de cómo y cuándo empezó a ir al psicólogo. La mencioné, me contestó y empezamos a hablar. Fue justo antes de la Eurocopa".

Sheila, que en ese momento acudía a otro psicólogo, y María intercambiaron varios mensajes que desembocaron en su primera consulta. "Se sorprendió por el tipo de lenguaje o por la forma en la que hablábamos, así que decidió probar. Siempre había tratado a jugadores de baloncesto o de fútbol de primer nivel, pero era mi primera experiencia en el fútbol femenino y flipé que fuese con ella. 'Aquí, o se te abre la puerta o se te cierra', pensé", se sincera. "Ahora, somos inseparables y Sheila ha mejorado muchísimo", presume orgullosa.

El nombre de María Aguirre corrió como la pólvora entre las jugadoras y una de las siguientes en tocar su puerta fue Athenea del Castillo -a mediados del noviembre pasado- y gracias a Sheila García, que la aconsejó acudir a ella. "Athenea me da la energía, pero también me la quita", confiesa entre risas.

La extremo del Real Madrid es una futbolista muy emocional y temperamental. "Estamos trabajando en el uso de herramientas que la mantengan dentro del partido, pero también fuera si es lo que necesitas en ese momento", destaca María.

Esas herramientas mágicas son una tira de tape y los anclajes visuales. En todos los partidos, Athenea luce una tira de tape que envuelve su muñeca. "Mira, en esa tira, lleva sus cositas, como un as en la manga dibujado. Pues hemos llegado hasta tal punto que se ha dibujado una "M" de "María" (risas). Dice que cuando la mira, le viene a la mente todo lo que trabajamos y es su anclaje. Yo no quiero cargar con esa responsabilidad...", bromea María.

La tira de tape es un anclaje visual, uno de los 'trucos' más recurrentes de la psicología deportiva. "Es una herramienta que se utiliza para desviar la atención de algo a la que no se la queremos prestar, como los pensamientos negativos intrusivos: no estoy bien, qué lenta, cómo he fallado esa, etc. La falsa creencia es que podemos evitar que esos pensamientos entren en nuestra cabeza, pero es mentira porque son irracionales", explica María. "La clave está en gestionarlos. El ciclo es: los recibo, los digiero y los gestiono. No los rechazas, das ligas a la emoción, le das sus minutos de protagonismo y los echas. Se trata de engañar al cerebro", resalta.

Mientras desvela sus 'trucos', María hace especial hincapié en lo obedientes y metódicas que son las jugadoras. "A veces, siento que se agarran a mí como a un clavo ardiendo. ¿Por qué? Ven que todo lo que les digo funciona y se lo cuentan entre ellas", resalta.

En su primera sesión, es habitual que María les pida que se dibujen. "He visto de todo. Alguna de ellas se ha dibujado como un monigote, sin nada más. Y, en cuestión de un par de sesiones, la imagen que tenían de sí mismas ha cambiado por completo: se dibujaban con la ropa del club, señalaban sus puntos fuertes, muchos más detalles, etc.", recuerda.

Esta técnica le lleva a otra: la de los cinco errores. "Es como si tu mano fuese una flor y tus dedos, los pétalos. Esos cinco dedos van a representar el margen de cinco errores que me voy a permitir durante el partido. Vamos a normalizar que durante el encuentro voy a poder fallar cinco veces, aproximadamente, de manera normal y sin obsesionarme. Entonces, cada vez que fallas, bajas un dedo. De manera que focalizas la atención en lo que ya te queda, no en lo que ya has hecho", explica María.

A lo largo del tiempo, María ha conseguido establecer una relación de amistad con todas sus pacientes. "A veces, me siento como su hermana mayor. Para muchas, esta 'fama' ha llegado de la nada y tienen que saber gestionarla. Es decir, gestionar todo lo que hay alrededor de ser deportista de élite. Muchas veces, cuando hablamos de ello, es cuando se dan cuenta y dicen: 'Joder, demasiado bien estoy...'", señala María.

La titularidad -"Les preocupa muchísimo, anhelan la continuidad"- o el miedo al error son algunos de sus talones de Aquiles y que María les ayuda a gestionar. "Mira, a veces les obligo a ponerse fondos de pantalla con mensajes subliminales para su cerebro, como frases motivacionales", confiesa entre risas. "Mi intención es que, dentro de unos años, tengan una libreta con todas estas cosas y sepan usar todas las herramientas para no depender de mí", acaba.