SELECCIÓN ESPAÑOLA

Cómo Marruecos convenció a Brahim: un encuentro en diciembre de 2017 y hasta llamadas del entorno del rey Mohamed VI

El papel del seleccionador, Walid Regragui, también fue clave.

Brahim, el día de su presentación con el Real Madrid. /
Brahim, el día de su presentación con el Real Madrid.
Sergio Gómez

Sergio Gómez

Una decisión tan trascendental como la de Brahim Díaz, que se ha decantado por Marruecos y no por España, no es asunto que se remate en un día ni en dos reuniones. El país africano lleva cocinando esta operación casi siete años. Un trabajo de desgaste que ha surtido efecto gracias también a la pasividad de la Federación española con un jugador nacido en Málaga y cuyo lazo más directo con Marruecos lo ata su abuela paterna. Aunque tiene mucho aprecio al país, la elección se debe más a motivos deportivos, por la fuerte apuesta que han hecho por él desde hace años.

Persuadir a Brahim se convirtió en una cuestión de Estado desde antes del Mundial de 2018. En diciembre de 2017, cuando el atacante jugaba en el Manchester City, el por entonces seleccionador marroquí Hervé Renard mantuvo una reunión con él y su familia en la ciudad inglesa para empezar a seducirle con mensajes de cariño y una sugerencia muy atractiva, la de poder llevarle a la cita que se iba a disputar en Rusia. La respuesta fue clara en ese instante: "Quiero jugar con España".

El malagueño no acudió, pero ahí se lanzó al terreno una semilla que Marruecos ha procurado regar con frecuencia, yendo con todo. Pese a que el futbolista fue importante en todas las categorías con España (un partido con la Absoluta, ocho con la Sub-21, ocho con la Sub-19 y nueve en la Sub-17), no renunciaron a la empresa.

La salida de Renard en 2019 no acabó con el cortejo. Más que nada porque el deseo de ver a Brahim convertido en un León del Atlas no era un capricho del banquillo sino que venía desde lo más alto. En todo este proceso de amor constante han intervenido hasta estamentos políticos del país. Algunas de las personas de máxima confianza de Mohamed VI, rey de Marruecos, se implicaron en la tarea. Telefonearon varias veces a Brahim y su entorno para insistirles en que el interés iba mucho más allá del fútbol: el plan es convertirle en un icono del país, con el Mundial 2030 que organizarán España, Marruecos y Portugal de fondo.

Regragui, seleccionador de Marruecos.
Regragui, seleccionador de Marruecos.

El papel clave de Walid Regragui

En este ejercicio de sugestión ha jugado un papel importante el seleccionador Walid Regragui. El año pasado fue a verle a Milán y en los últimos meses ha intensificado sus contactos. Brahim no habla francés y el técnico, que jugó en el Racing de Santander y se desenvuelve con el castellano, fue el intermediario perfecto de Fouzi Lekjaa, presidente de la federación marroquí, que estaba obsesionado con fichar al jugador del Real Madrid. Las dos visitas al país africano que el futbolista hizo últimamente cayeron como un maná.

La decisión de Brahim, que comenzó a virar definitivamente cuando se vio fuera de los Juegos Olímpicos, constituye un golpe sobre la mesa de Marruecos, que considera que reclutarle es un espaldarazo a nivel mediático, un refuerzo de su imagen como semifinalista del último Mundial y como parte de la organización de la cita de 2030 y un efecto llamada para otros jóvenes que se vean en la coyuntura de tener que decidir entre ambos países.

El de Brahim es el último ejemplo de un jugador nacido en España, con doble nacionalidad (ha participado en las categorías inferiores en la Roja), que se decanta por los Leones. Achraf, lateral derecho del PSG, fue uno de los primeros en cambiar el color de camiseta. Jugó en la Sub-19 con De la Fuente y, después, rectificó el camino. "Hubo posibilidades reales de quedarme con España, pero estuve un par de días en Las Rozas y vi que no era mi sitio, no me sentía en casa. No era por nada en concreto, sino por lo que yo sentía, porque no era lo que había mamado y vivido en casa, que es la cultura árabe, ser marroquí", llegó a decir. Ilias Akhomach (Villarreal), Abde (Betis) o Youssef Enríquez (Real Madrid) han elegido la vía marroquí.

Son casos similares en forma pero no en fondo ya que los vínculos del jugador del Real Madrid con el país magrebí son escasísimos. Por ese motivo, la baza que han jugado para llevarle a su bancada es la deportiva. Este 'cariño', sumado a una frialdad de toda la Federación española que contrasta con los mimos a jugadores como Lamine, han hecho posible que la semilla que Marruecos plantó con Brahim en 2017 haya brotado a su favor.