FINAL CONFERENCE LEAGUE

Mendilibar vive emocionado la locura griega: "A la vejez, viruelas. Parecía que algo así, o como lo de Sevilla, no me iba a llegar nunca"

El técnico español saborea su segunda final continental mientras prepara el asalto a la Superliga: si gana los tres partidos que le quedan será campeón.

José Luis Mendilibar, dirigiendo a su equipo ante el Aston Villa. /REUTERS
José Luis Mendilibar, dirigiendo a su equipo ante el Aston Villa. REUTERS
Enrique Ortego

Enrique Ortego

"A la vejez, viruelas", un dicho del rico refranero español muy utilizado todavía en la actualidad. Una frase que se emplea cuando sobreviene algo fuera de ocasión o tiempo. Se dice, en tono irónico, cuando alguien de cierta edad actúa según es costumbre en la juventud, incluido en el amor. Se refiere especialmente a quien se resiste a envejecer y lo demuestra haciendo conquistas amorosas". En este caso, el de José Luis Mendilibar, se resiste a envejecer deportivamente y sus conquistas son puramente futbolísticas. Dos finales europeas en 12 meses. El tiempo que ha pasado desde aquel 31 de mayo en el que el Sevilla ganó en los penaltis a la Roma de José Mourinho la final de la Europa League a este 29 de mayo en el que el Olympiacos disputará la final de la Conference League a la Fiorentina.

'Mendi' vive sin vivir en él. No le da la vida. No le da el día. Consume sus 24 horas entre emoción y emoción. El jueves, tras el partido, llegó a casa sobre las 2.30 de la madrugada. Después de consumar su 6-2 global ante el Aston Villa de Emery, cuarto clasificado de la Premier League, había que celebrarlo como la ocasión de una final europea se merece. Primero, en el estadio con los jugadores y los aficionados. Y después con la familia. No estaba solo. Además de su mujer, Mari Carmen, que ya vive regularmente en Atenas, le acompañaron sus cuñados, uno de sus hijos y un amigo.

Antes de intentar conciliar el sueño un par de horas, 'Mendi' quiso contestar el centenar largo de mensajes que tenía en el teléfono. Se caía el aparato del peso de la felicidad y prefirió hacerlo lo más inmediatamente posible. Entre otras cosas porque el viernes ya tenía entrenamiento a las 11,00 y el domingo espera una de las tres finales que le quedan para intentar ser campeón de la Superliga griega. Apasionante el futuro inmediato. En una semana tres partidos. Si Olympiacos gana los tres, será campeón. Pero en esa misma tesitura están los otros tres equipos que aspiran todavía al título.

El Campeonato no puede estar más apretado. AEK de Atenas encabeza la clasificación con 75 puntos, le siguen PAOK de Salónica con 71 y un partido menos; el Panathinaikos, también con 71 y el equipo de Mendi con 70 y un partido menos. El domingo, Paok y Olympiacos disputan el partido que les falta para completar las 34 jornadas. El miércoles 15, se enfrentan Olympiacos-AEK en el Pireo y Paok-Panathinaikos en Salónica. Y el domingo 19 de mayo, última jornada, con el gran derbi nacional, Panathinaikos-Olympiacos, mientras AEK y Paok se enfrentan a Lamia y Aris, que no tienen nada que hacer ya en la lucha por el título. En total, en esos siete días se jugarán cuatro duelos directos por el Campeonato, de ahí que los cuatro candidatos puedan salir campeones.

La voz de Mendilibar suena animosa a pesar de no haber dormido mucho más de dos horas. No puede disimular su emoción. "Me están sucediendo cosas que ya no me podía imaginar. Cuando parecía hace un año que podía estar más cerca de la retirada de lo que me está pasando, resulta que me pasa lo que no me había sucedido en 30 años de profesional, que lucho por finales con la posibilidad de ganar títulos. A la vejez, viruelas. Muy contento de verdad. Como se viven aquí las cosas no se viven en otro sitio".

Las dos situaciones parecen, desde fuera, muy parecidas, pero no lo son tanto para quien lo sufre en sus carnes. "En el Sevilla me encontré un club que pensaba, lógicamente, que tenía que estar más arriba en la clasificación, no luchando por el descenso. Los objetivos eran otros, incluidos en la Europa League. Aquí, sin embargo, que Olympiacos no sea campeón es un año malo. Lo de Europa, por supuesto, hace ver las cosas con otra perspectiva. Es la primera final continental de su historia. Han ganado la Youth League... y todavía nos queda la esperanza de la Liga. Ya no es tan mala la temporada".

El de Zaldivar está disfrutando del momento con intensidad. Se siente feliz. Como entrenador se siente realizado. Está trabajando bien. Está enamorado de la Ciudad Deportiva donde trabaja todos los días. El problema del idioma ha sido menor de lo que él esperaba. Al final, 20 de los 28 jugadores que tiene a su disposición, entienden o hablan el español. Unos más, evidentemente, pero los menos duchos entienden toda la terminología futbolística. Y con los que no, el intérprete que le marca al hombre durante todo el día, termina haciendo su trabajo. Que el entendimiento entre técnico y jugadores existe se demuestra en que la actual gran estrella del equipo, el marroquí El Kaabi, que no habla castellano, responde con goles y un trabajo descomunal un partido sí y otro también. Lo que no está teniendo desde su llegada es mucho tiempo para pasear, pero lo que ha visto de la ciudad, le entusiasma. Y la presencia de su esposa, Mari Carmen, también la ayudado mucho para una mejor integración en el ambiente.

El técnico pretende aparcar, por el momento, la final de la Conference League para concentrarse en las tres finales que le pueden llevar a ganar la Superliga. Es consciente de la dificultad. Es el más obligado de los cuatro aspirantes y se tiene que enfrentar a los otros tres: dos fuera y uno en casa. No sabe bien si la euforia de la competición continental llevará al equipo en volandas en estos tres partidos, o si, por el contrario, acusará el esfuerzo físico y emocional de llevar tres meses, los que él lleva en el cargo, jugando dos partidos a la semana con la presión de concatenar final tras final. Además, tiene bastantes lesionados. El español Iborra se lesionó el jueves en un tobillo y es baja segura para el domingo. Tampoco contará con los dos laterales izquierdos. Lo normal es que ante el PAOK cambie medio equipo.

Una vez finalizado el Campeonato, Mendilibar tendrá diez días para centrarse en la final. Un par o tres de días de descanso, para oxigenar músculos y mente y prioridad absoluta a la Fiorentina.