2022, el 'annus horribilis' de Monchi con los fichajes
La desvinculación de Isco y el adiós de Dolberg confirman el peor verano de Monchi. El director deportivo de los grandes éxitos también acumula algún borrón en su larga trayectoria.
Afronta Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, su mercado de fichajes más complicado, con la necesidad de revertir la situación del Sevilla. Necesita darle el director deportivo un giro al equipo, después de un 2022 que puede ser calificado como su 'annus horribilis' en Nervión. Si comenzó con ilusiones, con los fichajes de Tecatito Corona y Martial para pelear el título de Liga, la realidad ha sido bien distinta al acabarse, sobre todo tras un aciago verano. La desvinculación de Isco y la salida de Dolberg sólo han ratificado ese desacierto de Monchi, el gran artífice de los éxitos pero que también es humano y se equivoca.
Más de dos décadas al frente de los fichajes del Sevilla, con la única interrupción de su etapa en la Roma entre 2017 y 2019, han dado para mucho, pero sobre todo para llenar las vitrinas y las arcas del Sevilla. Desde Daniel Alves, fichado en 2002 y que fue su primer gran acierto, hasta Januzaj y Dolberg, sus dos últimas incorporaciones el pasado verano, Monchi ha acumulado muchos más aciertos que fracasos en su trayectoria, además de haber estado avalado por los resultados finales del equipo sevillista, un fijo en Europa en 18 de las últimas 19 temporadas.
Isco, Januzaj, Dolberg, Telles, Marcao y Nianzou fueron los elegidos por Monchi el pasado verano para iniciar la transición tras las ventas de Diego Carlos y Koundé. El resultado final no ha podido ser más discreto, con los tres primeros casi inéditos -dos de ellos ya fuera del club-, otros dos perseguidos por las lesiones y únicamente el joven francés compitiendo con regularidad, aunque todavía lejos de ese nivel que se espera por la inversión realizada.
Nunca acumuló Monchi tantos desaciertos juntos. Al contrario, lo habitual siempre había sido sumar aciertos con algún jugador que se quedaba por el camino, pese a que la tendencia de las tres últimas temporadas ya indicaba la necesidad de acometer una revolución de las que el de San Fernando siempre acometió cíclicamente.
La estancia de Monchi en el Sevilla se puede dividir en cuatro etapas, pese a que las tres primeras fueron de manera continua. Esa capacidad para reinventarse fue una de sus grandes virtudes y a eso se aferran ahora para darle la vuelta a su situación más crítica, con el equipo en la zona de descenso y los fichajes del pasado verano sin apenas haber ofrecido rendimiento.
Desde su llegada a 2008
Tras retirarse y ejercer como delegado durante una temporada, Monchi asumió la dirección deportiva a finales de abril del año 2000 sin apenas experiencia. Su nombre comenzaría a sonar tras el fichaje de Daniel Alves en 2002, al que siguió el año siguiente el de Julio Baptista, que confirmó ese caladero brasileño. También hubo decepciones en esos inicios, como los uruguayos Germán Hornos y Magallanes que acompañaron a Darío Silva, aunque la llegada de otros futbolistas como Martí y Aitor Ocio esa temporada 2003-04 ya anticipó también esa capacidad de Monchi para firmar a jugadores de club.
Tras un irregular 2004, con la operación retorno de Jesuli y Fernando Sales o el fichaje de Makukula pero también con los aciertos de otros dos brasileños como Adriano y Renato, la primera gran temporada de Monchi llegó en 2005, que contribuyó a cambiar el devenir del Sevilla de la mano de Juande Ramos. Luis Fabiano, Kanouté, Palop, Maresca, Dragutinovic o Saviola recalaron en Nervión para hacer historia.
Las tres temporadas siguientes dejaron más sombras que luces en formas de refuerzos, pero la base conformada anteriormente permitió seguir alcanzando éxitos hasta que llegó la hora de reinventarse. En 2006 recalaron en el Sevilla Chevantón, Kherzakhov o Hinkel, que no rindieron al nivel esperado pero también Fazio o Poulsen, dos futbolistas que sí se asentarían como titulares; en 2007 sólo Keita deslumbró para sumarse a ese Sevilla ganador en Europa, ya que otros como Koné, Mosquera o De Mul fueron sonados fracasados, sólo atenuados por los éxitos acumulados; más de lo mismo en 2008, con Romaric, Konko o Lautaro Acosta como lunares y Squillaci o Fernando Navarro como esos jugadores de club tan habituales en Monchi.
Un periodo de decadencia y transición
A partir de 2009 se puede colocar la segunda etapa de Monchi. Ya exitoso, con los trofeos ganados hasta esa fecha y consolidado como uno de los mejores directores deportivos del mundo, el Sevilla entró en una fase complicada en la dirección, también influida por José María del Nido y sus problemas con la justicia.
En esa temporada 2009-10 el club de Nervión firmó a Álvaro Negredo, que acabaría asentándose en el equipo y dejando una buena cantidad en las arcas, pero también a jugadores de rendimiento bajo como Zokora, Stankevicius o Sergio Sánchez. Al año siguiente, Monchi enmendaría un mal verano, con los fichajes de Guarente, Cigarini, Alexis Ruano o Dabo con dos aciertos invernales como Medel y Rakitic.
Más sombras que luces también habría en la 11-12. Manuel del Moral, Trochowski, Babá, Spahic o Javi Hervás llegarían ese verano que también supuso el retorno de José Antonio Reyes o las llegadas de Coke y Martín Cáceres. La 12-13 continuó con esa decadencia, con fichajes como el de Maduro, Stevanovic, Botía o Cicinho, pero con aciertos como Kondogbia o Beto, aunque el Sevilla firmó las temporadas con peores resultados de estas dos últimas décadas.
El segundo gran esplendor
Con Unai Emery como entrenador, Monchi conseguiría su segunda gran transformación del Sevilla a partir de la temporada 13-14. Bacca, Gameiro, Vitolo, Iborra, Mbia, Carriço o Nico Pareja recalarían en el Sevilla en aquel verano -también con petardos como Marko Marin o Rusescu- para llevar al club de Nervión de nuevo a la cima europea, además de que posteriormente dejasen millones de euros en las arcas.
Durante las siguientes tres temporadas, Monchi acumularía de nuevo más aciertos -Krychowiak, Aleix Vidal, Banega, Tremoulinas, Denis Suárez (2014), Nzonzi, Mariano, Escudero, Rami, Krohn Dehli (2015), Correa, Franco Vázquez, Ben Yedder, Lenglet, Sarabia, Nasri, Jovetic (2016)- que errores -Arribas, Iago Aspas (2014), Immobile, Kakuta, Konoplyanka (2015), Ganso, Kiyotake, Walter Montoya, Vietto, Kranevitter (2016)- hasta que en la primavera de 2017 confirmó su salida a la Roma después de que el Sevilla se clasificase para la Liga de Campeones como cuarto clasificado, precisamente con Jorge Sampaoli como entrenador.
El gran retorno
Tras dos años en la Serie A, Monchi regresó al Sevilla con plenos poderes. Y en su primer año volvió a erigirse en figura decisiva. Desde la elección del entrenador, un Julen Lopetegui que era discutido por la mayoría tras su salida de la Selección española y su fracaso en el Real Madrid, hasta la confección de una plantilla que de nuevo alcanzaría la gloria europea.
Diego Carlos, Koundé, Fernando, Bono, Ocampos, Joan Jordán, Óliver Torres, Luuk de Jong, Gudelj, Reguilón, Chicharito Hernández y Rony Lopes -éste tras una operación por la que Ben Yedder fue traspasado al Mónaco- le cambiaron la cara al Sevilla, que además incorporaría a En-Nesyri y Suso como refuerzos invernales.
La base de ese equipo fichado en el verano de 2019 conformaría el bloque que con Lopetegui alcanzaría la cuarta plaza durante tres temporadas seguidas, pese a que el nivel de los refuerzos comenzase a descender en 2020. En ese verano llegaron Acuña, Rakitic y Rekik, pero también Óscar Rodríguez o Idrissi, además de Papu Gómez en el mercado invernal. En 2021 serían Rafa Mir, Lamela o Dmitrovic, pero también Delaney, Montiel, Augustinsson, además de Tecatito Corona y Martial en enero.
Una bajada de nivel que desembocó en lo sucedido el pasado verano. Le tocaba reinventarse de nuevo a Monchi, tras las salidas de Diego Carlos y Koundé, más la posterior de Ocampos, pero esta vez no lo consiguió. Seis fichajes que apenas han elevado el nivel del equipo y que lo obligan ahora a acudir al mercado invernal para rehacer una plantilla a la que, además, necesita rebajar su masa salarial mirando al futuro.