El nuevo reto de Monchi: reinventarse antes de un mercado crucial para el Sevilla
Los fichajes previstos para enero serán una prueba de fuego para comprobar si el director general deportivo reconduce el proyecto. Tras las semanas más complicadas, la polémica del derbi realza otra vez su figura.
Hablar de Monchi es hablar del mejor Sevilla de todos los tiempos. Casi dos décadas de éxitos han tenido al de San Fernando como denominador común, pero los síntomas de agotamiento se habían ido acumulando en los últimos meses. La caída en picado del equipo sevillista desde enero, por más que resistiera para clasificarse para la Champions, erosionó la figura del director general deportivo, al que su defensa de Julen Lopetegui también le acabó generando desgaste. Paradójicamente,toda la polémica suscitada en el derbi en torno a su figura lo ha acabado reforzando ante gran parte de los suyos, que han cerrado filas con el director deportivo que los llevó a la gloria y que ahora tendrá por delante el examen del mercado invernal para demostrar que ha recuperado el pulso competitivo.
Discutido por vez primera dentro y fuera del club, los que conocen más de cerca a Monchi lo han visto hastiado, con un cansancio de ese director deportivo que le gustaba controlar todos los aspectos del día a día de la entidad que siempre lo colocaron por encima de los demás. Hallar una motivación para reinventar de nuevo al Sevilla ha sido esencial para que el de San Fernando vuelve a la escena con fuerza, aunque será este mercado de fichajes la prueba definitiva para medir su reacción.
El Sevilla lleva en crisis desde que comenzó la temporada. Las ventas de Koundé y Diego Carlos desnudaron al equipo y la tardía y deficiente planificación tampoco ayudaron a remediarlo. Monchi se aferró a Lopetegui, el mismo entrenador con el que había tenido diferencias al final de la anterior temporada, que acabó destituido pese a las reticencias del propio Monchi, que lo defendió hasta el último segundo. El director deportivo era consciente de que no le había dado al vasco todos los mimbres necesarios para la exigencia del Sevilla, a la vez que no tenía claro que un cambio de técnico fuera la solución inmediata a unos problemas de los que se sentía en parte responsable. Con Jorge Sampaoli ya con billetes de avión para volar a Sevilla, Monchi sí impuso su criterio para que Lopetegui se sentara en el banquillo en el partido ante el Dortmund, lo que incluso generó más tensión interna en la entidad.
No fueron días fáciles para el de San Fernando, al que los dirigentes, José Castro y José María del Nido Carrasco, conminaron a buscar un sustituto para el vasco e incluso lideraron las conversaciones con Sampaoli. Esas diferencias en la cúpula ejecutiva de la entidad provocaron un paso al lado de Monchi durante semanas, hasta su reaparición en Mánchester. "Me di cuenta de que mi mensaje ya no calaba", dijo el propio Monchi, tras reconocer errores en una planificación que sí defendió en agosto. "Espero recuperar la iluminación", añadió el director deportivo sobre esa necesidad de reconstruir el equipo en este parón por el Mundial.
A Monchi se le ha notado un cierto hastío en los últimos tiempos, lejos de ese director deportivo que controlaba todos los detalles del día a día
Ahí llegan las dudas sobre Monchi y su capacidad para reinventarse por enésima vez. Lejos queda su discurso del pasado mes de junio cuando indicó que estaba ante la planificación más ilusionante de su vida. Entonces, el de San Fernando contaba con todo el crédito, tanto de los dirigentes como de los aficionados, una cuestión que ahora no reúne en su totalidad y que tendrá que ganarse de nuevo en este mercado invernal tan peculiar de la 22-23. Su mensaje de Mánchester fue bien recibido por los dirigentes, con quienes ya se había sentado en los días previos para resolver esas incógnitas que se cernían sobre su futuro.
"No soy cobarde", respondió Monchi a la cuestión de si se había planteado abandonar el Sevilla en este momento, después de que ese runrún circulase por el entorno. Obligaciones contractuales también dificultarían su salida sin un acuerdo con los dirigentes, a la vez que en esta última semana todas las partes se sentaron para unificar posturas y afrontar este mercado con la obligación de mejorar al equipo. La derrota ante el Rayo, que encendió las alarmas de la entidad, provocó una serie de movimientos que desembocaron en una unidad al menos temporal y que tendrá que ser renovada en las próximas semanas con el trabajo que se realice para reforzar el equipo.
A Monchi ahora se le pide que acierte para mejorar una plantilla debilitada. El Sevilla hará un esfuerzo económico para facilitar esa reconstrucción y el director general deportivo tendrá que afinar para seguir demostrando que conoce el Sevilla como nadie. La polémica del derbi lo ha vuelto a colocar como referencia del sevillismo, pero serán los resultados los que terminen de resolver si Monchi ha vuelto para quedarse.