REAL MADRID

Ancelotti tiene el as de Brasil en la manga, promovido por los clanes del vestuario, pero solo será posible con una carambola

Su nombre sigue sobre la mesa de la CBF, aunque hay otros candidatos más fáciles de fichar.

Ancelotti celebra la Intercontinental con Vinicius/
Ancelotti celebra la Intercontinental con Vinicius
Hugo Cerezo

Hugo Cerezo

Carlo Ancelotti estaría gustoso de ser el futuro seleccionador de Brasil, siempre y cuando, por la razón que sea, no siguiera entrenando al Real Madrid. El caso tiene su miga, porque hay un puñado de obstáculos que dificultan la operación, pero, por paradójico que parezca, al mismo tiempo hay opciones reales de que se termine dando.

Empecemos por el lado de la balanza que empuja hacia esa opción. El nombre de Ancelotti, como se informó en Brasil hace dos semanas, está sobre la mesa del reelegido presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues. También era un nombre para Ronaldo en su intento de ocupar el sillón presidencial, pero el presidente del Valladolid se vio fuera de la carrera y renunció. A pesar de ello, Carletto gusta y mucho en la pentacampeona.

Porque además cuenta con un quorum mayoritario entre los clanes del vestuario, empezando por los que mandan, que curiosamente no es ninguno de sus jugadores en el Real Madrid. El vestuario de la Seleçao es particular. Allí los capos son Danilo, Marquinhos y Alisson. Solo el central del PSG jugó bajo sus órdenes en París. Pero el portero del Liverpool y el capitán, ex del Madrid y de la Juve, ahora en el Flamengo, lo ven con buenos ojos. Pero es que a ese grupo se une los madridistas, Vinicius, Rodrygo, Militao y Endrick, que lógicamente estarían encantados de que Carlo fuera su entrenador en Brasil. Como gestor de casetas con estrellas y equipos con la máximo presión, pocos, o ninguno, con su experiencia y mano izquierda.

Carlo ya se vio dirigiendo a Brasil en 2023, cuando su futuro en el Madrid no estaba claro y pensaba que no renovaría. Esa ampliación, adelantada por Relevo, abortó un fichaje que estaba avanzado. Es decir, el italiano le pone ojos a la opción de dirigir al Madrid de las selecciones, por trazar un paralelismo, esto es, el combinado internacional con más Mundiales de la historia. A la vuelta del año además llega la copa del mundo de Estados Unidos, México y su querida Canadá. De lo poco que le falta por disputar, y ganar, al italiano.

Sin embargo, el camino no es nada fácil. Los obstáculos empiezan por lo más simple, que Ancelotti tiene contrato con el Madrid hasta 2026. Para no cumplirlo hay dos opciones, o el club decide despedirlo, algo improbable tratándose del italiano y estando el equipo en abril peleando las tres competiciones; o Carlo propone al club llegar a un acuerdo para que le deje ir, lo que chocaría con sus propias palabras: "Quiero ser muy claro, la fecha de salida de este club no la voy a decidir nunca en mi vida", dijo hace días. Insistió el viernes: "Nunca seré yo el que diga que me voy del Madrid". Hay una tercera vía, un común acuerdo, que los dos lleguen a la conclusión de que es mejor separar sus caminos. O continuarlo pero en otro rol, porque esa opción también se baraja, que Carlo se reubique dentro de la estructura del club.

También el Mundial de clubes supone otro problema. La disputa del torneo en Estados Unidos a partir del 15 de junio, y después de dos fechas FIFA, dificulta sobremanera el movimiento. Brasil afronta dos jornadas de la clasificación para el Mundial contra Ecuador el 5 de junio y Paraguay el 9. La CBF por tanto necesita entrenador para esos encuentros, a no ser que coloque un interino y espera a Carlo para julio. En ese sentido, hay otros nombres sobre la mesa de Ednaldo Rodrigues, como Jorge Jesus y algún otro (ayer en Brasil se apuntó a Mourinho), que están sin equipo y por tanto podrían asumir desde ya, sin necesidad de buscar un parche para junio.

Ancelotti sabe que los resultados dictarán sentencia. En la final de Copa y en octavos de la Champions, ayer el Madrid empezó a rendirse en la Liga tras la derrota en casa contra el Valencia (1-2). Ya pagó un año en blanco en 2015, cuando no continuó a pesar de tener apalabrada la renovación, que no firmada. Desde entonces, siempre ha necesitado ganar al menos un gran torneo para seguir a los mandos, como en 2023 y la Copa del Rey ganada a Osasuna. En mitad de la batalla, cuando más balas van a empezar a silbar entre la final de Copa, las últimas ocho jornadas y la Champions, solo habrá tiempo para pensar en el Madrid. Y cuando llegue el momento, se decidirá, y el as de Brasil puede que esté vivo.