Asier Villalibre: una barba, una trompeta y la referencia de Aduriz
El canterano del Athletic jugará cedido en el Alavés, otra oportunidad para recuperar su confianza. La leyenda rojiblanca le apadrinó y le pidió que heredase su dorsal '20'.

Asier Villalibre, un tipo de pueblo, cambia de aires. No muy lejos de casa, en Vitoria, a solo 65 kilómetros de su Gernika natal. Un futbolista diferente, apartado de los lujos y las excentricidades. Llega a Lezama en su Citroen blanco, disfruta de sus vacaciones en las fiestas de los pueblos cercanos a su Gernika natal y ocupa su tiempo libre en mejorar en su pasión: la trompeta y la música. El gol, ese don que tiene casi de forma innata, aparece y desaparece. Como su confianza.
Ahora está en un momento bajo, tras una temporada sin apenas minutos, y la decisión ha sido la de dar un paso atrás para poder tomar impulso y regresar a San Mamés convertido en solución. Como hizo Aduriz, una referencia relevante en su carrera. El delantero jugará la segunda mitad de temporada cedido en el Alavés, tras haber renovado con el club rojiblanco hasta 2025.
En Bilbao no tenía minutos, pero sigue habiendo esperanzas en su fútbol. Y, sobre todo, en Lezama miran a su alrededor y no encuentran un delantero joven que pueda llegar a ocupar una plaza tan demandada desde que Aritz colgase las botas, superado por el evidente paso del tiempo.

El Búfalo ha sido preso de su propia calidad. Debutó en 2016 con apenas 19 años, cuando aún no estaba hecho, y las siguientes temporadas han sido una lucha continua contra las expectativas. 103 partidos y 13 goles. Goleador insaciable en las categorías inferiores del conjunto bilbaíno, se le colgó el cartel de sustituto de los Urzaiz, Llorente o Aduriz. Quizá demasiado peso, pero sus propios compañeros han confiado siempre en él como un jugador capaz de ser referencia del Athletic y le han tenido que convencer a él mismo de su valía.
Su prematuro debut, casualmente en manos de Ernesto Valverde, estuvo acompañado de cesiones a Numancia, Valladolid y Lorca, donde nunca se encontró. Ni siquiera disfrutó. No se adaptó, no se encontraba cómodo fuera de su hábitat, y la mejor solución fue la de volver a tener minutos en el Bilbao Athletic. Y la apuesta salió perfecta: 23 goles en Segunda B para recuperar la seguridad en sus capacidades y volver a tener la oportunidad en el primer equipo.
Los más veteranos de la plantilla le apadrinaron. De hecho, se convirtió en el cantante del grupo Orsai que jugadores como Mikel Vesga, Dani García, Iñigo Lekue, Mikel Balenziaga y Óscar de Marcos integran. También aceptaron el reto de ser quienes le daban consejos y los que trabajaron en su mentalidad, conscientes de que era necesario que él mismo confíe en su potencial.
Esta última temporada comenzó bien para el Búfalo. Máximo goleador de la pretemporada, con cinco tantos, y una edad perfecta (25 años) para explotar. Pero con el comienzo de los partidos oficiales se volvió a desvanecer. Sin embargo, sin atisbos de esa rebeldía quizá necesaria para darle la vuelta a una situación complicada. En el mercado de invierno ha aceptado lo que no quiso en otras ocasiones, volver a salir cedido para encontrarse a sí mismo y poder sacar todo el fútbol que lleva dentro.
El espejo de Aduriz
Aduriz, la gran referencia ofensiva, también es muy importante en su carrera. De hecho, fue él mismo quien le pidió que heredase el dorsal 20 cuando se retiró. "Se lo propuse yo. Al principio medio en broma, pero en bastante en serio. Hubo un momento que me mandó a paseo. Pero luego supongo que se lo habrá pensado y a mí me ha hecho mucha ilusión", explicó el guipuzcoano. "Pensé que podía ser mucho peso, pero al final pensé en ese niño o esa niña de la calle que se pone el 20 por Aritz", reconoció en su día Villalibre.
Las comparaciones son inevitables. Aduriz también tuvo comienzos complicados y necesitó de varias experiencias para explotar. Burgos y Valladolid fueron sus destinos antes de volver a Bilbao, donde siempre cumplió pero sin llegar a convertirse en intocable. Con Fernando Llorente asomando a las puertas del primer equipo, el Athletic decidió venderle al Mallorca y no fue hasta los 31 años cuando volvió a Bilbao, tras brillar en el Valencia.
Lo que vino después es historia. Sexto máximo goleador de la historia del club (172), estrella de una generación y referencia de un Athletic que disputó varias finales de Copa, ganó una Supercopa (2015) con cuatro goles y disputó la Champions League. Si aceptamos las comparaciones, Villalibre aún está a tiempo de recuperar su mejor nivel y el gol en Vitoria y regresar al club de su vida con los galones que necesita.
"Le sigo viendo un potencial enorme. Tiene que dar el paso adelante de decir aquí estoy yo y esperemos que lo pueda dar", declaró recientemente Aduriz sobre él. Y así piensan también en la directiva rojiblanca, que no ha querido incluir ninguna opción de compra en la cesión. Y es que en Bilbao aún se espera al Búfalo de Gernika.
Un jugador cercano
Más allá del rendimiento sobre el campo, Asier Villalibre se ha convertido en un icono del Athletic. Un jugador querido por su cercanía y sencillez. Uno de los más aclamados en cada sesión de firmas de los jugadores en las jornadas de puertas abiertas en Lezama. Quizá la explosión llegó tras ganar la Supercopa en enero de 2021, cuando agarró la trompeta y tocó en el centro del campo, con sus compañeros cantando las canciones que la afición entona en las gradas.
Asier Villalibre
— Pablo López (@pablolopez111) May 28, 2021
¿Se imaginan en la sociedad actual que un FUTBOLISTA de ÉLITE jugará pachanguitas con l@s niños en la calle?
Si, l@s niños con su ÍDOLO !!!
Sería INCREÍBLE para ell@s !!!!
Pues fíjense quién está de portero en este partidito de calle !!!
👏🏻👏🏻👏🏻🎩🎩 pic.twitter.com/uU2IlduQZh
La trompeta estaba allí porque esa misma noche, en la celebración en el hotel de Sevilla, en plena pandemia, los jugadores del Athletic dieron un concierto para la expedición rojiblanca en el hotel. Los instrumentos los consiguieron una vez que se clasificaron a la final, tras vencer al Real Madrid, y no se desaprovechó la ocasión de mostrarlo sobre el césped.
Meses después, se viralizó en redes sociales una imagen del delantero jugando en un campo con un grupo de niños. Le siguieron varios vídeos en fiestas de diferentes pueblos, acompañando a la charanga por las calles junto a su inseparable trompeta. En San Mamés, antes de cada partido, se reproducen las canciones de One Club Men y Corazón de Tango, interpretas por él. Por eso, se irá a Vitoria pero seguirá sonando en el estadio rojiblanco, con la esperanza de que vuelva en verano con la confianza en alto para que los seguidores bilbaínos griten también sus goles.