Una mansión para jugadores y clubes, la base de operaciones 'secreta' de Jorge Mendes
El famoso agente de futbolistas se traslada cada verano a una ostentosa vivienda en el sur de Portugal. Relevo ha tenido acceso a varios detalles.

Jorge Mendes (57 años) tiene por delante un verano cargado de trabajo. El portugués, uno de los agentes más poderosos del planeta, debe resolver el futuro de varios de sus mejores clientes (Ansu Fati, Asensio o João Félix)... y lo hará desde su retiro de cada período estival. El dueño de la empresa Gestifute reside durante el año en Oporto, pero sus meses de julio y agosto se trasladan a Albufeira, en el sur de Portugal. Allí, desde una opulenta mansión con todo tipo de lujos y detalles a los pies de la costa del Algarve, se cuecen operaciones y se mueven los hilos del planeta fútbol.

A pesar de la privilegiada posición de su propiedad, a escasos metros de playas paradisíacas y poco frecuentadas, Mendes tiene poco tiempo para desconectar. Los que han pisado su mansión definen su día a día como un "no parar". Hasta ahora se conocían pocos detalles. "Vive con dos pinganillos pegados a los oídos, varios teléfonos entre las manos y un séquito de asistentes. Es increíble", cuentan a Relevo. Su familia, para la que tiene reservada una planta, sí disfruta del clima y de la ubicación. También las decenas de dirigentes, representantes y futbolistas que desfilan por allí.
Además de su base de operaciones, el Algarve se convierte durante esas semanas en su centro de reuniones. Mendes no duda en convocar allí a sus clientes, tengan o no situaciones que resolver, y a los mandatarios con los que comparte una relación más estrecha. Hay muchos ejemplos. "James Rodríguez la visitó antes de dejar el Real Madrid para irse al Everton, Ansu Fati viajó hace un par de veranos, Joan Laporta estuvo invitado el año pasado...", descubren.
En ocasiones estos viajes se programan para avanzar cara a cara en negociaciones en marcha, pero no siempre tienen el mismo fin. Mendes también las utiliza para generar un ambiente más íntimo con sus jugadores y fidelizar a los jóvenes talentos que tiene en cartera, que cada vez son más y de menor edad. "Los chicos alucinan y se marchan admirándole todavía más", apuntan los que presencian con frecuencia estos escenarios.
Y todo eso, muchas veces, ocurre al mismo tiempo. En su vivienda, desvelan, llegan a juntarse miembros de clubes de diferentes países, futbolistas, sus ayudantes en Gesfitute, personal de la agencia de imagen adyacente a su empresa de representación (Polaris), familiares... "un hervidero", describen. Todos conviven en una especie de networking y comparten comidas y cenas en mesas interminables. Escenas "de película" que demuestran el poderío de la factoría Mendes.
Un verano con ajetreo
Haber perdido en pleno declive a Cristiano Ronaldo, su buque insignia durante tantos años, no ha comprometido el liderazgo de uno de los agentes más respetados en el mundillo. Este verano tendrá que solucionar varios frentes abiertos. Asensio, que dejó por él a su agente de toda la vida, termina contrato con el Real Madrid y debe decidir su futuro. Ansu Fati está en una situación delicada en el Barça, y con João Félix podría protagonizar otro traspaso millonario si Todd Boehly se decide a ejecutar su opción.
Hay mucho más: no cesan los rumores en torno al deseado Bernardo Silva, Gonçalo Ramos (delantero del Benfica) apunta a ser el siguiente boom, la renovación de Balde, el futuro de Cancelo... El destino de todos ellos se gestionará desde el lujo del no dormir. Además de sus estrellas, Mendes ha luchado en los últimos años por ampliar su cartera de talentos. En España maneja desde hace semanas la carrera de Lamine Yamal, una de las perlas del Barça. Los jóvenes le admiran y él, siempre cercano, atento y cariñoso, les corresponde.
Hace un par de años, Mendes pidió una lista con los mejores talentos españoles y ató a varios de ellos. Miguel Carvalho, del Espanyol, Paulo Iago, del Real Madrid, o Pedro Fernández, del Barça, son otros ejemplos. Sus ayudantes (cobran peso figuras como Vasco Noronha, exscout del Manchester United) son quienes gestionan las carreras de estas joyas mientras no dan el salto al profesionalismo, pero el agente portugués suele estar muy pendiente de todos ellos y de sus familias. Aparece, llama y demuestra que está ahí.
Su nómina de promesas se amplía con otras de las joyas que irrumpen en el fútbol mundial, como el jovencísimo Zaïre-Emery (PSG) o António Silva (Benfica). Sus redes de captación se estiran poco a poco en cuanto a jugadores y también en cuanto a los miembros de su equipo. El agente portugués se prepara para un verano que promete y en su mansión de Albufeira llega la temporada alta, ya con todo reservado.