Así es un contrato como el de Mbappé: "Es como un traje a medida, puede tener cientos de páginas"
Abogados y representantes explican todos los secretos de los documentos que tiene que firmar el delantero francés.

En la mañana de la presentación, el Real Madrid habitualmente envía imágenes de la firma del contrato. El jugador, sonriente, está sentado en una mesa, no pocas veces rodeado de trofeos, junto a Florentino Pérez. Es la rúbrica de un contrato, aunque en realidad es casi un teatrillo, lo que ahí se ve no es más que la representación de algo lógicamente más complejo. Lo será, sin duda, en el caso de Kylian Mbappé.
El contrato de una estrella de fútbol puede ser un artefacto muy complejo. Para entenderlo, este medio se ha puesto en contacto con varios abogados y representantes que han formado parte de negociaciones de grandes traspasos y firmas del futbol. Las fuentes son anónimas y no se citan casos concretos porque una de las máximas de todas estas cosas es que la confidencialidad no se negocia. Es irrenunciable y está puesta negro sobre blanco.
La primera sorpresa es que el contrato no es un contrato, sino dos. "Hay uno federativo que es estándar y tiene muy pocas cosas, que es el que se deposita en la Federación, es muy sencillo. El otro puede ser tan complejo como se quiera y en el caso de estos futbolistas más grandes, que son como empresas, tienen muchas cosas y son muy particulares. Suelen ser muy largos, aunque hay de todo", explica una de las fuentes consultadas.
¿Cuántas páginas tiene un contrato así? "Depende del estándar de cada club, pero suelen ser unas 10", explica una de las fuentes. Esto es lo común, lo habitual, pero en algunos jugadores, como sin duda es el caso de Mbappé, la cosa se desmadra. "Pueden ser tan complejos como se quiera. Cada club tiene contratos predefinidos, que suelen utilizar al empezar a negociar, pero a partir de ahí con la conversación van cambiando hasta ser muy distintos los unos de los otros", comenta un abogado.
Es decir, el Madrid, el Barcelona o el Atlético tienen una plantilla concreta, cada uno la suya, que es el punto de partida cuando empiezan las conversaciones, pero los detalles se van sucediendo desde entonces. "Al final son casi como un traje a medida", cuenta otro conocedor de este tipo de procesos. "Hay recomendaciones de la RFEF, FIFA y UEFA, pero al final son los clubes los que tienen sus maneras de hacer", cuenta otro".
No hay notarios, pero sí muchas firmas
El contrato federativo se registra, pero el otro, el privado, no tiene ningún protocolo adicional, se quedan copias las partes, va firmado en todas sus páginas y no pasa por notarios ni nada parecido, aunque LaLiga conoce parte del contenido, principalmente por temas de límites salariales. "Cada vez estamos más acostumbrados a una firma inicial por móvil, que ya es válida, y después se firman los originales de forma más protocolaria", explican. Firma el representante del club, el propio jugador y en muchas ocasiones también el agente del futbolista, pues suelen formar parte tanto de la negociación como de especificaciones del contrato, en algunas raras ocasiones firman contratos diferenciados entre el representante y el club.
Las negociaciones en el fútbol son complicadas y cualquier punto se puede encallar. "Todo es complejo o sencillo en función de la forma de redactarlo y de lo difícil que haya sido la negociación", explica un representante. Entre todas las cosas que se suelen manejar, una de las que más problemas suele generar en este campo son los derechos de imagen.
"Hay jugadores que los ceden completamente, que es el caso más sencillo, pero otros no porque tienen, por ejemplo, una historia audiovisual previa que ya les obliga a determinadas cosas. En esto se incluyen cuestiones de todo tipo, como por ejemplo la medida en la que el jugador tiene o no que formar parte de anuncios del equipo o incluso marcas con las que sí o con las que no puede trabajar el futbolista", cuenta otro.

Uno de los consultados recuerda que la sección audiovisual de un contrato pasaba de las 100 páginas. Es una anomalía, no se suele disparar tanto, pero si la cosa es muy importante, como puede ser en el caso de Mbappé, que ha tenido incursiones en la producción de documentales, esta parte suele ser mucho más prolija.
La remuneración, que es el centro de cualquier contrato laboral que se precie, suele estar en el medio del contrato, después de un preámbulo no muy largo en el que se cuentan, por ejemplo, las obligaciones del club y del jugador y antes de los anexos. Siempre en bruto, por supuesto, aunque en la negociación es algo distinto. "Normalmente se habla en bruto con jugadores nacionales y en neto con jugadores extranjeros", cuenta uno. "Los clubes siempre quieren hablar en bruto, porque así se quitan la incertidumbre de que puedan cambiar algunas cosas", cuenta uno de los consultados.
A estos niveles, rara vez es sueldo fijo sin más: "No suele ser una cifra sin más, sino que se suelen especificar los bonus, las variables, tanto colectivas como individuales, también pagos en especies, en algunos casos el alojamiento…". Si piensan en muchas cláusulas, se equivocan. "Los contratos tienen muchas secciones, que pueden llegar a ser muy largas, pero no tienen 300 cláusulas, en ese sentido suelen estar estructurados así, por secciones", cuentan.
¿Cuánta gente revisa un contrato así? "Un departamento legal de cada lado, normalmente 2 o 3 personas", explica un representante. Pero en casos como el de Mbappé este tema suele desmadrarse un poco. "Cuanto más mediático sea el jugador, y cuanto más complejo sea el contrato, más gente suele mirarlos, pues los clubes además de sus asesores suelen recurrir a otros abogados específicos, como pueden ser fiscalistas o especializados en derechos de imagen o de propiedad industrial. También los jugadores suelen tener muchos asesores, y más cuanto más difícil es el contrato", observan otras fuentes.
La cláusula de rescisión
Entre los detalles importantes está, por supuesto, la cláusula de rescisión. "Suelen ser estándar", cuenta un agente de futbolistas. Aunque hay casos en los que se detalla mucho más este punto: "Se puede hacer de muchas maneras también. En muchas ocasiones solo se dice 'En virtud del decreto 1.006 la cláusula es… X euros', pero también se puede jugar con eso, por ejemplo hacerla decreciente en el tiempo para que vaya costando menos a lo largo de los años, o hacer cláusulas diferentes para distintos países, por si se quiere que salga más caro para ir a Inglaterra, o al revés, se especifica que los clubes españoles tengan más dificultades para ficharlo", relatan.
En las obligaciones del jugador hay alguno de los puntos más importantes relacionados con la conducta del futbolista. "Los clubes que tienen un código ético lo referencian en el contrato, pero en otros casos, cuando no existe, en la parte de las obligaciones del jugador se especifican las cosas que no pueden hacer. Ahí se pueden ver desde cosas como no hacer deportes de riesgo, no apostar o temas relacionados con el dopaje", explican. "Además, luego existe un régimen interno al que también se comprometen", añade otro.
Si este artículo no tiene nombres es en buena medida porque los propios contratos están hechos para que nada de ellos se sepa. "Suele haber cláusulas de confidencialidad muy duras para ambas partes y están recogidas en el contrato. En ocasiones se especifica qué multa pueden conllevar y en otras se pone para que lo resuelva algún juzgado. El problema de estas cláusulas suele ser ejecutarlas, porque es complicado saber quién ha filtrado qué".
Son documentos curiosos, muy personales, algunas veces desmesurados. Por poner, ahora sí, un ejemplo concreto. Se contó cuando Messi llegó a la MLS que, entre otras muchas cosas, en el contrato se cuenta que el jugador tendrá un porcentaje del accionariado del equipo. Uno de los consultados sobre esto explica que, cuando entran estos factores en juego, las páginas, los asesores y las secciones se disparan hasta ser un documento realmente difícil. Igual el de Mbappé no llega a esos niveles, pero pocos contratos habrá en España más enjundiosos que el del nuevo atacante estrella del Real Madrid.