La desesperación de Rafa Mir: dos fichajes que le cambiaban la vida y que se cayeron in extremis
El delantero se queda en el Pizjuán después de tener su traspaso por el Milan cerrado a falta de que el Sevilla encontrase un sustituto.
El de 2023 ha sido, probablemente, el verano más complicado en la vida de Rafa Mir. El delantero, a pesar de sus buenos números en la 2022-23 (ocho dianas en 1.735 minutos), nunca ha contado con la confianza de Mendilibar, que opta por En-Nesyri por delante suyo. De ahí que desde el inicio del mercado su nombre estuviese en la rampa de salida.
El futbolista, que tiene contrato hasta 2027, aseguró el 6 de junio en una entrevista concedida a Relevo sus planes: "Soy feliz en Sevilla y quiero seguir". Es decir, la búsqueda de una salida fue más por voluntad del club que propia, una circunstancia que le hizo pensar que la entidad pondría facilidades.
Su perfil, tanto por físico como por olfato goleador, es muy valorado en el mercado y de ahí que llegasen multitud de llamadas de clubes interesados en sus servicios. Mir priorizó una por encima de las demás: regresar a su casa, al Valencia, club del que fue canterano. También le unen lazos personales a la ciudad.
Cuando conoció el fuerte interés aparcó todo lo demás. El Valencia le aseguró que era su prioridad para el ataque, sin plan B. Era él o él, hasta el punto de reservarle el '7' que dejó libre Cavani. Los valencianistas hicieron un fuerte esfuerzo, aceptaron las exigencias del Sevilla… pero los andaluces lo tumbaron todo cuando el jugador se veía de vuelta a casa.
Golazo con su futuro en el aire... y el Milan
Al romperse esta posibilidad, Rafa se resignó, apretó los dientes y volvió a la tarea de ganarse minutos a las órdenes de Mendilibar. De hecho, su implicación nunca bajó, como demuestra el golazo que logró en Mendizorroza.
Con la posibilidad de salir casi cerrada, a última hora apareció la opción del Milan, que pujó fuerte por él hasta el último día. Las posturas con el Sevilla se acercaron mucho durante la mañana del viernes, hasta el punto de que todo quedó pendiente de que encontraran a un sustituto de garantías. Los dirigentes hispalenses tocaron varias puertas sin éxito, algo que enterró por completo la operación.
Ante esta nueva situación, el Milan subió la oferta: de 15 a 17 millones por una opción de compra, que no era obligatoria porque no quedaba tiempo para pasar el reconocimiento médico (el mercado en Italia cerraba a las 20:00h.). Además, el conjunto italiano abonaba alrededor de cuatro millones por el préstamo y se hacía cargo del salario. No hubo manera: el Sevilla no daba luz verde sin tener sustituto.
Esto supuso una desesperación para Rafa Mir, que tenía planeado haber viajado a Milán el mismo viernes. Lo consideraba la oportunidad de su vida, en un club histórico que hacía una gran apuesta por él y le daba la opción de pelear por la titularidad con Giroud, algo que en el Sánchez Pizjuán tiene más difícil por la falta de confianza de Mendilibar. Un mercado aciago para el jugador: primero rozó la opción de volver a su casa y después la posibilidad de fichar por un grande de Italia. Dio por hechas ambas operaciones para, en el último momento, derrumbarse al saber que se rompían.