Hay 'caso Lunin': no felicitó a Courtois en Wembley y el Atlético no pierde detalle por si sale Oblak
El ucraniano evidenció una frialdad hacia el belga en toda la celebración y los rojiblancos, con la ayuda de Jorge Mendes, lo consideran una opción interesante para su portería.

En medio de la euforia por la consecución de la 15ª Champions League, y por el desembarco de Kylian Mbappé en la capital de España, la actualidad del Real Madrid está salpicada también por las habituales tensiones de final de temporada, renovaciones, despedidas y situaciones particulares de cada jugador en las que, como es lógico, cada uno barre para casa. La patata más caliente, ahora mismo, en el seno del club madridista es la del portero ucraniano Andriy Lunin.
Decisivo durante toda la temporada y con méritos de sobra para ser titular en la final de Wembley, una inoportuna fiebre evitó a Ancelotti el marrón de escoger: dejar en el banquillo a su portero de toda la temporada, el que le había sacado las castañas del fuego, y poner al titular, recuperado completamente de su lesión.
Lunin viajó a Londres más tarde, arropado por el club, con el que de hecho lleva semanas pactando su posible renovación hasta 2029. Todavía no es oficial, pero ya antes de la final estaba muy bien encarrilada. ¿Qué ha cambiado? En realidad nada más allá del aspecto personal. O todo, que es otra manera de verlo.
Desde las gradas de Wembley fue muy evidente el problema de Lunin con Courtois. Pitó el colegiado y el canterano Fran González corrió a abrazarse con el belga. Justo después, Kepa junto al preparador de porteros del Real Madrid, Luis Llopis, hizo lo mismo en una foto que el '1' madridista posteó después en sus redes sociales. ¿Y Lunin? Al observador imparcial, desde la tribuna, la sensación evidente que le dejó es que hizo todo lo posible por no cruzarse con su compañero, titular en la noche grande de la temporada. No le felicitó. Thibaut Courtois fue luego a felicitar al resto de sus compañeros, pero allí tampoco encontró a Lunin.
Es especialmente llamativo, además, por la sociedad cerrada que en todos los clubes profesionales forman los guardametas con su preparador. Trabajan muchas sesiones en solitario, hace mucha vida juntos y de la misma manera que no sería descabellado (aunque no ocurrió) que alguno de ellos no felicitase por ejemplo a Modric, sí es mucho más llamativo cuando existe una fisura en un núcleo tan cerrado como el de los porteros y su equipo técnico.
Consciente de que ese comportamiento iba a dar que hablar, en un momento dado, decide Lunin dar su brazo a torcer. De hecho, junto a Llopis algo después, se hacen una foto con Courtois y Kepa. Juntos. Las caras son las que son, pero el ucraniano no quiso hacerle el feo a la persona con la que ha tratado durante toda la temporada y se dio cuenta de que su reacción estaba siendo demasiado evidente. Pero el ambiente festivo que envolvió toda la celebración, contrastó con la frialdad de joven guardameta con su compañero, incluso en ese momento.

Y no parece que se le haya pasado el enfado: ni en la Cibeles ni en ninguno de los actos posteriores, ni en redes sociales se ha visto ninguna conversación normal de celebración entre el ucraniano y el belga, al que parece hacer responsable de su suplencia el Wembley.
El Atlético de Madrid... al acecho
¿Y qué soluciones hay? En realidad, como decimos, la renovación del guardameta está apalabrada con el Real Madrid, en principio hasta 2029, pero todavía no se ha hecho oficial. La decepción del 13 madridista puede ser un punto de inflexión a la hora de tomar la decisión definitiva sobre su futuro, con renovación oficial... o sin ella.
¿Y a qué club podría ir? A muchos. Su cartel ha crecido exponencialmente después de esta temporada y ofertas no le van a faltar, pero él prefiere seguir su vida en Madrid, donde tanto el guardameta como su entorno han encontrado una estabilidad que no querrían perder. Y es ahí donde entra un club como el Atlético de Madrid, que está pendiente de perder a su portero titular a lo largo de este mercado, Jan Oblak, y que vería con buenísimos ojos una incorporación como la del ucraniano.
De hecho, la masa salarial que liberaría Oblak, permite a los rojiblancos cierto movimiento para sustituir al esloveno, que tiene serios pretendientes en la MLS y está valorando de forma muy seria continuar su carrera en una liga menos exigente.
¿Y el Real Madrid se lo permitiría? Seguramente no. Que para eso lo quieren renovar. Y menos a un rival directo como el Atlético de Madrid. Pero en el caso de que se enquistase la situación, la realidad es que el propio Lunin se ha ganado el derecho de tomar algunas decisiones sobre su futuro y, si se cierra en banda, y el Atlético presenta una propuesta interesante, es posible que no tuvieran más remedio que alcanzar un acuerdo antes que tener un "problema" en el banquillo durante toda la temporada. Su agente, Jorge Mendes, además, parece de los pocos con la capacidad de llevar a cabo una operación así, con las relaciones que le unen al Atlético de Madrid.