La frase de Braulio que hoy cobra más sentido: "No soy ni podré ser nunca Monchi"
El director deportivo de Osasuna reconoció a Relevo que su fórmula "no copia a nadie" y jamás podrá ser como Monchi. Hoy se ha convertido en el principal candidato para sustituirlo.
![Braulio Vázquez conversa con Gaizka Garitano en su etapa como director deportivo del Valladolid. /A.Vidal](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202306/15/media/cortadas/braulio_garitano-RLEQ6OiNUVW45O2dZFNK4HL-1200x648@Relevo.jpg)
Monchi vuelve a decir adiós a Nervión. Es la segunda despedida tras la que protagonizó en 2017 y su salida dejará un vacío enorme en la dirección deportiva del Sevilla. Es la referencia de los despachos por antonomasia. Igual que en los años 90 un aficionado en bici debía emular a Indurain, o un tenista en prácticas quiere ser como Nadal; un director deportivo tiene que fijarse en Monchi. Su posible sustituto, con presión heredada, se ha ganado el puesto con creces. Currículum tiene para rato, sobre todo después de haber vivido una última temporada pletórica.
Braulio Vázquez, nacido en Pontevedra hace 51 años, fue fichado por el Club Atlético Osasuna en 2017 con el gran cometido de ascender a Primera División. Al segundo año, Braulio encomendó el banquillo a Jagoba Arrasate y el resto es historia. Seis temporadas más tarde, y con contrato en vigor hasta 2026, el director de orquesta de los rojillos ha logrado llevar al equipo a Primera, jugar una final de Copa del Rey y sacar el billete a Europa en la Conference League. La paciencia fue fundamental para dar con la tecla.
El guion no podía ser más idílico para un Braulio que sabe bien su papel. "En ningún otro club seré nunca tan feliz como lo soy aquí. Estoy convencido de ello. Se trabaja muy bien", dijo Braulio el pasado mes de enero en una entrevista con Relevo. "Puede que llegue a estar en otro club que dispute la Champions, ya lo hice en el Valencia, o en otro que no se plantee la salvación como primer objetivo de la temporada, pero nunca alcanzaré la felicidad que ahora tengo. Es algo que lo llevo dentro. Es mi familia".
Su autoridad al realizar esta confesión parece incompatible con la oferta que ha recibido del Sevilla, pero nada más lejos de la realidad. Sabe que su buen papel en Navarra le ha dado licencia para que otros se fijen en él. Tiene una cláusula "no muy alta" y ya desveló hace unos meses que estaba recibiendo propuestas de otros equipos. Incluso no concebía --hace tan solo unos meses-- la posibilidad de "ejecutar" esa cláusula si llaman a su puerta.
Él se siente bien pagado en Pamplona y sabe que prefiere "disfrutar" que estresarse en un club con más exigencias, aunque resulta imposible que nadie pregunte por sus servicios después de su último año. La hoja de ruta ha sido clara y Braulio la explica con naturalidad, la misma que utiliza para encajar los elogios que reciben sus oídos en los paseos por la capital navarra. "¡Coño! Parece que lo estamos haciendo bien...".
![Braulio Vázquez, en el acto de su renovación con Osasuna hasta 2026. CA OSASUNA](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202306/15/media/cortadas/braulio-U24164638636NAI-624x385@Relevo.jpg?cw=780&ch=481)
El triunfo nació en interpretar la idiosincrasia de Osasuna desde su llegada. Posibilitó una revolución en el vestuario para subir a Primera y se decidió por la cantera. Mejor un chaval navarrico que sienta el club, que un jugador foráneo que necesite un largo periodo de adaptación: "No tengo nada contra de los extranjeros, todo lo contrario. Son el complemento perfecto a la cantera. Nosotros tenemos cuatro, los justos (...) Para fichar extranjeros me gusta, si puede ser, que conozcan la Liga. No me puedo permitir el lujo de tener que esperar un tiempo a que un jugador se acople a nuestro fútbol. Mejor conociditos. Con los de fuera no me puedo equivocar".
Braulio considera que el "gran éxito" de Osasuna ha sido "renovar talento" con sus canteranos. "Si sacamos dos o tres jugadores por año y se nos van uno tras otro, llegaría el día que se agotarían. Ahora los chicos quieren jugar en Osasuna. No digo que no se escapará alguno, pero cada año tienen más alicientes.
“No soy Monchi ni Valdano”
Braulio admira a muchos colegas, pero prefiere no imitar a nadie. Habla mucho con su entrenador, conoce las preferencias y trata de cumplir sus peticiones. Así lo ha hecho en Valladolid, su anterior club antes de Osasuna, y en el Valencia, donde vivió su primera experiencia como director deportivo en sustitución de Fernando Gómez Colomer. Allí desplegó todo su trabajo previo como ojeador.
Han pasado casi tres lustros desde su debut en la parcela deportiva y sigue sin establecerse un referente. Tampoco le ha hecho falta. "Yo siempre seré Braulio. No soy Monchi, ni Valdano... No lo podré ser nunca. No se puede ser lo que no eres y como no me va mal, no quiero copiar a nadie. Sé donde trabajo, mis limitaciones, los gustos de mi entrenador", dijo hace unos meses.
Su gran relación con Jagoba Arrasate es otra de las claves que han contribuido a la mejor campaña de Osasuna de los últimos años. En Sevilla ya tiene el técnico confirmado, no dependería de su decisión, y es una buena noticia pues el perfil de José Luis Mendilibar es muy parecido al de Arrasate. Sencillez, naturalidad y trabajo. A veces el fútbol no necesita tanto Big Data y sí más sentido común.