La adaptación de Mbappé a la "familia" del Real Madrid pasa por los franceses y una posición a medida

Kylian Mbappé (25 años) y el Real Madrid ponen fin a un culebrón que ha durado prácticamente una década. Pudo llegar en diferentes momentos de su carrera, pero se ha anunciado oficialmente ahora, consagrado como estrella mundial y después de que el equipo blanco haya conquistado su 15ª Champions League. En Valdebebas lo celebran como un título más. El jugador perfecto para seguir reinando en Europa y dar el salto de calidad definitivo. A nivel de vestuario, su primer reto es adaptarse a un vestuario que ha demostrado esta temporada no necesitar a nadie para ganar, pero que se dispone a recibir al crack con los brazos abiertos.

Por suerte para él, cuenta con varios aliados. Camavinga, Tchouameni y Mendy, sus compañeros de selección, saben desde hace semanas que el fichaje es cuestión de tiempo. Ellos se encargarán de introducirlo con el resto, aunque Kylian ya conoce a varios por haber coincidido con ellos en eventos o vacaciones, como Rodrygo o Vinicius. Ya se ha mensajeado con algunos compañeros para conocer más del club y la ciudad. Llegará a una caseta que es una familia, como se han encargado de repetir en numerosas ocasiones durante la celebración de la Liga de Campeones y como si de un mensaje se tratase: nada debe alterar el buen rollo que existe actualmente.

Esa idea la tienen muy en cuenta en la planta noble del club. Sin ir más lejos, uno de los motivos de la renovación de Ancelotti en diciembre por dos temporadas más fue su capacidad para gestionar egos y calmar las aguas cuando llega la tensión. Y por ello, el propio entrenador quiere mantener a todos los veteranos posibles. Si fuera por él seguirían Modric, Kroos y Nacho. Futbolistas que le ayuden a que el vestuario se mantenga centrado, alejado del ruido que va a generar la entrada del de París.

El fichaje de Mbappé se consideraba importante, pero no indispensable. No se iban a volver locos con él. Le ofrecerían un contrato que considerasen acorde al nivel del futbolista y si no aceptaba, le cerrarían las puertas de forma definitiva. Él, anteponiendo sus ganas de llegar al Bernabéu, aceptó sin poner demasiados impedimentos, aunque miembros de su entorno le animaron a forzar la situación para rascar más dinero. Un paso con el que demostró al club y al vestuario que llega convencido del paso que va a realizar y con la intención de sumar a la plantilla campeona de Europa.

Ancelotti y su cuerpo técnico piensan en la forma de darle su hueco en el once. Todavía queda por ver que sucede con todos los nombres en duda, tanto entradas como salidas, pero con el francés parece haber una idea clara. Se espera que juegue de delantero centro con algún matiz. No actuará como una referencia, sino con libertad de movimientos y la potestad para cambiar de sitio con Vinicius, cada vez más cómodo en esa posición al frente de la ofensiva. Ambos comandarán el ataque blanco.

Todos en el vestuario saben que se trata de un futbolista superior. Una nueva ficha en el tablero que va a permitir ser aún más competitivos en los próximos años. Por ello, harán lo posible para que se integre lo antes posible y empiece a sumar en la lucha por los títulos. Él llega dispuesto a dar todo y seguir aumentando la vitrina de trofeos del museo del Bernabéu.