EL VESTUARIO

Todos los millones que un futbolista de élite rechaza de Arabia: "Yo no pinto nada en un sitio así"

Mikel San José confiesa las ofertas que recibió desde fuera y cómo la filosofía del Athletic ha influido en todas sus decisiones.

Mikel San José celebra un gol junto a Gorka Guruceta en un encuentro de Copa frente al Sevilla de 2019/Getty Images
Mikel San José celebra un gol junto a Gorka Guruceta en un encuentro de Copa frente al Sevilla de 2019 Getty Images
Patxo De la Rica

Patxo De la Rica

Son tiempos un poco agitados para hablar de Arabia Saudí y su dinero en el mundo del deporte y más concretamente del fútbol. Mientras Karim Benzema se ha ido del Real Madrid a cambio de una millonada siguiendo los pasos de Cristiano Ronaldo, mientras otros muchos nombres suenan como objetivos para continuar este éxodo, Mikel San José, ya exfutbolista, siempre tuvo claro que nunca pondría la mano sobre un petrodólar a pesar de las ofertas, que las ha tenido. De todo ello ha hablado junto a Quique Peinado en una nueva entrega de 'El Vestuario', en la que dibuja cómo todo lo que ha mamado en el Athletic le ha llevado a no necesitar ni siquiera de un representante (más allá de su primo), porque siempre tuvo claro dónde desarrollar su carrera como futbolista.

Puedes ver aquí la entrevista completa de Quique Peinado a Mikel San José 

Tú has jugado en ambientes muy concretos, Euskadi y Gran Bretaña, que no sé si tienen muchas similitudes, pero entiendo que es una manera muy particular de vivir el fútbol y la vida.

Yo cuando salí del Athletic tenía muy claro a qué sitios podía ir y a qué sitios no quería ni pensar en ir. Siempre he intentado elegir, estar en el Athletic, para mí es estar en casa, es lo más grande. Poder representar la camiseta del Athletic por cualquier sitio que hemos viajado ha sido lo mejor que me ha podido pasar, pero sí que en sitios muy concretos, en modos de vida, en formas de vida, en culturas muy concretas, que yo asemejo más a lo que yo vivo en el día a día, a lo que yo creo, a lo que pienso y a lo que les quiero transmitir, en este caso a mis hijos cuando fuimos a Birmingham.

Claro, a ti un contrato en Arabia Saudí, en principio no.

No, y a ver, alguna opción hubo, pero no, obviamente no, yo no pinto nada en un sitio así.

¿Por qué? Por ejemplo, si tú piensas en la vida de un jugador, se os dice que la vida es muy corta, que tienes que ganar dinero porque luego te retiras, y a ti te llegan y te han puesto mucho dinero por ir a jugar a no sé dónde, ¿qué planteamiento te haces tú ahí? De decir: "joder, si me voy a jugar un año aquí a Qatar, hostia, a lo mejor gano más dinero del que he ganado en dos años en el Athletic". Supongo que ese planteamiento en algún momento te lo harás.

No, de hecho, había veces que ni se lo quería comentar a mi novia porque no le iba a dar más importancia, así que es verdad que cuando te llega alguna cierta oferta, pues tienes que valorarla, en el sentido de, joder, están dispuestos a algo que no merezco.

Que no mereces, dices. ¿Te puedo preguntar cuánto dinero has dicho que no? ¿A cuánto dinero has dicho que no?

Pues a varios pares de millones, más o menos.

¿Por jugar cuánto tiempo?

Un par de años.

O sea, dos años y una cifra que no has ganado a lo mejor jugando en el Athletic.

Más o menos.

Hostia, y eso, tío, ¿no hay una mínima duda? Un momento que dices...

No, no, de verdad, yo... Yo juego porque me gusta y porque soy un loco del fútbol y un apasionado del deporte, pero yo quiero vivir tranquilo y poder hablar de lo que quiera. Quiero poder decir lo que me apetezca.

O sea, tú valoras eso, y esto yo lo he visto en mis experiencias hablando de fútbol y otras cosas, que los futbolistas vascos tenéis un punto en el que… No diré que hay mayor libertad de expresión, que a lo mejor sí, pero sí que es verdad que en Euskadi los jugadores tradicionalmente han hablado de más cosas. O sea, tú sentías un ambiente como seguro, más protegido para poder hablar de según qué cosas.

Sí, porque mucha gente me ha preguntado: '¿Pero el club te deja?' El jefe de prensa no me dice nada y entiendo también que hay cosas que si hago mal me tienen que decir, o si no son adecuadas me tendrán que decir. Pero bueno, nunca he tenido más palabras que "ten cuidado".

Por tu bien un poco, ¿no?

Sí, por dónde te puedes meter, qué puedes traer... Pero no por coartar lo que yo quisiera decir. Además siempre tengo a Maitane cerca que pone un poco más bonitos los tuits.

Corrige el tuit antes de...

Corrige, corrige. Corrige sobre todo... Quiero decir, le da calma.

O sea, tú a veces te encabronas y lo pasas antes por si acaso.

Sí, sobre todo muchos temas. Esto no se puede aceptar y me dice: 'Para, para, déjamelo'.

Oye, tú has jugado en el Athletic. Eres un hombre que quiere mucho a ese club y que quiere mucho esa camiseta. ¿Jugar en el Athletic hoy sigue manteniendo algo de lo que era jugar en el año 82?

Sí, creo que cada día puede tener incluso más valor. Hay un miedo en Bilbao con Oihan Sancet, con Nico Williams que son jóvenes y se tienen que convertir en pilares si van a querer renovar o no, si van a querer seguir o no, si van a tener ofertas y van a ser capaces de decir que no. Yo creo que hay un poco de nerviosismo pero yo creo que ellos se quedarán y eso le daría un valor incalculable al club, al sentido de pertenencia a la camiseta. Algo que tanta gente ha hecho, que se ha quedado y que ha dado sus mejores años en el Athletic por esta camiseta en un mundo en el que cada día hay más dinero, más ingresos por televisión, más jeques en equipos dispuestos a pagar barbaridades. Yo creo que le da más valor el ser capaz de estar en casa.

¿Por qué eso allí? ¿Por qué no pasa en el Cádiz o en el Rayo?

Pues no lo sé, yo creo que sería un camino que habría que haberlo empezado ya y habría nacer con el camino un poco hecho. Allí forma parte de una manera de vivir, es una religión prácticamente. No hay niño que de pequeño no sepa cantar una parte del himno o no sepa decir Athletic Club. Yo creo que es de lo primero que se aprende, y la verdad, es algo de lo que tenemos que estar orgullosos.

Tú tienes ahí pequeñas espinitas, ¿no? Te quedaste a muy pocos partidos de hacer 400 partidos con el Athletic. Jugaste dos finales de dos torneos que hubieran sacado la Gabarra. ¿Cómo fueron esos momentos de jugar una final de Copa, una final de Europa League, la posibilidad de que salga la barra, que entiendo que eso hubiera sido darle la vuelta a la ciudad... ¿eso cómo se vivía? ¿Como jugador hay un punto que igual es malo porque más ansiedad?

No creo, nosotros la vez que más cerca hemos estado de ganar, aparte de las Supercopas, fue la final de la UEFA contra el Atlético de Madrid. Luego todas las finales que hemos jugado con el Barcelona hemos jugado contra un super equipo, contra el mejor jugador de la historia, contra el mejor jugador de la historia rodeado de los mejores jugadores. Ya no que fueran españoles. Es que España ganó un Mundial y dos Eurocopas con la base del Barcelona, entonces estás hablando de que era muy complicado. Tú hacías todo lo que podías, tú peleabas, pero te ganaban y el tema de la Gabarra... es que hay mucha gente que no lo hemos vivido. Muchas generaciones no hemos visto surcar la ría, y yo creo que motiva y no da presión. Es algo que nos gustaría tanto vivir que es un extra. 

En esos años de 2012, 14, 16 que vas con la Selección a la Eurocopa y todo eso, tú tuviste ofertas, entiendo, a pesar de estar en el Athletic.

Alguna habría tenido, pero yo no quería. Yo nunca he querido escuchar nada.

¿Y tu representante? El representante te diría: 'Tus movidas me parecen muy bien, pero vamos a escuchar'

No. Yo llega un momento en el que sentía que estando en el Athletic no necesitaba representación. Está la figura de mi primo que, bueno, si había que negociar una renovación, pues entiende más de estas cosas que yo. Controla de temas legales y demás y lo tengo a él como figura de representante, pero estando en el Athletic para más allá de renovar el contrato no me hacía falta. Yo salí con 31 años, pero no hubiera salido. Yo quería retirarme en el Athletic y por eso no veía la necesidad de un representante si estaba en mi casa.

La gente que te esté escuchando, tan apegado al club y a la tierra: con 18 años te vas para Liverpool. ¿Eso cómo fue?

Fue duro, porque al final yo llevaba dos años en Bilbao y fue duro sentir del club que no se confiaba en mí como si confiaban en mí en el Liverpool. Rafa Benítez confiaba más en mí de lo que la gente que me veía a diario me demostraba. Entonces después de cuatro o cinco meses dando largas, estaba esperando a que el Athletic cambiara, ya no sus intenciones, sino su confianza, porque yo en ningún pedía cobrar ni jugar. Yo quería ver que se confiaba en mí como proyecto de futuro del primer equipo, cosa que se me llegó a decir que no me veían así. Sentí que no pintaba nada. Llegó un momento en el que no pude aguantar.

¿Luego llegas a Liverpool y qué?

Yo estaba en el equipo reserva, pero muchas veces entrenaba con el primer equipo. La ciudad deportiva era para los dos, entonces pasé de ser un juvenil del Athletic a desayunar todos los días cerca de Gerrard, de Fernando Torres, Xabi Alonso, Pepe Reina… Era otra dimensión.

¿El club tenía la mística del Athletic?

Muy parecido. Es un club muy serio donde el fútbol se vive de una manera diferente, muy parecida a la que se vive en Bilbao, pero en Inglaterra en general. Allí el fútbol se vive de una manera que es espectacular, por eso cuando yo salgo voy a Birmingham porque para mí ese fútbol es otro es otro mundo, es una manera de entrenar y jugar que no tiene nada que ver. A los siete meses prácticamente voy convocado con el primer equipo contra el Chelsea. Hay un momento que casi tengo que salir al campo y enfrente estaban Anelka y Drogba y siete meses atrás estaba jugando en juveniles. De repente puedo saltar al campo con la camiseta de Liverpool contra esta gente. Fueron dos años de verdad muy muy buenos, muy enriquecedores, no sólo culturalmente y de aprender inglés, que era un zote bien grande, pero luego vine cedido al Athletic con 20 años. Llegué hecho como jugador y esa experiencia nos enriqueció a todos. Pasamos de una gente que no confiaba en mí a dos años más tarde, con un cambio en las elecciones con otra gente en Lezama, pues se confió en mí y yo creo que todos salimos ganando. He estado 11 años donde creo que el Athletic también puede decir que acertó.

¿Eso de 'Once a red always a red' es verdad o no?

Si es verdad tienes o sea tú te sientes aficionado. Cuando el Liverpool pierde 2-5 contra el Madrid me hundió la vida. He ido con mis hijos, el pequeño que es muy futbolero estaba loco. El enano volvió encantado. A todo el mundo le recomendaría ir a un partido de la Premier. Ya no por ser Anfield que tiene una mística especial, en general toda la liga inglesa. Es una experiencia que aquí no se puede vivir.

¿Es algo que no pudiste vivir en Birmingham?

Cuando me voy fue todo el covid y jugar ahí era como jugar casi en cualquier otro lado. Era como jugar en un teatro. Se perdió lo que diferencia el fútbol, los gritos, los insultos… En esa época se oía al entrenador, al banquillo, para todos fue un trastoque. Al igual que es difícil jugar ante 40.000 personas, cuando te acostumbras es difícil jugar con un estadio vacío. Cuando llego está la situación normal, pero llegan las cuarentenas y al final fue duro.