SELECCIÓN

Montse Tomé, una superviviente entre la sombra y el olvido de Jorge Vilda: "Mi intención era estar y la RFEF ha apostado por mí"

La seleccionadora ha cumplido, con buena nota, todos los objetivos con un perfil bajo y comunicación constante con el vestuario.

Montse Tomé, seleccionadora española, durante un entrenamiento de la Selección. /RFEF
Montse Tomé, seleccionadora española, durante un entrenamiento de la Selección. RFEF
Mayca Jiménez

Mayca Jiménez

Montse Tomé tenía un plan: estar en los Juegos Olímpicos y en la Eurocopa de 2025. Una ambición para nada desmedida teniendo en cuenta que, en las dos competiciones, la Selección consiguió el billete con ella al mando. Por ello, su renovación -hasta agosto de 2025, cuando finalice la Euro- se ha saldado sin mucho revuelo. Lejos del ruido que generó la de su antecesor, Jorge Vilda, cuya continuidad fue también atada antes de la Eurocopa de 2022, en la que España fue eliminada en cuartos sin consecuencias en el banquillo. "Mi intención era estar y la RFEF ha apostado por mí", dijo la asturiana tras hacerse oficial la ampliación de su contrato.

Más allá de las opiniones sobre si es mejor o peor renovar a un técnico antes de un gran torneo, Tomé ha hecho méritos para ganarse la seguridad en su puesto durante un tiempo. No lo ha tenido fácil. Pues su camino no ha estado exento de duda. Sobre todo, tras su agitada llegada al cargo, en medio de la crisis de la RFEF, con decisiones polémicas y el peso de haber sido la segunda de Jorge Vilda durante los últimos años.

Desde el principio, Tomé buscó consenso y afrontó conversaciones incómodas. Si bien es cierto que no entró con buen pie en la Selección, tras su primera y gran polémica convocatoria, la entrenadora ha trabajado para tejer puentes con el vestuario y derribar los muros que marcaban las distancias entre entrenador y jugadoras en la etapa anterior. "Yo no soy Jorge Vilda. Soy una persona diferente", ha insistido la asturiana hasta la saciedad en las reiteradas preguntas sobre su vínculo con el exseleccionador español, ahora dirigiendo a la selección de Marruecos.

Una idea que han respaldado varias jugadoras como María Méndez, que habló de las diferencias entre ambos en una entrevista con EFE: "Montse también incorporó a mucha gente al cuerpo técnico que traen otra filosofía, es otro punto de vista y entrenamientos después de llevar tanto tiempo viendo lo mismo con Jorge; Aunque hubiera estado en el cuerpo técnico de Jorge Vilda, cuando están dirigiendo como primer entrenador funcionan de una forma totalmente distinta".

Con las distancias marcadas con el técnico madrileño, Montse Tomé miró para dentro, dio importancia al equipo y a la comunicación con sus jugadoras e intentó priorizar el grupo a sí misma. Un perfil bajo que va desde una menor presencia que su antecesor en publicaciones hasta el halago continúo a sus futbolistas. E incluso pidió ayuda para mejorar su lado más expuesto en los medios -ruedas de prensa, entrevistas...- y aumentó su cercanía con ellos.

"Es cierto que tengo a gente trabajando conmigo que me ayuda a estar centrada en el fútbol", contó Tomé tras renovar. Unas declaraciones en las que admitió que siempre tuvo la idea de estar hasta la Eurocopa. Tuvo paciencia y la oportunidad llegó, tras haber demostrado que ha sido más que un parche en un momento crítico. Una reivindicación que ha protagonizado con un gran desempeño de la gestión deportiva del actual mejor equipo del mundo.

Aunque aún sigue quedando rastro de aquel aplauso en la conocida 'Asamblea de la vergüenza' y de su relación laboral con Jorge Vilda durante varios años. "No me sentí bien. No lo habría tenido que hacer", se justificó sobre aquel gesto ante el discurso del entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales. Y confesó haber vivido un gran "aprendizaje" de aquella complicada situación. Con esto cada vez más en el olvido, y pese a que la hemeroteca le persiga eternamente, Montse Tomé quiere seguir haciendo historia con la Selección.

Por lo pronto, debe sobrevivir a otra situación, la de no tener director deportivo tras la marcha de Markel Zubizarreta. Una salida de la que deberán reponerse justo en su camino a los Juegos Olímpicos, en los que debutará España en el fútbol femenino después de que Tomé de una lista sin sobresaltos y con Alba Redondo, reserva, como única sorpresa. El equipo ya ganó la Nations League con la asturiana al frente y ahora quiere colgarse el oro en París antes de poner rumbo a la Eurocopa de 2025 para dibujar un pleno inédito. El plan de Montse Tomé continúa.