Acabaste con todas mis dudas, Olga: gracias por ser un referente

A Olga Carmona,
Zurda, con muy buen golpeo del balón, con las piernas flacas y con la melena larga. Cómo jugabas, Olga. Con la camiseta del Sevilla FC, parecías una jugadora débil -por tu constitución-, pero, con el tiempo, mira en lo que te has convertido: en una grandísima futbolista.
No sabéis el cariño que le tengo. Os mentiría si os dijese que desde el principio tuve claro que Olga iba a convertirse en lo que se ha resultado ser. Cuando nos enfrentábamos en los derbis, había partidos en los que me generabas muchas dudas. Dudaba de si -realmente- ibas a seguir creciendo y mejorando, dudas en cuanto a tu manera de competir. Sí, muchas dudas.
Esas dudas eran si, condicionalmente, ibas a conseguir un desarrollo óptimo a nivel muscular. Más que nada, por tu anatomía. Además, destacaría el aspecto emocional. Si durante los partidos tenías buenas sensaciones, marcabas o ganabas, eras una jugadora muy alegre y feliz.
Pero si es no ocurría..., si el partido no se daba como querías, te enfadabas muchísimo. Te he visto llorar más de una vez. Claro, eso había que trabajarlo, esa montaña rusa de emociones. Con el tiempo, tanto tú como yo, hemos aprendido a que hay que aprender a relativizar todo, en la vida y el deporte. La de veces que disputas un buen partido, pero te ganan y te vas a casa con ese sentimiento de frustración, rabia e impotencia.
Supongo que os sabéis aquel refrán que dice que eres como el buen vino, que mejoras con el tiempo. Pues se me viene tu nombre a la cabeza, Olga. Fue pegar el salto al primer equipo, y que empezarse a madurar, a crecer y a ser cada día una jugadora más competitiva.
Y te prometo, sin dudarlo, que te has convertido en una máquina de competir. Ayer, en las semifinales de un Mundial, llevaste el brazalete de capitana. Tu capacidad para asumir la responsabilidad, tirar de galones, darte igual la jugadora a la que tengas que defender... es admirable. Nunca, nunca dudaré de que vas a darlo todo. Te haces grande en la competición, eres una líder.
Has demostrado que con trabajo, sacrificio, entrega y responsabilidad, una jugadora de la cantera puede derribar muchas barreras, hasta llegar donde estás tú. Hay muchas jugadoras jóvenes que tienen prisa. Prisa por llegar al primer equipo y las prisas no suelen ser buenas, cada una mejora a un ritmo diferente. Y como me dijo un buen amigo, lo importante no es llegar, sino mantenerse en el tiempo, y eso es lo que tú estás haciendo, Olga.
Llegaste para quedarte, para mejorar y seguir creciendo, y eso es lo que hace que seas un espejo en el que se miren muchas jugadoras jóvenes. Mira, los entrenadores estamos -continuamente- tomando decisiones. No sólo a la hora de competir, tomamos decisiones durante el proceso del desarrollo de las jugadoras. Por eso, es importante analizar el mismo teniendo en cuenta todos los factores posibles que determinan que una jugadora llegue a la máxima competición, a su máximo rendimiento. Y, por eso, es importante dar oportunidades, confiar en las jugadoras.
No conviene analizar todo el proceso desde el punto de vista del resultado, si hemos ganado o perdido, si has marcado gol o no. El error lo tenemos que entender como parte del proceso de mejora de la jugadora. Sin error, no hay crecimiento. Y, seguramente, Olga se haya equivocado miles de veces, y eso le ha ayudado a convertirse en la jugadora que es actualmente.
Por todo esto, muchas gracias, Olga. Gracias por representar a Sevilla y a Andalucía como lo haces. Eres un referente para todos nosotros.