La segunda estrella del fútbol español es femenina: por mí, por ti, por todas

Sídney.- Vamos a tardar mucho tiempo en asimilar lo que acaba de pasar. La segunda estrella de la historia de España es femenina. Aunque me gusta más decir que es de todas. De las Vero Boquete, de las Natalia Pablos, de las Kubalita, de las Priscila, de las Mapi León -ya paro, es que no me quiero dejar a nadie-.20 de agosto del 2023, Sídney, Australia. Cómo suena, ¿eh?

En un estadio en el que los ingleses eran mayoría, en el año más duro del fútbol femenino español, en un ambiente raro, en un todo lo peor que os podáis imaginar, España es la campeona del mundo. ¡Es imposible de explicar! Vamos a intentarlo empezando por Olga Carmona. Al borde del minuto 30, la del Real Madrid ejecutó un zurdazo imposible para Earps. El gol de toda una generación.

¡¡¡Olga Carmona de mi vida!!! Madre mía. La del Real Madrid fue la heroína del partido ante Suecia y le cogió el gusto. En el minuto 29, desató la locura de los españoles. De los que estaban allí, de los que estábamos aquí, de los que estaban sobre el césped, de todos. Teresa Abelleira -sublime durante todo el torneo- robo el balón, se lo cedió a Mariona y la del Barça se lo regaló a Olga Carmona. La futbolista del Real Madrid disparó raso y cruzado desde el vértice del área y rompió el 0-0.

La lateral andaluza es ejemplo de todo. Fue una de las señaladas ante Japón y vio el pase a los cuartos de final y a las semifinales desde el banquillo. Jorge Vilda le devolvió la titularidad cuando a Oihane la castigaron por sanción. El resto, como se suele decir, es historia.

Cuando España juega al fútbol... ¡Ay!, cuando España juega al fútbol. No las hay mejores. Las de Sarina confiaron su suerte a las contras, a las transiciones rápidas, a los "aquí te pillo, aquí te mato". Un balón al larguero de Hemp -un 'clonck', que dicen algunos por Twitter- y un centro lateral que Ella Toone no acertó a rematar a punto estuvieron de darle la razón. Las inglesas aprovecharon cada pérdida de España en el centro del campo para hacerle daño. Pero el fútbol ganó. El de Jenni Hermoso, Teresa Abelleira y compañía.

Cada vez que las nuestras triangulaban, las de Sarina se miraban perdidas. Vibes del partido de Brighton -los cuartos de final de la Eurocopa- pero con un final muy diferente, por suerte. En el minuto 12, Olga Carmona, Mariona, Jenni y Salma sacaron el balón jugado como los ángeles. Eran tan solo una advertencia de lo que venía. Cuando España juega al fútbol es imparable.

Y España pudo marcar el segundo. Pero, mira, mejor ni nombrarlo. Porque, en el 69', Earps le paro un penalti a Jenni Hermoso y se nos aparecieron todos los fantasmas. Pero, ya lo hemos dicho unas cuantas veces, este Mundial estaba para España.

Laia Codina, sin duda, es uno de los nombres propios del Mundial. Pero vayamos por partes. En el 72' Jorge Vilda la cambió por Ivana Andrés se fue diciendo. "H*** p***", iba maldiciendo la del Barça mientras salía cojeando. Sólo ella sabe lo que ha sufrido este año como para que una lesión la obligase a abandonar el campo. Se plantó en el Mundial siendo la cuarta central... y lo ha acabado siendo titular en los octavos, en los cuartos, en las semifinales y en la final. La pareja de Irene Paredes. Hasta su cambio, se comió el césped. Algo que nunca se le podrá reprochar. Y, de paso, a las atacantes inglesas.

Algo similar sucedió con Cata Coll. La del Barça fue una de las sorpresas de la convocatoria y ha acabado el Mundial poniéndonos a todos los nervios -por su seguridad en sí misma infinita- y siendo la guardiana perfecta de la portería española. Ante las inglesas lo volvió a demostrar. En una final del Mundial.

Hace unas líneas, cometí el error de mencionar a unas cuantas FUTBOLISTAS -en mayúsculas-, que son las responsables, entre otras muchas personas, de lo que estamos contando. Pero no voy a cometer el mismo error. Simplemente, me voy a limitar a darles las GRACIAS -también en mayúsculas-. Ellas tiraron las puertas abajo y derribaron todos los muros. Suena a tópico, pero es una verdad como un templo. Todo esto es suyo. De los campos de tierra a un estadio abarrotado para ver a España en una final. A España. De la oscuridad a la luz de los focos. De las contraportadas de los periódicos a la primera plana -y por méritos deportivos-. Gracias, infinitas.

Poco se habla de que en todos y cada uno de los partidos, España siempre ha sido visitante. Me explico: nunca hemos ganado a nuestros rivales en la grada. Pasó en la fase de grupos contra Costa Rica, Zambia y Japón. Se repitió en los octavos de final contra Suiza. Pasó ante Países Bajos -con la marea Oranje- y ocurrió frente a Suecia en el partido previo a la final. Y, por supuesto, ante Inglaterra. En los aledaños del estadio daba la sensación de que estábamos en Wembley. Una sensación que se repitió cuando los nombres de las futbolistas resonaron en la megafonía del estadio y cada vez que las inglesas atacaban.

Pero nos dio igual, los familiares y los afincados en Australia -y los periodistas, lo reconozco- hicimos lo nuestro. El "Yo soy español, español, español" y el resto de cánticos 'made in Spain' se escucharon tanto que les dieron fuerza a las nuestras. Y aquí estamos, contando el primer Mundial femenino en la historia del fútbol español.