OPINIÓN

Jorge Vilda, Mr. Wonderful, ser crítico no es lo mismo que ser autocrítico...

Jorge Vilda durante el Japón - España. /Getty
Jorge Vilda durante el Japón - España. Getty

Crítica: Analizar pormenorizadamente algo y valorarlo según los criterios propios de la materia de que se trate.

Autocrítica: Juicio crítico sobre obras o comportamientos propios.

Wellington.- "Aitana ya nos hablaba -precisamente- de eso, de buscar ya, contra Suiza, revertir la situación. ¿Cuál es el plan contra Suiza sabiendo que ellas ahora habrán tomado nota y dirán: 'Vamos a intentar jugar como Japón?'", preguntaba -con mucho acierto- Roberto Quintana, periodista de TVE, tras la derrota ante las niponas y todavía sobre el césped del Sky Stadium. "Bueno, primero, digerir esta dura derrota, mañana levantarnos y empezar a preparar esos cuartos de final. Recuperarnos, estoy convencido de que el equipo levantará la cabeza, tirará para arriba, estarán más unidas que nunca y saldremos contra Suiza con todo", respondía -no con tanto acierto- Jorge Vilda, el seleccionador nacional.

Eurocopa vibes -que se dice cuando algo te recuerda a otro algo muy parecido-. Al año pasado, cuando Jorge Vilda, recién aterrizado en Madrid procedente de Londres, dijo que esto -en alusión al fútbol femenino- no había quien lo parase y que estaba muy contento porque habían enganchado a mucha gente. Por si necesitáis contexto, acababan de eliminar a España de los cuartos de final de la Eurocopa, aunque el discurso pareciese de primero de fútbol femenino. 

Si no fuese porque la realidad se encarga de recordárnoslo cada día -'Las 15', las árbitras, las huelgas, etc.-, y si sólo escuchásemos al seleccionador nacional, parecería que el fútbol femenino español vive encerrado en una tienda de Mr. Wonderful. Su respuesta sonó a: "Nunca tires la toalla si no es en la playa", "No persigas tus sueños, cázalos" o "Hacen falta días malos para darte cuenta de lo bonitos que son el resto". No exagero.

Cuando María Tikas, de Sport, le preguntó: "¿Cómo se levanta esto en tan poco tiempo que tenéis de margen para el próximo partido?", su respuesta fue digna de la mejor taza de la marca barcelonesa. "Pues sí, se levanta sabiendo dónde estamos, se levanta con profesionalidad, se levanta con orgullo, se levanta con amor a este deporte, se levanta con amor a nuestro país", respondió el técnico madrileño.

"Que toda la frustración, rabia, que tienen la convertirán pronto en ganas de competir, y eso es lo que necesitamos contra Suiza para ganarlas", le respondió a otro compañero. Bueno, a ver. Supongo, sin ser yo entrenadora ni nada de eso, que para pasar a los cuartos de final de un Mundial también necesitarás algo más... qué sé yo. Y más después del desastre ante Japón.

La mayoría de nosotros, y supongo que también los telespectadores, esperábamos otras respuestas a las preguntas. Quizá, una reflexión más profunda -ya que es el seleccionador nacional- de qué necesita España para ganar a Suiza. Que lo del orgullo, el amor a nuestro país y la profesionalidad están muy bien. Pero un "leer mejor el partido" o "saber reaccionar a las diferentes circunstancias que te presenta el mismo" o "nos falta un plan B" hubiese estado mejor. Resulta hasta grosero comparar las respuestas de Jorge Vilda a las mismas preguntas con las de sus futbolistas en zona mixta.

Conviene diferenciar entre crítica y autocrítica...

¡Ojo!, que ni mucho menos Vilda dijo que España jugó bien, todo lo contrario. El seleccionador nacional fue muy crítico -radiografió a la perfección el partido de España, eso sí, en diferido, o al menos eso demostró durante el mismo ante su poca capacidad de reacción- en rueda de prensa. No le quito ni una coma.  

Antes de seguir, un inciso, que alguno ya andará pensando que las que jugaron fueron ellas, que hay más culpables, etc. Por supuesto: no le resto ni un ápice de culpa a las jugadoras. No les salió nada, su partido fue horroroso. Sin embargo, las futbolistas que se detuvieron a hablar con los medios de comunicación en la zona mixta -porque pasar pasaron todas, pero no todas se pararon-, se mostraron críticas y autocríticas. Por lo que conviene diferenciar ambos aspectos (ir al inicio del texto).

Tras una de las noches más aciagas que se recuerdan en la historia -reciente- del fútbol femenino español, Jorge Vilda se plantó en la rueda de prensa a criticar. "Han sido superiores. Hemos cometido errores, no sólo han sido errores defensivos, sino que tampoco hemos llegado con claridad. Yo soy el entrenador y me responsabilizo de esta derrota". Faltaría más.

Sin embargo, Vilda respondió a todas las preguntas que se referían al partido, a los errores que sus futbolistas habían cometido -aunque hablase en plural, en mi opinión, un falso "nosotras"-, pero a las que se refirieron a sus cambios o a su nula capacidad de reacción... le costó más responder.

Para quien no viese el partido, Japón le metió a España el mismo gol tres veces y en 17 minutos. Y en el banquillo ni se inmutaron. Tras el paso por los vestuarios, Jorge Vilda apareció con una idea revolucionaria: cambiar a Oihane por Olga Carmona, situar al reciente fichaje del Real Madrid en el flanco diestro y pasar a Ona Batlle al lateral zurdo. Es decir, posición por posición y sin alterar el 4-3-3.

"No hemos estado acertados en la presión ni en las segundas jugadas ni defensivamente, pero al final es un bloque. Todo el equipo defiende, todo el equipo ataca. Como he dicho antes, creo que hemos visto un muro muy por encima para sobrepasarlo con los tres goles y al equipo le ha costado. Pienso más que ha sido una cuestión mental y lo que tenemos es que recuperarnos, el equipo estar más junto que nunca y mirar ya a que dentro de cinco días tenemos unos octavos de final", respondió a la pregunta de qué le parecía que España no hubiese sabido frenar el ataque nipón, que no hubiese reaccionado. Ni una sola mención a la palabra "planteamiento" en toda la rueda de prensa y muy pocas a la palabra "reacción".

También le preguntaron por si tenía un plan B, porque la sensación era que no. Y vino a decir que él lo había intentado, pero que sobre el césped, pss... "No éramos capaces de irnos, no de irnos en el uno contra uno, sino también en el dos contra uno, llegaban antes, tenían ayudas defensivas. Y nos han cerrado muy bien los espacios. Está claro que, vamos, la intención que teníamos con los cambios no ha llegado", subrayó.

Por no hablar de las contradicciones

Y si al discurso de Mr. Wonderful y a la falta de autocrítica le unimos la falta de claridad, por llamarlo de alguna forma... Dos ejemplos. Mientras que varias de sus jugadoras, como Aitana, señalaban en zona mixta que España tenía "que aprender a atacar bloques bajos", Jorge Vilda aseguraba en rueda de prensa: "Nosotros pensábamos que les íbamos a poder meter en su campo y que al final íbamos a tener que atacar un bloque bajo, como nos han hecho un 5-4-1, eso sí que estaba preparado", explicó.

El segundo ejemplo -que para eso acabo de volver a verme la rueda de prensa- fue cuando las jugadoras dijeron que les pilló por sorpresa que Japón les diese el balón. "Casi nos lo regaló", destacó Irene Paredes en la zona mixta. Por cierto, honor a la central vasca, que siempre, siempre, se para ante los medios de comunicación.

Volvamos. Porque ese mensaje contrastaba con lo que decía Jorge Vilda unos minutos después en la rueda de prensa, cuando le preguntaban por si le había sorprendido que Japón le diese el balón y decía que "bueno", que a él lo que "quizá" le había sorprendido es que no hubiesen "hecho la presión" en el campo de España. Un dato a tener en cuenta, las jugadoras pasan por la zona mixta nada más terminar el partido, es decir, sin haber pasado por el vestuario.

Nos 'reímos', pero no tiene gracia. Un mensaje que no llega, o que no es claro, contradicciones, un discurso perenne e inmune a las circunstancias y a los contextos, mucha crítica y poca autocrítica y una generación de futbolistas 'perdida'. Y el sábado, Suiza...