Cómo México moldeó a la nueva Jenni Hermoso, una de las heroínas camino de semifinales

Wellington.- "El fútbol es hermoso", me escribía un buen amigo por WhatsApp durante el España-Países Bajos. El mensaje llegaba tras el 2-1 en la prórroga. Era, aunque aún no podíamos saberlo, el resultado definitivo que daba a La Roja el pase a las semifinales de este Mundial. En él, varios nombres: el de Mariona, a la que no le tembló el pulso en el 1-0 desde el punto de penalti, el de la goleadora, Salma Paralluelo, y... el de Jenni Hermoso. La madrileña dibujó el pase perfecto para que la extremo maña pusiera el 2-1 y volvió a demostrar que se ha presentado en este torneo con una nueva versión con la que quiere comerse el mundo. "Me siento como nunca", afirmó tras el encuentro ante las neerlandesas.

Tras el pitido final, la emoción era máxima: "No puedo parar de llorar". La delantera española echaba la vista atrás con lágrimas en sus ojos: "Me he acordado de cuando jugaba en la calle en mi barrio, de mi abuelo que me llegaba al parque, de mi padre, de toda mi familia que siempre ha estado ahí... Sobre todo del año que llevo hasta el día de hoy. Me siento muy satisfecha conmigo. De la gente que ha estado conmigo y he conocido en México, que me ha hecho conocer a una nueva persona y esto también va para ellos".

Sus palabras llevaban una mochila llena de sentimientos tras un año en el que sanó heridas en México para volver a ser feliz en el fútbol. Allí se reencontró consigo misma tras no sentirse valorada en el Barça. Al otro lado del charco, Jenni supo revertir la situación. Encontró su vitamina para cambiar la tristeza por alegría. "México me ha dado la oportunidad de conocerme mucho a mí misma, de disfrutar conmigo misma. De disfrutar cosas a las que antes, quizá, no le daba importancia. Y, ahora, sí que puedo decir que soy feliz, que me siento muy feliz", aseguraba antes de partir rumbo a este Mundial.

Una idea con la que se hizo fuerte y que le ha permitido brillar en esta cita para hacer historia con España. "Esto es un regalo a todo lo que me he currado y nos hemos currado. Estaba en el banquillo sentada con Alexia. Son muchos años todo lo que hemos pasado. Nos ha costado mucho. Han sido muchas cosas... Y llegar a momentos como hoy de sentarte y decir: 'Estamos en semifinales'. La gente se piensa que es jugar al fútbol y ya está, pero hay muchos sentimientos, mucha vida. (…). Te tienes que ir lejos, tienes que volver. Cuando te vienen las críticas, nosotras las sufrimos, pero somos ante todo personas. Hoy me siento muy orgullosa y satisfecha de todo lo que hemos conseguido", afirmó.

Minutos antes de sus declaraciones, la futbolista del Pachuca deslumbraba al mundo con su asistencia a Salma para poner la guinda al partido. La magia de España pasó por sus botas. Fue el enganche ideal. Ese juego posicional que, sin intervenir, favorece al equipo para abrir más el campo y tener más empuje en los últimos metros. Con balón, la imprevisión toma partida. Jenni siempre saca ese pase o jugada que nadie espera. Pocas tienen mejor asiento que ella en ese juego de espaldas con el que suele ganar los uno contra uno.

Su nivel no es que sea una gran sorpresa, pues es una de las mejores futbolistas españolas en la última década, sino que deja una gran noticia. Hace un año, tras quedarse sin ir a la Eurocopa por una lesión y marcharse a jugar a México, pocos hubiesen pensado en que Jenni firmara un Mundial como este. Con tres goles y dos asistencias, la atacante de Carabanchel vive una segunda juventud. "Alegría, ilusión... Es mucho trabajo lo que nos ha costado llegar hasta aquí. Sólo pienso en que nos lo hemos currado mucho para conseguir esto", indicaba la futbolista.

"Has hecho un partidazo", le comentaban en zona mixta. "¿Sí? Pues gracias", respondía ella con naturalidad y lágrimas en los ojos. "Estoy satisfecha con mi partido y de haber aguantado todos los minutos de la eliminatoria. Me siguen dando las piernas aunque tenga 33 años", apuntó Jenni Hermoso, que fue toda una líder en el campo. "La edad es un puto número que la gente quiere poner en todos los papeles. A mí me da igual. Yo estoy muy confiada y segura", sentenció, como aviso a lo que viene. Ella y su equipo están a un partido de poder vivir una final en el Mundial. Un premio merecido para todas las que, como ella, han tenido que vivir las dos caras del deporte.