LA OPINIÓN DE MARÍA PRY

La multitud de perfiles, los cambios... el Mundial perfecto del staff técnico de la Selección

Montse Tomé, Jorge Vilda y Kenio Gonzalo tras ganar el Mundial. /Getty
Montse Tomé, Jorge Vilda y Kenio Gonzalo tras ganar el Mundial. Getty

Estas líneas las escribo con el máximo respeto posible, al igual que pido ese respeto cuando hablan de mis equipos. Y es -simplemente- porque muchas veces hacemos valoraciones sin estar presente en cada entrenamiento, en cada charla, en cada dinámica del equipo, en el día a día. Hacemos un análisis del equipo, de las jugadoras. Sin tener toda la información.

Los entrenadores y las entrenadoras estamos tomando decisiones diariamente, y, además, intentamos adelantarnos -aunque no siempre sale- a lo que puede ocurrir en el partido para conseguir la victoria. Esas decisiones que tomamos no significan que siempre sean las correctas, pero sí confiamos en que son las correctas para ese momento determinado, y, aún así, podemos errar. En nuestro deporte, está muy presente la toma de decisiones, tanto para las jugadoras como para los entrenadores, y eso hace que haya muchos entrenadores aficionados. Ya sabéis aquello de que cada uno de nosotros lleva un seleccionador dentro.

Pero vayamos al lío, al verde, al fútbol. Si nos basamos en el resultado final, las decisiones que ha ido tomando el cuerpo técnico de la Selección durante el Mundial han sido las correctas para esos determinados momentos. Se ha conseguido el máximo resultado, ser campeonas del mundo, qué vamos a decir. Encima, desde un contexto externo nada fácil.

Dar una lista de 23 jugadoras, sin saber qué es lo que podía pasar durante la competición, no es fácil. Dejar en el banquillo a jugadoras como Alexia no es fácil. Hacer cambios en la portería no es fácil.

Las decisiones que tomamos los entrenadores no suelen ser fáciles. De hecho, creo que muchas veces solo las entienden los que están contigo en el día a día. Y es que considero que para ser un buen entrenador tienes que arriesgarte, tienes que tomar decisiones distintas al resto de las personas. Porque, al final, el fútbol es un deporte en el que te enfrentas a otro entrenador o entrenadora que -continuamente- también está tomando decisiones, que intenta dar lo mejor de él o ella para ganar el partido. Y tú tienes que estar preparada para contrarrestar esas decisiones, esos cambios de organizaciones tácticas o los cambios de las jugadoras que se hagan.

Un equipo con multitud de perfiles

Considero que lo que ha ayudado también a la tomas de las decisiones, en cuanto a jugadoras y posibles organizaciones tácticas se refiere, es que en la lista había jugadoras de perfiles muy distintos, y eso le da mucho poder de maniobra al entrenador. Pero, sobre todo, se beneficia el equipo porque así tienes una plantilla más completa, con muchas alternativas.

Cuando necesitabas tener una primera línea de presión intensa y hacer más largo el equipo rival, sacabas a jugadoras rápidas como Esther, Athenea o Salma, que hacen multitud de desmarques de ruptura a la espalda de la defensa rival. Si necesitábamos jugar más por dentro, podías sacar a Jenni de delantera y venir a los intervalos a pedir el balón y generar así superioridad numérica para sacar ventaja de esas situaciones. En definitiva, alternativas para poder afrontar cada partido de la mejor manera posible.

Y un aspecto a destacar es lo enchufadas que estaban las jugadoras, y eso se notaba cuando saltaban al campo desde el banquillo. Todas han sumado, todas han estado cuando más se las necesitaba y eso es lo que hace grande a un equipo, y nosotras lo hemos tenido. Y lo bonito de nuestro deporte es que todos pensamos de manera distinta, que todos podemos debatir sobre lo que está bien o lo que está mal, pero siempre con el máximo respeto posible. Eso, y que somos campeonas del mundo.