Cómo Rubiales traicionó hasta a sus más fieles: "Fue una encerrona"
La Asamblea señaló a empleados de la RFEF que siempre habían apoyado al expresidente.

Luis Rubiales decidió morir matando… hasta a los que siempre le apoyaron. La Asamblea del pasado viernes fulminó definitivamente al ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y, a la vez, dejó tocados y señalados a algunos de los presentes. "Estábamos seguros de que íbamos a asistir a una dimisión", cuenta a Relevo un empleado de la RFEF.
El dirigente planeó todo al milímetro y en secreto. Se apoyó primero en el protocolo para formar una primera fila con los seleccionadores absolutos y el cuerpo técnico de Jorge Vilda, cerca de las hijas de Rubiales (cada uno tenía señalado dónde sentarse). "Fue una encerrona, no teníamos ni idea de que nos pondrían en primera fila y tampoco lo que iba a decir el presidente", asegura un miembro del cuerpo técnico de la Selección femenina.
El cinismo de Rubiales se aprecia en un punto concreto de su discurso, en el agradecimiento a Jorge Vilda: "Hemos estado juntos tú y yo, y tu equipo, que agradezco mucho que estén aquí, que no sabía que iban a venir". Ese equipo al que se refiere acudió al acto 'forzado', como evidenciaron en el comunicado posterior en el que presentaron su dimisión. "Una situación incómoda, casi de estar entre la espada y la pared", dicen esas mismas fuentes.
Sorpresa por la 'renovación' de Vilda
Otro de los que estuvo en el foco es el propio seleccionador femenino, que quiso mostrar hasta el final su apoyo al dirigente que siempre apostó por él. Lo hizo tras ganar el Mundial en Sidney y también durante la celebración en Madrid Río, acordándose de él en su discurso. Sin embargo, según ha podido saber Relevo por fuentes presentes en aquella Asamblea, Vilda terminó el acto en Las Rozas bastante 'tocado' anímicamente por un detalle: Rubiales, para sorpresa de todos, hizo público su sueldo actual y le ofreció una renovación por cuatro años desvelando lo que cobraría en el futuro. "Fue un gesto de mal gusto, todos alucinamos", cuenta una persona cercana al seleccionador. Quienes estuvieron con Vilda tras la Asamblea afirman que el técnico estaba muy afectado por este detalle, molesto con un Rubiales al que defendió hasta las últimas consecuencias y que, en el momento definitivo, también le falló a él.
Además del cuerpo técnico de la Selección absoluta, entre los asistentes que aplaudieron a Rubiales está Sonia Bermúdez, seleccionadora Sub-19 y una de las principales candidatas a ocupar el banquillo de la Absoluta en el futuro. Ella simboliza como nadie ese sentimiento de engaño, porque Rubiales representó en ese discurso todo lo que ella había combatido años antes. Hay que recordar que estuvo presente en el Mundial de 2015, con los comportamientos intolerables de Quereda, exseleccionador (fue una de las jugadoras que los denunció). Salió de aquella sala confundida, consciente de que acababa de apoyar públicamente un relato que rechazaba.

"¿Qué acaba de pasar?", fue una de las frases que más se repitieron entre bambalinas tras la Asamblea. Algunos tardaron horas en asimilar todo lo que su 'líder' acababa de decir y, una vez analizado, fue la gota que colmó el vaso para retirar definitivamente el apoyo. Apenas 24 horas después, con la suspensión de la FIFA, muchos de los que estaban callados comenzaron a hablar. Un punto que les liberaba y que, en parte, también les señala: buena parte de la opinión pública ha criticado que los comunicados tardasen tantos días en llegar.
Los aplausos de De la Fuente
Por último, Luis de la Fuente. El seleccionador absoluto ha sido muy cuestionado por los aplausos en un acto en el que creía acudir a una dimisión y en el que terminó levantándose para apoyar un discurso que después, en frío, condenó en un comunicado. "Luis pasó en cuestión de una Asamblea en primera fila a un Celta-Real Madrid", explican desde la RFEF. El riojano es otra de las personas que se siente engañado por el que en ese momento era su jefe.
Rubiales, ante las múltiples bajas en la Asamblea, expuso a los trabajadores de la RFEF a una situación incómoda, entre el apoyo al que seguía siendo su jefe o la condena a todo lo que estaba sucediendo. Algunos mantienen su apoyo incondicional al expresidente, pero otros llevan días muy molestos y en contra de lo que estaba ocurriendo. "Había miedo a hablar", reconocen. Una vez analizado todo lo que pasó el viernes y los días anteriores, crece la corriente de opinión dentro de Las Rozas de que Rubiales traicionó hasta a los que siempre le apoyaron. "El barco se hundía y quiso que nadie se bajase de él", cuentan.