Argentina baila a Brasil en el Monumental sin Messi pero con mucho futuro

Argentina salió al Monumental de Buenos Aires a respetar su historia. En frente estaba la selección más grande del universo, la que tiene cinco mundiales, la que maravilló al mundo durante muchos años. Pero, a día de hoy, esa selección brasileña está muy pero que muy lejos de la albiceleste. Los de Scaloni sabían qué tenían que hacer y los de Dorival, no.

Y claro, cuando eso pasa en un terreno de juego y hay jugadores de calidad, las diferencias son enormes. Scaloni, para paliar la ausencia de Messi, llenó el equipo de enganches (que lo fueron en el pasado y lo son en el presente) con Paredes, De Paul, Alexis, Enzo Fernández y Almada junto a Julián. Dorival, todo lo contrario, llenó el equipo de delanteros.

¿El resultado? Una paliza albiceleste que comenzó en el primer tiempo y terminó en el segundo, en el que el gol visitante sólo fue por un error albiceleste y con una hinchada que terminó gritando 'olé, olé, olé' a la pentacampeona del mundo. Argentina nunca le había metido cuatro goles en Eliminatorias a Brasil. La realidad es que hoy la gran dominadora de Sudamérica es Argentina y que Brasil está a mucha distancia de ella.

Entonces volvamos al inicio. No había mucho misterio, porque Argentina agarró la pelota y se hizo con ella, no dejó ni que la mirase Brasil, llegaron los dos tantos de la albiceleste y parecía que el partido estaba totalmente terminado. Pero no, Cuti Romero tuvo un error por relajación, Cunha metió el 2-1 y ahí comenzó otro encuentro.

Ese otro encuentro era más parecido a lo que esperábamos. Roces, patadas, tanganas... pero también con juego. Más de lo mismo, eso sí, con Argentina moviendo la pelota y Brasil buscando a Vinicius una y otra vez para intentar la jugada individual. No lo conseguía el del Real Madrid, que veía como él sólo buscaba hacer diferencias.

En el segundo tiempo, Dorival movió el banquillo para meter a gente en el centro del campo, algo normal visto lo sucedido en la primera parte. El brasileño necesitaba recuperar lo perdido y además de meter a Léo Ortiz o Joao Gomes, daba ingreso a Endrick en la punta de ataque.

Pero a pesar de todos los cambios de Dorival, el segundo tiempo era de Argentina, que seguía con la misma dinámica del primer tiempo, buscando sumar pases y desesperar a Brasil, que no tenía manera de llegar con peligro al área del Dibu Martínez.

Pero si le faltaba algo más a este partido era un gol de Giuliano Simeone. El del Atlético de Madrid entró en el minuto 70 de partido y en la primera pelota que tocó, metió el cuarto de la albiceleste y se volvía totalmente loco, celebrando con la gente del Monumental. El delantero de la albiceleste confió más que nadie, llegó al pase de Tagliafico y remató alto ante la mirada atónita de los brasileños.

Lo que se vivió en el Monumental quedará en los libros de historia. Argentina barrió del campo a Brasil y los más de 80 mil hinchas que fueron a ver este partido lo recordarán por siempre. Argentina fue fiel a su historia, Brasil sigue obviándola y, ahora mismo, la selección que domina Sudamérica (y el mundo) viste de celeste y blanco.