FÚTBOL INTERNACIONAL

La "churrería" con la que Alemania ganó el Mundial de Brasil

Joachim Löw utilizó la tecnología de vídeo durante la preparación para el torneo.

Joachim Löw levanta la Copa del Mundo ganada en Rio de Janeiro./AFP
Joachim Löw levanta la Copa del Mundo ganada en Rio de Janeiro. AFP
Jordi Cardero

Jordi Cardero

"Muéstrale al mundo que eres mejor que Messi y que puedes decidir el partido", le dijo Löw a Götze antes de que el joven mediapunta saltara al Maracaná. El resto, como se suele decir, es historia. Alemania había barrido a Brasil en las semifinales por 7-1 y en la final le arrebató el Mundial a la albiceleste. Löw tocaba el cielo futbolístico. Todo había empezado meses atrás en una "churrería".

Tras un año sabático en Nueva York después de dejar Barcelona, Pep Guardiola aceptó la propuesta del Bayern de Múnich. Dio el 'sí' en Navidades y tomó las riendas del equipo en verano de 2013. Quedaban tan solo unos meses para el Mundial. Uno de los secretos del entrenador catalán, un valor añadido que elevó el análisis de su Barça, fue la apuesta por el videoanálisis. Pidió que se instalasen cámaras en el Camp Nou -y que un equipo se desplazara en los viajes- para contar con imágenes de cara a sus charlas en el descanso.

Y en Baviera no iba a ser menos. Aquella metodología llegó a oídos de la selección alemana que dirigía Löw. Christopher Clemens, el jefe de análisis del combinado teutón pidió consejo al Bayern, ya con el visto bueno del propio Löw y de entonces su mano derecha, Hansi Flick. "Me llamaron una tarde y a la mañana siguiente ya estaba en Múnich explicándoles el sistema. Les gustó, lo incorporaron y todavía a día de hoy siguen siendo clientes nuestros", revela Xavi Guilà, fundador de Vibliotec, una de esas personas clave que se mantienen siempre en el anonimato.

Videoanálisis para unir dos lenguajes

"Löw agarró un equipo con la columna vertebral del Bayern. Tenía la opción de hacerlos jugar a la alemana, como siempre, o de integrar a los de fuera. Y apostó por mantener la esencia, con sus matices: un punto más de verticalidad", recuerda Xavi. A los Neuer, Lahm, Boateng, Kroos, Schweinsteiger o Muller se les sumaron Özil, Klose o Götze.

El seleccionador se encontró que en su equipo se hablaban dos lenguas distintas. Por un lado estaban los futbolistas del Bayern, que guardaron en un cajón el libreto de Heynckess para estudiar el de Guardiola. Y por otro, el resto de jugadores que competían fuera de Múnich. La clave para que aquellas dos lenguas se comprendieran fue, en gran parte, el análisis de vídeo.

"Nuestra tecnología les permitía hacer videofeedback instantáneo de lo que estaba sucediendo. Podíamos entregar imágenes en tiempo real para que mejoraran su toma de decisiones al momento", cuenta Xavi. "Fuimos un acelerador del proceso de aprendizaje: logramos que la gente aprendiera en tres meses lo que tardaría en aprender en tres años", añade.

La "churrería", la clave de todo

Guilà ha trabajado con varios clubes de LaLiga y también a nivel internacional. En China, por ejemplo, llegaron a poner cámaras a una veintena de campos uno al lado del otro para poder incorporar el videoanálisis. En 2014, el margen que ofrecía la tecnología era menor. "Agarramos una foodtruck, una furgoneta gigante, como una churrería de toda la vida, que tenía un lateral abierto. Desde el centro de la caravana, desde una especie de telescopio a 15 metros de altura, salían tres cámaras que cubrían todo el campo. La pared de la furgoneta era pantalla de vídeo en la que podíamos proyectar cualquier cosa", explica.

La “churrería” de Löw con la que prepararon el Mundial. XAVI GUILÀ / VIBLIOTEC
La “churrería” de Löw con la que prepararon el Mundial. XAVI GUILÀ / VIBLIOTEC

¿Y cómo funcionaba? "Teníamos un sistema con el que cualquier persona del cuerpo técnico, pulsando un botón de la tablet o del teléfono se hacía el corte inmediato y se proyectaba en la pantalla. El futbolista, sin tener que moverse de la posición, podía ver la corrección al momento. Esto, al fin y al cabo, es garantía de aprendizaje", responde Xavi. De hecho, a Nagelsmann ya se le vio utilizando la misma metodología cuando era entrenador del Bayern.

Al no tener entonces una ciudad deportiva como la que tiene España en Las Rozas, la selección alemana iba rotando sus campos de entrenamiento. La primera prueba del equipo de Xavi con Löw fue en Frankfurt. "Cuando instalamos la furgoneta allí, automáticamente nos dijo que la semana siguiente la querían en Stuttgart", relata.

En Alemania sucede algo impensable en otros países y es que los analistas de todos los clubes de la Primera división se reúnen cada cierto tiempo. "Existe un sentimiento corporativo de la Bundesliga. Todos los analistas de todos los clubes se sientan y comparten todos sus conocimientos. No es tanto el ganar, sino vender un mejor producto: ser mejor que la Premier, LaLiga... Es otra cultura. Comparten su conocimiento sin ningún tipo de problema, a pesar de que tiene recursos distintos", cuenta Xavi.

Löw terminó tan encantado con su churrería que intentó mandarla a Brasil. La federación alemana comenzó a tramitarlo pero no pasó el corte del permiso de aduanas. Además, logísticamente requería de un viaje de prácticamente un mes en barco, cruzando todo el Atlántico. Alemania se terminó llevando el Mundial. El gol de Götze fue la punta del iceberg. En la base, muy en la sombra, están las horas que se pasaron los futbolistas alemanes en frente de aquella churrería.