Corluka, Obradovic y un gorro de waterpolo: el orgullo croata
Los aficionados balcánicos visten masivamente esta prenda en cada partido de su selección desde que el lateral tuvo que utilizarla en la Eurocopa de 2016 por un golpe.

La afición de Croacia ha llegado en masa a Catar para animar a sus jugadores con el objetivo de llegar a una nueva final en el Mundial de Catar. Y lo harán mostrando el orgullo nacional. El que les ha llevado a disputar tres semifinales en siete participaciones, desde que compiten como una nación independiente. En las gradas del Lusail Stadium habrá cientos de hinchas con gorros de waterpolo, una forma de animar que se ha ido popularizando con los años y que es una de las más peculiares de las aficiones mundialistas.
Croacia es un país con una gran tradición en waterpolo. Este deporte les ha permitido ondear su bandera en lo alto de los pódiums olímpicos y mundiales, por lo que Las Barracudas, como se conoce al conjunto balcánico, son sin duda el equipo más exitoso en la historia croata. Incluso antes de la independencia, también brillaron defendiendo la bandera de Yugoslavia y mandaron en este deporte con tres títulos olímpicos y dos mundiales.
Unos triunfos que hicieron que el país presuma y ame aún más el waterpolo. Y que también animaron a varios seguidores de la selección croata a acudir a diferentes eventos deportivos con esta prenda característica. Pero hubo un punto de inflexión que popularizó definitivamente este gorro y que lo convirtió en todo un símbolo del carácter croata.

En la Eurocopa de 2016, el lateral Vedran Corluka sufrió un golpe en la cabeza en el primer partido de fase de grupos ante Turquía. En la segunda jornada, la herida se le abrió y los vendajes no fueron suficientes. En el descanso de aquel partido ante República Checa, el objetivo de los médicos fue buscar la manera de cortar la hemorragia con más vendas y que estas se mantengan firmes en la cabeza del lateral. La solución improvisada fue colocarle un gorro de waterpolo, eliminando las protecciones de las orejas para cumplir el reglamento.
Una idea que surtió efecto y que repitieron ante España en el duelo decisivo. Aquella fue una de las imágenes de la Euro y popularizó aún más el gorro de waterpolo en Croacia. En el siguiente torneo de selecciones, el Mundial de Rusia 2018, cientos de aficionados viajaron con él, celebrando cada triunfo hasta la gran final contra Francia. En Catar han repetido tradición, convertido ya en un amuleto.
¿Pero cómo llegó un gorro de waterpolo al vestuario del equipo de fútbol? Este pertenecía al médico de la selección, Boris Nemec, aunque originalmente fue de Paulo Obradovic, campeón olímpico en Londres 2012 y quien se lo regaló al galeno. La idea de utilizarlo fue casual pero ahora se ha convertido en un símbolo de la capacidad de sufrimiento y entrega croatas. Un gorro que ahora luce en el Salón de la Fama de la UEFA y de manera simbólica en cada partido que Croacia juega internacionalmente.