El 'Dibu' o cómo pasar de jugar en tercera y ver el Mundial entre asados a ser campeón
El portero argentino del Aston Villa fue clave, una vez más, desde los once metros.

En 2014 vio cómo Argentina sucumbía ante Alemania mientras hacía un asado con sus amigos. En 2018 vivió el Mundial en las gradas. En Rusia, él y su hermano se hicieron un promesa: el 'Dibu' atajaría en Catar. Y no sólo fue titular con la selección de Scaloni. Emiliano Martínez fue el Guante de Oro y llevó Argentina a ser campeona del Mundial.
Que el árbitro señale un penalti en contra del equipo del 'Dibu', es como cuando publican el tráiler de la nueva película de tu director favorito. Sabes que vienen momentos disfrutones, es el mejor de los cliffhangers. Puede pasar cualquier cosa. En la final de Catar, el portero del Aston Villa celebró sus paradas bailando, un gesto marca de la casa. Eterno canchero.
"Lo vivía como un hincha, como lo viven ahora. Me pongo en la piel del hincha y tengo esa conexión con los argentinos, con la pasión por el país por delante de todo. Nosotros tratamos de mostrarlo en la cancha", explicó el 'Dibu'. Como cualquier argentino de potrero, lleva dentro el cancherismo. Para desestabilizar los lanzamientos franceses, pisó el punto de penal, mandó lejos el balón cuando Tchouaméni se dispuso a tirarlo... Y terminó bailando.
"Vengo de Mar de la Plata, no nací en cuna de oro"
Portero de la selección argentinaUna de las primeras imágenes más icónicas en Europa del portero del Aston Villa fue verle bailando ante la grada de Old Trafford después de un fallo de Cristiano Ronaldo desde el punto de penal. En la final del Mundial lo repitió. Catar fue el último capítulo de una historia que siempre estuvo lejos de la cúspide de la élite.
Cuando Emiliano se emocionaba en Rusia con los goles de la albiceleste y con la eliminación, precisamente ante Francia, el portero acababa de cerrar su cesión en el Getafe. Disputó seis partidos. Fue una cesión encadenada más bajo la tutela del Arsenal. Una de las seis que vivió. "Vengo de Mar de la Plata, no nací en cuna de oro", recordaba. Su primer oro, de hecho, fue la copa del mundo.
Infinidad de cesiones hasta la élite
De Independiente al Arsenal. Y de ahí a Oxford United, Sheffield Wednesday, Rotherham, Wolves, Getafe y Reading. Esperó su turno hasta que una lesión de Leno, la primera apuesta de Mikel Arteta en la portería, le ofreció una oportunidad. Brilló, pero el regreso del portero alemán también supuso el retorno al banco. Martínez no lo aceptó y se marchó en 2020 al Aston Villa.

Un año después, se erigió campeón de América. Luego vendría la Finalíssima y el Mundial, siendo protagonista en la tanda y sacándole un pie casillesco a Kolo Muani cuando la prórroga ya agonizaba. "Otra vez me patean tres veces y me meten tres goles. Pero después estuve bien", valoraba el Dibu al acabar el encuentro.
"Recuerdo desde chico que lloraba por perder por penales con Alemania, por no poder pasar la fase de grupos en 2002. Es difícil no pensar lo que me costó llegar", reconocía Martínez a las puertas de la final. Hasta llegó a publicar un libro contando su historia. Luego vendrían los asados. En Rusia alentaría como un hincha más. Igual que en Catar. La Argentina de Scaloni siempre termina en el botín izquierdo de Leo. Pero empieza en los guantes del 'Dibu'.