Por qué con Enzo Argentina es otra y puede aspirar al Mundial

No por lógico deja de ser sorprendente el impacto que puede causar un futbolista que apenas había sido importante en el ciclo de un equipo ya no en lo táctico, sino sobre todo en lo emocional. Lo de Enzo Fernández ante Polonia como titular confirmó una necesidad y disipó algunas dudas que había sobre Argentina, pero lo más relevante es que respondió una pregunta que muchos se hacían: sí, con Enzo, Argentina es mucho más favorita.

Jugar bien al fútbol es algo tan fácil como complejo. Hay muchos futbolistas que hacen jugadas preciosas pero que les cuesta jugar bien, o lo que es lo mismo, les cuesta hacer que sus equipos jueguen bien. Otros, sin ser tan vistosos, tienen ese don. Ordenan, ayudan a su equipo con pequeñas cosas a veces invisibles al ojo del espectador. Enzo es un amalgama entre ambas categorías. Deja jugadas que chocan con la retina de quien le ve y a la vez tiene un fútbol que va de cara y es lo que promete ser. Argentina, necesitada de futbolistas que conecten su energía con una tranquilidad necesaria para poder ganar partidos, demandaba a Enzo quizás sin saberlo. Y lo encontró.

La baja de Lo Celso fue como la primera carta que cae en un castillo de naipes. Inevitable. Tras la fase de grupos, se puede asegurar que su ausencia ha marcado con fuego a una selección que venía jugando a una cosa que, sin el del Villarreal, no ha sabido replicarla. Sin Gio se han quedado huérfanos de ese jugador que, jugando lejos de Messi, era capaz de encontrarlo, de firmar secuencias de pase y movimiento que daban sentido a los de Scaloni. De ahí que, ante Arabia y sobre todo ante México, Argentina fuese incapaz de jugar de forma fluida en campo rival. Carecía de pasadores en el primer escalón y de ese enganche que juntase al equipo con Messi. Leo tuvo que volver a ser el super héroe.

Solo De Paul dio más pases que Enzo (94) ante Polonia. Una cifra no significa nada, pero si le damos contexto veremos que explica muchas cosas. Ante México, Argentina solo dio dos pases hacia área rival en jugada, una cifra irrisoria si la comparamos con los 17 que dio ante Polonia. Enzo dio los mismos que toda su selección en el penúltimo partido y ayudó a que su equipo diese muchos más. Porque si algo tiene el jugador del Benfica es capacidad para, jugando en la base, ser un futbolista que va de abajo hacia arriba con fluidez, juntando al equipo con pases verticales, cambios de frente y asociaciones cortas. Es recuperar la memoria después de un golpe fuerte. Enzo es acordarte todas las mañanas de lavarte la cara antes de salir de casa.

No es extraño que con Enzo, De Paul jugase su mejor partido en esta fase de grupos. El del Atlético volvió a ser ese centrocampista activo, que pisa distintas zonas y que es muy agresivo en sus intervenciones. Para que brille el equipo, se necesita ese jugador inteligente y capaz de reencontrarse con el mejor fútbol colectivo. Enzo es ese jugador.

Con el del Benfica, Argentina es mucho mejor equipo. Australia planteará preguntas parecidas a las de Polonia o México; bloque bajo, defensa del área, estrechez de líneas. Ahí, Enzo tiene respuestas que sin él Scaloni se queda sin poder usar. Enzo ha irrumpido con mucha fuerza y ya solo queda resolver hasta dónde mejorará el equipo con él en el campo. Porque si sin Lo Celso el castillo de naipes empezaba a desmoronarse, Enzo, como si fuera Tenet, es capaz de revertir el movimiento desde una posición distinta. Así de bueno es.