Deschamps: una amenaza que ya no es y Zidane en la sombra

Didier Deschamps ya no se juega el puesto en el partido ante Inglaterra de cuartos de final del Mundial de Catar. Y no hablamos de especulaciones, sino de un rotundo aviso que le dio Noel Le Graet antes la disputa de la Copa del Mundo. Una especie de amenaza que se encargó el mismo presidente de la Federación Francesa de Fútbol de enmendar ante los medios de comunicación en los últimos días: "Cuando tienes la suerte de tener a Deschamps, no llamas a la puerta de al lado mientras siga en el puesto. Mi deseo es que Didier siga. ¿Dónde vamos a encontrar un mejor? Y lo dice el presidente, no el amigo".

Un giro de guion, probablemente fruto del gran rendimiento del combinado galo en el torneo. Pese a las bajas de jugadores de élite como Nkunku, Kimpembe o Karim Benzema, Francia ha podido rehacerse gracias a un Mbappé pletórico. No era sencillo: entraba en juego el plano psicológico de cómo suplir y vivir el día a día sin hombres importantes que incluso habían llegado a viajar a Catar con el grupo, como en el caso del delantero del Real Madrid.

Este enredo surgió en noviembre, a raíz de una entrevista de Noel Le Graet en L'Equipe, en la que comentó que la continuidad del técnico pendía de un hilo: "Si no estamos entre los cuatro últimos equipos, tendremos que hablarlo. En ese caso, tengo yo la sartén por el mango. Si no está entre los cuatro mejores del mundo no es seguro que vaya a seguir. Veremos según las circunstancias. Depende de lo que pase. No es lo mismo que nos elimine un campeón del mundo que otro equipo".

Un estruendo que retumbó ante la posibilidad de que Francia cayese derrocada antes de tiempo. Aunque algo matizó en la misma conversación: "Ahora estamos de acuerdo en que nos veremos justo después del Mundial. Si llegamos a semifinales, es su elección". Pero con las declaraciones de la previa, ya se ha confirmado su continuidad, suceda lo que suceda frente a Inglaterra. Y en el horizonte...

Zinedine Zidane es el Míchel de la selección francesa. Siempre suena. El exentrenador del Real Madrid, desde que abandonara el cargo del club blanco, ha estado presente en cientos de rumores. Siempre ha rechazado las propuestas que le han hecho, quien sabe si pensando en un futuro próximo al mando del banquillo de su país. Las palabras de Le Graet cierran la puerta al técnico, que, ahora sí, podría hacer frente a propuestas de otros clubes. Aun así, todavía existe la posibilidad de que el propio Deschamps renuncie. Porque ya saben, este Mundial es una trituradora.

Suceda lo que suceda, Didier Deschamps se irá por la puerta grande. No solo por el Mundial que conquistó en 2018, sino por el innegable legado que habrá dejado en Francia. Con él a los mandos, Mbappé ha adoptado el rol de líder para el país. También ha sabido calmar las aguas tras el incidente entre Valbuena y Benzema y que el regreso del actual Balón de Oro al equipo nacional fuera sosegado y futbolísticamente satisfactorio.

Otro de sus grandes éxitos ha sido la reconversión de Griezmann a un interior total, un todocampista que también desempeña esa labor en el Atlético, pero que en Francia ha logrado explotar a la perfección. La lista es eterna. Ha sido capaz de compensar la plantilla con la juventud y la veteranía y ha dejado preparado el relevo generacional para los últimos años de carrera de Giroud, Benzema o incluso Pogba, Kanté o Raphael Varane, que aún pueden llegar al próximo Mundial.

Por sus manos han pasado los triunfos más célebres de Francia en la última década y, pese a ello, ha estado en entredicho por la alargada sombra de Zidane. Ahora, su jefe y "amigo" Noel Le Graet le ha confirmado en el cargo, pase lo que pase ante Inglaterra. De jugársela a continuar. Y mientras, los blues lanzados a por el torneo. A Deschamps le cambia el semblante.