Francia y la ley del mínimo esfuerzo
Los vigentes campeones ganaron a Inglaterra tirando de dominio en ambas áreas.
![Giroud celebrando el gol de la victoria /Getty](http://s3.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202212/10/media/cortadas/Giroud2-RReKKa78sywyE1hX7gOipDM-1200x648@Relevo.jpg)
Francia juega sin querer, como si nada le costase. Así siempre será complicado para e rival, aunque enfrente esté una inspirada Inglaterra, repleta de calidad y de jugadores con ganas de demostrar que este Mundial podía ser el suyo. Ni dos penaltis a favor y una falta en la frontal en el último suspiro pudieron hacer torcer el gesto a un equipo que casi nunca suda. Francia huele a campeona, por lo menos hasta que alguien diga lo contrario.
Deschamps lleva mucho tiempo planteando los partidos para que sucedan muy pocas cosas y que todas y cada una de ellas les sea favorable. Para ello cuenta con la sabiduría de un grupo que ya ha sido campeón y conserva en la memoria todo aquello que les ha hecho ganadores. Aunque los jugadores cambie, Griezmann transmite ese conocimiento desde su fluidez, desde un jugar natural, a ratos de voyeur: observa. No hay nada de lo que pase que no tenga su sello, y eso Francia lo nota.
De hecho, el primer tanto es una muestra del tipo de equipo que son los franceses. En la primera vez Walker se atrevía a subir su banda en 15 minutos se sucedió una pérdida. Es tal el pavor que transmite Mbappé al resto, que su recepción, aunque alejada de la portería rival, ya transformó la transición defensiva inglesa en una estampida. No hay hora del té tranquila si es Kylian quien lo viene a tomar contigo. Su recepción provocó que Tchouaméni encontrase un espacio goloso, desprotegido, en el que recibir, acomodarse y disparar. El resto es puro talento del madridista.
Como rival, es complicado que este gol no te hunda y te haga plantearte tu plan de partido. Francia no presiona, no hace ademán de querer la pelota, no se impacienta: espera. Mientras tu tomas apuntes, ellos no prestan atención al profesor. El día del examen, siempre sacan más nota. Una ley del mínimos esfuerzo que es rentable porque tienen a un equipo tan talentoso como rocoso, tan sabio como hambriento. Inglaterra, aún teniendo a enormes jugadores, jugó más nerviosa, y pese al empate, Francia siempre dio la sensación de tener una bala extra preparada. Y así fue.
Marruecos, Croacia y Argentina. Todos son, objetivamente, equipos con menos calidad que Francia. La duda estará en saber si los marroquíes son capaces de contener esa aparente pesadez, ese no mirarte a los ojos que tiene Francia. Un fútbol condescendiente que solo puede ser reprimido con otro que le acepte el reto sin ponerse nervioso. Y Marruecos ha demostrado no dudar nunca en su objetivo final, mostrando una compostura admirable durante cada fase.
Ante Inglaterra, Deschamps no necesitó u8na versión dominante de Mbappé. Pareció un futbolista terrenal, impreciso, poco decisivo. Y es que el gran truco de Francia es que nunca muestra todas sus cartas a la vez. Solo cuando son necesarias. Hasta en dosificar están siendo los mejores.