El Frenkie De Jong más mandón que nunca
El centrocampista del Barça guió a Países Bajos en el duelo contra Senegal, dando la asistencia para el 0-1 de Gakpo

Frenkie De Jong ha iniciado el Mundial como lo dejó con el FC Barcelona en Pamplona: decidiendo partidos. El futbolista neerlandés ha asistido para el 0-1 de Gakpo en una jugada muy parecida a la que dejó con Raphinha en El Sadar. Su momento de forma es muy potente y así lo atestigua un debut en el Mundial que le vuelve a señalar como el jugador más importante de este equipo.
En Frenkie confluyen muchos debates acerca de qué puede ser y dónde debe jugar para dar su mejor nivel. Louis Van Gaal parece tenerlo claro y desde que asumió el reto de ser seleccionador nacional su principal objetivo ha sido darle las llaves del proyecto al talento del FC Barcelona de tal forma que no hay ataque que no sea aprobado por él. Partiendo de un doble pivote con Berghuis al lado, el ex del Ajax es la piedra filosofal del sistema. Recibe entre centrales, abierto, conduce y se planta allí dónde él sienta que es necesario. ¿Tendrá ese contexto en el Barça?
Ya en las últimas jornadas, Xavi parecía haberle dado mucho más peso a De Jong del que tenía anteriormente, sacrificando incluso cierta relevancia de Sergio Busquets en el entramado culé, como si los partidos que Frenkie juega con su selección fuesen el argumento decisivo para que Xavi haya tomado esa decisión. En el debut ante Senegal, De Jong fue la única forma que encontró Países Bajos de poder progresar, con muy poquita claridad en un planteamiento que depende excesivamente de su inspiración, sobre todo cuando Memphis no está. Aún así, De Jong se las apañó para generar momentos de buen fútbol desde su sempiterna capacidad de movimiento.
A sus 25 años, Frenkie llega a su primer Mundial en un punto de madurez y confianza óptimos. Debe ser su torneo, por lo menos allí hasta donde alcance el colectivo. En un grupo (Ecuador, Catar y Senegal) que le permitirán ser muy protagonista, sus virtudes deberían imponerse en escenarios de mucha posesión, y ante Senegal ha demostrado algo que, en él, debe ser mucho más importante: el último pase. Que no sea solo un añadido que aparece cada mucho tiempo, sino una parte fundamental de su juego. ¿Es esta versión, tan mandona, la que el Barça necesita?
Una pregunta que ahora no se puede responder, pero que este Mundial de Catar debe ayudar a dilucidar. El De Jong más mandón es el que mejor versión puede alcanzar, y el debate es si esta versión ayuda al Barça o, por otra parte, lo minimiza. Queda claro que si el Mundial confirma a De Jong como lo que a ojos de todos ya es, será imposible que las llaves no sean suyas una vez vuelva.