OPINIÓN

Para ganar un Mundial hay que jugar mal

Mbappé y Deschamps, en la previa del Francia-Polonia./EFE
Mbappé y Deschamps, en la previa del Francia-Polonia. EFE

El jueves por la noche Hugo se acercó a Blaya, primero con cariño y luego con una cuestión: "Cuando te metes en una web, ¿qué tipo de titulares son los que pinchas?". "Los que me generan preguntas", contestó Blaya. La respuesta le quedó muy erudita pero no se la cree ni él. Hace unos días Blaya hizo una pregunta buenísima para hablar del Mundial.

¿Si un futbolista hace un partido horrible pero mete dos goles ha jugado bien? Bale es un ejemplo. El galés vivió separado del fútbol y conectado con el gol. Hay futbolistas que solo juegan para marcar. Y hay equipos que solo saltan al verde para ganar títulos. El resultado no es lo más importante. Es lo único.

En el otro lado hay selecciones que juegan tan bonito que se olvidan de ganar sus partidos. Para qué más. Las ocasiones confunden más que los buenos recuerdos. El Mundial es una prueba de este deporte: un torneo corto en el que vencen los equipos que menos necesitan para llegar al gol. Jugar bien al fútbol es poco agradecido. En los equipos aburridos se camuflan mejor los malos momentos; en los vistosos te castigan el doble los minutos sin inspiración.

Por suerte los entrenadores siguieron dos excepciones como modelo: el Barça de Guardiola y la España triunfal. El fútbol ha quedado más divertido, pero reinan los mismos. El Madrid, Brasil y Francia nunca han cambiado su estilo de juego. Es más, puede que ni tengan estilo de juego. No avisan para golear, y eligen hasta sus derrotas. Cuando el Madrid se deja en Champions, Francia contra Túnez, Brasil con Camerún.

El Barça, Alemania, España y el City se preocupan de cómo jugar. Y pierden los nervios cuando lo hacen mal. El Barça perdió el brillo y aún siguen en cólera: perdieron a Messi y van camino de perder hasta su club. España se durmió en una segunda parte y casi se despiertan fuera de Catar. Se malacostumbraron a tener que jugar muy bien para triunfar.

Brasil y Francia son las favoritas porque son las selecciones que más ganan cuando peor juegan. Se llevan partidos en minutos sin explicación, como si el desastre cuidara de todo. No pierden el tiempo en pensar si lo están haciendo bien, ni en cómo ganar. Ganan, sin más. Argentina también es una opción; además de Messi la selección de Scaloni se refugia en el mal juego para desarmar al rival. Los equipos campeones salen vivos de sus peores momentos, como si lo mejor estuviera por llegar.